Quizá sin proponérselo, el presidente de la Canacintra en Xalapa, Juan Manuel García González, manifestó su deseo de que el Fiscal General del Estado, Jorge Winckler, se vaya a su casa y deje por la paz la dependencia.

Entrevistado previo a una reunión con hoteleros, García González dijo que la inseguridad persiste y no ha disminuido en la entidad. Pero cuando le preguntaron sobre la actuación de la Fiscalía, el inconsciente le jugó una mala pasada y cometió un desliz al manifestar que espera que el próximo Fiscal sea puntual en el combate a los delitos.

Evidentemente a don Juan Manuel se le olvidó que el Fiscal Jorge Winckler Ortiz fue nombrado en el cargo para un periodo de nueve años. O quizá ya quiere que se vaya, como lo desea la mayoría de los veracruzanos.

Winckler necesitaría de un verdadero milagro para cubrir los siete años y meses que le restan al frente de la FGE y ese milagro no va a ocurrir. Sus desatinos son tan grandes y evidentes que su salida es inminente.

Por sabido se calla que más que un Fiscal autónomo, ha sido un servil personero del gobernador Miguel Ángel Yunes, al grado de que no mueve un dedo si no se lo ordena su patrón.

Su desaseo en las carpetas de investigación contra ex funcionarios de Javier Duarte presos en Pacho Viejo, les están abriendo a éstos las puertas para que salgan en libertad en un futuro cercano.

Su desdén para tratar los casos de los desaparecidos y sus faltas de respeto a familiares de las víctimas, han machando su hoja de servicios que en casi dos años carece de notas sobresalientes. Eso sin contar con un sospechoso enriquecimiento que no empata con el sueldo que gana como Fiscal.

Jorge Winckler, al igual que Edel Álvarez Peña, Marcos Even Torres Zamudio y la juez de control Alma Aleida Sosa Jiménez, habían hecho planes para un periodo de ocho años o más en sus cargos si Miguel Ángel Yunes Márquez ganaba la gubernatura, pero al perder, quedaron en la indefensión y es cuestión de meses para que se vayan.

En el caso concreto del Fiscal General existen peticiones de juicio político en su contra y él lo sabe.

Además, tanto Winckler como la juez Alma Aleida Sosa podrían enfrentar procesos judiciales, entre otras cosas, por el cochinero que hicieron en el juicio contra el ex gobernador interino Flavino Ríos Alvarado que lo privó de su libertad.

Siguiendo instrucciones del patrón, Winckler y Alma Aleida violaron la Constitución al mandar a prisión al minatitleco como consecuencia de un proceso plagado de irregularidades, con pruebas amañadas y nada creíbles. Y eso es un delito.

En casi dos años, el poder judicial de Veracruz (junto con el Legislativo) ha estado a las órdenes del gobernador Yunes Linares. Es por ello que dos de sus más fieles ayudantes, Jorge Winckler y Alma Aleida Sosa, se irán sin remedio con la llegada del siguiente gobierno.

Lo mismo pasará con Edel Álvarez Peña que difícilmente durará los diez años para los que fue designado como Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

¿Y Marcos Even Torres?

Este señor no “trabajará” cinco años para los veracruzanos como dijo a los reporteros, porque el cargo de Fiscal Anticorrupción que le regalaron los diputados del PAN y PRD está más chueco que un plátano.

Por lo pronto, la Canacintra vía Juan Manuel García González, ya le cantó las golondrinas a Jorge Winckler Ortiz.

¿Premonición, barrunto, sospecha?

Puedes apostar a que es todo eso, lector.

bernardogup@nullhotmail.com