Imparable, final a 102 días, del mini gobierno bianual, del fracaso y la derrota que, por encima de contados esfuerzos no consolidados, ya se caracteriza y pasa a la Historia, como el del rápido aumento de inseguridad, recesión económica, pérdida de empleos, más pobreza, hambre y marginación; así como su cuestionada administración y finanzas públicas, con su inocultable endeudamiento en aumento, debilitamiento institucional, corrupción en expansión, Justicia a modo y continuidad de la impunidad.
A muchos deben. Destacándose también que, por primera vez, se identifica al Poder Judicial como causal de endeudamiento; y también, que el Poder Legislativo “no encontró la verdad”, no pudo determinar el total de deuda gubernamental, pero si respaldar una cuestionada reestructuración y refinanciamiento de la deuda bancaria y de valores estatal. ¿Cuánto costó dicha reestructuración?
Lástima por el esfuerzo realizado y la confianza depositada, ante una evidente decepción y un obvio hartazgo social, que se manifestaron en las urnas, para ordenar con MORENA un verdadero cambio gubernamental. Esperanza y oportunidad nada fácil, pero hay que intentarlo.
¿Más de cien mil millones de pesos?
Injusto e incontrolable el endeudamiento oficial sigue en aumento, tanto en opacidad como en cantidad, con su cuestionado uso y destino.
Saber cuánto se debe es misterio, enigma; pero también, es secreto a voces que, por lo general, endeudar es redituable negocio de unos cuantos.
Obligación incumplida y promesa repetida. Gobierno tras gobierno, renovado discurso de finanzas sanas y presupuesto equilibrado. El lamentable resultado es, por desgracia, más de lo mismo y peor. Miles de millones de pesos, se acumulan como deuda gubernamental.
Hasta hoy, ha predominado ineptitud o ineficiencia; y, lo que es peor, se ha fomentado en muchos funcionarios y gobernantes la delincuencia, al saquear y apropiarse de lo que es público, afectando a generaciones que todavía no nacen, extendiendo los daños por decenas de años.
Cuento de nunca acabar. En el colmo, una ocasión tras otra, no se sabe a ciencia cierta el tamaño del daño; pero sí, que se tiene que pagar.
Hasta el Congreso del Estado no pudo, ni ha podido, ni querido determinar cuál es la deuda pública total-total de Veracruz.
El colmo de la farsa. ¿Cuál Anticorrupción si se ignora la verdad?
Patético y lamentable que quienes gobiernan tengan que refugiarse, en la referencia repetitiva y casi exclusiva, de la deuda bancaria y de valores (por cierto también en aumento), sin asumir la responsabilidad plena de todos los tipos de obligaciones contraídas. Deuda pública que, conforme a derecho, todas sus partes se deben atender, negociar y liquidar.
Urge cumplir y hacer cumplir, todas las leyes. En principio, las fundamentales, de transparencia y rendición de cuentas. Así como, de contabilidad y disciplina financiera, responsabilidad administrativa y otras.
Y solo para empezar, aplíquese el Código Financiero para el Estado de Veracruz:
“Artículo 313. La deuda pública, en su conjunto, está constituida por las obligaciones directas o indirectas a cargo del Estado, por sí o por sus entidades paraestatales, derivadas de la celebración de financiamientos, reestructuraciones, adquisición de bienes o contratación de obra o servicios cuyo pago se pacte a plazos, así como la emisión de valores, tales como bonos u obligaciones de deuda, certificados bursátiles y pagarés en los que el Estado asuma obligaciones directas o contingentes, constituidos en términos de lo dispuesto por este Código y la celebración de actos jurídicos análogos que, previa autorización del Congreso, se generen a cargo del Estado, por sí o por sus entidades, obligaciones que podrán tener como garantía o fuente de pago o ambas, los ingresos estatales derivados de impuestos, derechos, productos, aprovechamientos y sus respectivos accesorios, así como las participaciones federales derivadas del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal…”
Usual, fiscalizadores simuladores, encubridores y convenencieros, como SEFIPLAN, ORFIS y Contralorías, tampoco cumplen con su deber. Encubren y protegen gobiernos caros e ineficientes, corruptos y saqueadores, quebrados y sobre endeudados.
Opacidad facilita rapacidad.
Falso que se deba solo deuda bancaria y de valores, cuyo monto es registrado en SHyCP. Mienten quienes lo afirmen, pues esconden otros tipos de endeudamiento, que representan una gran parte del total. Recuérdese, se debe lo que se pide, más todo lo comprometido pagar.
Veracruz debe más, mucho más de 47 mil millones registrados; tomándose en cuenta obligaciones legales y cuentas pendientes, fácil se superan los 100 mil millones de pesos. Más lo que se acumule en estos meses de huida y destrucción institucional. Meses de Hidalgo.
Si la intención es controlar y resolver el enorme e injustificado endeudamiento oficial, obligado es saber de qué tamaño y complejidad es el daño. No es recomendable atender y resolver lo que se desconoce, así solo se garantiza el fracaso.
Todos tenemos derecho a saber; y los empleados a cargo, la obligación de informar.
Ni hablar del inocultable y creciente daño, cuando no aparecen las obras públicas e inversiones productivas que se supone respaldan el endeudamiento contraído.
Gracias al cinismo, se facilita identificar grado de corrupción, grandes negocios y cómo opera la delincuencia gubernamental, sus cómplices y beneficiarios.
Con frecuencia, la contratación de deuda bancaria de estados y municipios es muy onerosa con altas tasas de interés, costosas comisiones por gestiones, plazos alargados y garantías o apoyos desproporcionados, situación que no corresponde con amplias garantías, como participaciones, que otorgan las entidades federativas.
Imprescindible combatir opacidad, discrecionalidad, manipulación, ineficiencia y delincuencia gubernamental.
Oportuno insistir y preguntar. ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios especiales?
Pobre Veracruz. Deuda pública en aumento y finanzas públicas en quiebra o parasitarias.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH