Alfredo Octaviano Herrera Hernández, estudiante de la Maestría en Ecología Tropical del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), desarrolla una investigación sobre las propiedades medicinales de la planta Aristolochia asclepiadifolia Brandegee, conocida como guaco, la cual es endémica del estado.
El trabajo con el que se titulará de la maestría lleva por título “Diversidad genética del guaco (Aristolochia asclepiadifolia Brandegee) planta endémica de Veracruz”, lo desarrolla en cinco municipios de la zona centro del estado: Teocelo, Emiliano Zapata, Actopan, Puente Nacional y Paso de Ovejas.
“Quiero determinar si esta especie está en peligro de extinción, ya que hasta el momento no se incluye en la Norma Oficial Mexicana NOM-059, de especies nativas de flora y fauna en peligro, a pesar de que su hábitat desaparece poco a poco.”
Detalló que la familia Aristolochia, a la que pertenece el guaco, tiene siete géneros con aproximadamente 625 especies. Se distribuye en las regiones tropicales y algunas templadas del mundo. En el continente americano puede encontrarse en Estados Unidos, México, Centroamérica y Sudamérica.
En México, comentó, se localiza en la región central del estado de Veracruz, aunque su distribución está restringida debido a factores antropogénicos que han acabado paulatinamente con las zonas donde crecía.
Las personas la conocen como guaco y la usan por sus propiedades medicinales, principalmente en la disentería, dolores estomacales, diarrea, fiebre y en mordeduras de serpientes.
“Las actuales generaciones conocen poco sobre sus propiedades medicinales, por ello este trabajo representa una aproximación a la planta, al mismo tiempo que busca incentivar a estudiantes e investigadores a realizar estudios químicos y biológicos sobre esta planta.”
De tal manera que el objetivo general de su trabajo de titulación es investigar la composición genética y distribución de la Aristolochia asclepiadifolia Brandegee, y a partir de los resultados generar acciones de conservación de la especie.
Para alcanzar estos resultados, Alfredo Herrera ha recorrido comunidades de cinco municipios de la zona centro del estado, donde ha recolectado algunas especies e interactuado con los habitantes, quienes le han hablado sobre el uso de la planta para curar algunos malestares físicos e incluso para combatir mordeduras de serpientes.
De igual manera, para conocer la distribución de la planta se ha acercado a los herbarios de la Facultad de Biología y del Instituto de Ecología (Inecol). Lamentablemente ha encontrado que cada vez son menos los lugares en donde se localiza, debido a la pérdida de las áreas verdes donde crece.
Asimismo, son pocas las personas –principalmente de las actuales generaciones– que se interesan en conocer y poner en práctica su uso medicinal, ejemplo de ello es que el 19 por ciento de las personas encuestadas no transmiten su conocimiento.