Todavía le restan escasos 115 días a su administración de dos años, pero el mandatario panista Miguel Ángel Yunes Linares prácticamente ya perdió el interés por seguir gobernando Veracruz, vacío político que está capitalizando anticipadamente su virtual sucesor Cuitláhuac García Jiménez, de MORENA, quien no sólo ha sido invitado por algunos alcaldes a inaugurar obras, como en Moloacán, al sur del estado, sino que también se ha dado a la tarea de reunirse con notarios públicos, con los colectivos de familiares de desaparecidos y de atender, a través de sus futuros secretarios de Gobierno y de Desarrollo Económico, Erick Cisneros y Ernesto Pérez Astorga, respectivamente, a otros sectores que han sido ignorados y maltratados por funcionarios yunistas, como ha sido el caso de los empresarios hoteleros de la región de Xalapa y de los proveedores y contratistas del gobierno estatal que siguen reclamando el pago de los adeudos que siguen pendientes desde la gestión del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Y es que Yunes Linares parece más interesado en blindarse política y jurídicamente por la presumible persecución legal que intuye se desatará en su contra por parte del gobierno de MORENA que entrará en funciones a partir del 1 de diciembre próximo. A nivel local pretende asegurar la permanencia en la Fiscalía General del Estado de su incondicional Jorge Winckler Ortiz, mientras que en la Fiscalía Anticorrupción acaba de imponer a Marcos Even Torres, otro de sus allegados, para cuyo desaseado nombramiento por parte del Congreso local se apoyó en las sumisas bancadas del PAN y PRD, y en la presunta cooptación de dos legisladoras ex morenistas y hasta de un par del PRI, a los que –según versiones que corren en el Palacio Legislativo de la avenida Encanto, de Xalapa–, sus operadores los habrían convencido, antes de la jaloneada sesión, con “cañonazos” que inicialmente ascendían a 5 millones de pesos, monto que al final, en su desesperación, supuestamente habrían llegado a triplicar en casos de congresistas muy especiales.
Sin embargo, el problema de Yunes Linares no sólo se circunscribe a la rendición de cuentas que seguramente le exigirá su sucesor Cuitláhuac García, sino también a las denuncias penales que por presuntos delitos del fuero federal tiene arraigadas desde hace un par de años en la Procuraduría General de la República. Unas presentadas por su antecesor Javier Duarte; otras por el ex dirigente nacional del PAN y actual diputado federal aliado de MORENA, Manuel Espino Barrientos, y una más que formalizó la Sección 32 del SNTE, quien acusó al panista por “presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero”, ya que le atribuyen que como director general del ISSSTE, cargo que desempeñó entre diciembre de 2006 y marzo de 2010, creó un sistema de préstamo de dinero al magisterio federal, en complicidad con la empresa Consupago, del grupo Chedraui, la cual descontaba a los maestros de su nómina, y por el dinero que cobraba por cada préstamo pagaba millonarias comisiones a tres empresas propiedad de la familia Yunes Márquez: Cobranza y recuperación; Corporate Linkage, e Intermediación Corporativa.
¿Por eso su reiterado interés de buscar al encargado de la PGR, Alberto Elías Beltrán, quien la semana anterior le canceló una reunión?
Segundo Grajales se apunta
El que dicen que anda muy interesado en buscar la dirigencia estatal del PRI y que ya ha comenzado a tener acercamientos con diversos cuadros priistas a los que ha expresado abiertamente su aspiración, es el ex alcalde de Puente Nacional y ex candidato a la diputación local por el distrito de Emiliano Zapata, Leonel Segundo Grajales, quien al igual que su correligionario y aspirante a la gubernatura, Pepe Yunes Zorrilla, fue un buen abanderado pero no pudo hacer mucho ante el descrédito popular que aún arrastra el partido tricolor por los pésimos gobernantes que en los últimos dos sexenios llevó al poder, a lo que además se sumaron también otros dos factores muy difíciles de remontar: por un lado el tsunami de MORENA derivado de la carismática candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, y, por el otro, los ríos de dinero que de Palacio de Gobierno le inyectaron a las candidaturas de la alianza PAN-PRD-MC para impulsar al primogénito del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Por cierto, en una amplia entrevista realizada por el reportero Ángel Camarillo, del diario digital alcalorpolitico.com, la presidenta de la Fundación Colosio Veracruz, Zaida Lladó, declaró que en el PRI “se les olvidó generar liderazgos”, ya que, apuntó, “por los liderazgos la gente te busca, por eso, y no por dinero”.
“La gente pierde la vocación de salir a caminar para ganar la confianza todos los días, y un punto más: se comercializan los procesos electorales, se comercializó el voto de manera exagerada”, puntualizó la ex diputada, quien en 1997 le tocó otra debacle electoral como secretaria general del CDE del PRI durante la efímera dirigencia de Yunes Linares, de quien, por cierto, recordó que tras ese desastre del tricolor en aquella sucesión municipal, “en los momentos más difíciles, cuando el actual gobernador era priista, hizo un desorden y se fue; alguien tuvo que responder en esos días y dar la cara”.
Por eso tampoco sorprende ahora su notoria ausencia como gobernador y su indolente actitud ante la complicada problemática de la entidad que ha asumido tras la debacle electoral del pasado 1 de julio.
¿Y así dicen que pretendería buscar para él o para su fracasado junior un cargo en el próximo Comité Ejecutivo Nacional del PAN?