La línea defensiva con la que Miguel Ángel Yunes Linares planea blindarse para cuando diga adiós a la gubernatura comienza a cuartearse. Esto se advirtió el miércoles anterior en el Congreso local durante la instalación del Comité del Sistema Estatal Anticorrupción, ceremonia a la que asistió el propio mandatario estatal.
El Fiscal Anticorrupción Marcos Even Torres Zamudio, estuvo en la mesa de honor, pero en una de las esquinas y con riesgo de caerse porque la mesa fue instalada sobre una tarima y Marcos quedó en la mera orilla.
“Mira, hasta sentado se está tambaleando ese cabrón” me dijo con ironía un colega que cubría el evento.
Y ahí permaneció Even, medio agazapado, ignorado por todos los 30 minutos que duró el evento, hasta que los periodistas se le fueron encima y lo bombardearon con preguntas que ya no quiere escuchar y a las que contestó con lo que ya le fastidia contestar.
Quizá lo novedoso fue lo seguro que se siente en el puesto y que lo animó a declarar: “Vine a servir por cinco años a los veracruzanos”. Y por lo tanto no piensa renunciar.
Pero ni falta que va a hacer.
Los diputados de Morena, PRI y el grupito de los independientes que se hacen llamar Juntos por Veracruz, presentarán un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que anulen el nombramiento.
Para que este recurso sea válido lo deben respaldar al menos 17 de los 50 diputados que tiene el Congreso local. Y tanto morenos como priistas e independientes suman más de veinte. Y todos (a excepción del independiente Vicente Benítez que depende de lo que le diga el gobernador), quieren que Even se vaya.
Pero si por alguna razón la actual Legislatura no se anima contra el Fiscal Anticorrupción, entonces lo hará la próxima que entrará en funciones el 5 de noviembre y donde la mayoría de los legisladores serán de Morena que tendrá 19 curules, más 11 que le heredarán los desaparecidos PES y PT, harán un total de 31 curules.
Es decir, Even tiene sus quincenas contadas como Fiscal Anticorrupción, por mucho que diga que va a “servir cinco años” a los veracruzanos.
Esta será sin duda una sensible baja en los planes de Yunes Linares.
La otra será la del Fiscal General, Jorge Winckler Ortiz, que también se irá y sobre el que pesan varias acusaciones que podrían convertirse en sendas carpetas de investigación en su contra.
Y la tercera baja será la del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, Edel Álvarez Peña.
Edel es un zorro de la política que ha sobrevivido a mil batallas, y si lo que quiere es precisamente seguir sobreviviendo, tendrá que dejar la presidencia del TSJE para evitarse dolores de cabeza en un futuro cercano.
Sin su Fiscal Anticorrupción que muy probablemente no llegue con ese cargo a las posadas; sin su Fiscal General que seguramente tendrá que buscar quién lo defienda de acusaciones penales y sin su amigo Edel Álvarez, que para evitar que lo salpiquen tendrá que hacerse a un lado, el gobernador quedará descobijado.
Sin esos defensores, ¿qué hará Yunes Linares con las facturas por pagar que tiene pendientes con Andrés Manuel López Obrador?
Porque no creo que en el amor y paz que pregona el tabasqueño alcance al nativo de Soledad de Doblado.
Uy no, ni en sueños.