Son varias las dependencias federales que deben salir de la Ciudad de México, ciudad que se ha convertido en receptáculo de todos los asuntos oficiales habidos y por haber.

Ignoro qué hacen secretarías como la de Agricultura, Ganadería y Pesca en una de las ciudades más pobladas del mundo donde salvo en Xochimilco, no hay espacios para ejercer la agricultura, tampoco hay ganado y no es zona costera.

A raíz del terremoto de 1985 se habló de descentralizar al entonces DF, pero la única dependencia que lo hizo fue el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que como primeras providencias llevó a cabo un estudio en más de veinte ciudades del país y al final se optó por Aguascalientes.

¿Por qué esa ciudad? Porque de acuerdo al estudio que duró dos años, Aguascalientes reunía (y reúne aún) las condiciones económicas, de infraestructura urbana y de servicios, para tres mil empleados del INEGI.

¿Cuánto costó la reubicación de los empleados? Seis millones 500 mil pesos por cada uno. Es decir, 19 mil 500 millones de pesos en total.

Como parte de su programa de gobierno, Andrés Manuel López Obrador pretende descentralizar varias dependencias federales que le darían un respiro a la caótica Ciudad de México. El problema es que lo quiere hacer a la voz de ya; sin un estudio previo.

La Secretaría de Salud se irá a Guerrero; Comunicaciones y Transportes a San Luis Potosí; la Secretaría de Pesca a Sinaloa; Ganadería a Jalisco; Minería a Chihuahua; Recursos Forestales a Durango; Educación Pública a Puebla; la Comisión Federal de Electricidad a Chiapas; Pemex a Campeche; la Secretaría de Energía a Tabasco; Medio Ambiente a Yucatán, Turismo a Quintana Roo y la Secretaría de Marina a Veracruz.

El futuro secretario de la SEP, Esteban Moctezuma, dijo en entrevista que a partir del 1 de diciembre despachará en sus oficinas de Puebla y está bien, pero ¿qué con los 17 mil empleados que tiene la dependencia en la Ciudad de México? Cada empleado representa a una familia y una familia promedio en nuestro país es papá, mamá y tres hijos.

¿Dónde piensa don Esteban meter a 85 mil personas?

¿Qué hará la capital poblana donde viven 2 millones 750 mil habitantes, si de golpe y porrazo le llegan para quedarse 85 mil fuereños que van a requerir de todos los servicios?

Si usted le pregunta a algún chilango si quiere que la CDMX quede despejada de al menos 13 dependencias federales, corriendo le va a contestar que sí. Siempre y cuando no trabaje en una de ellas.

Pero pregunte a los que se van a ir y a los pobladores de las ciudades a donde llegará la marabunta y verá lo que le contestan.

Durante el gobierno de Ernesto Zedillo una base de la Marina Armada de México fue trasladada a Tuxpan y todo estuvo bien. Pero ¿qué hará Veracruz con los 266 mil efectivos que tiene la Semar? ¿Qué va a pasar si a esos 266 mil marinos se les ocurre traerse a su familia?

¿Qué va a pasar con los miles de trabajadores que tengan que trasladarse con mujer e hijos a Chiapas, San Luis Potosí o Quintana Roo, estados que tienen problemas de rezago educativo y de salud entre otros?

Sacar de la Ciudad de México y casi de un día para otro a 2.7 millones de chilangos para llevarlos a vivir a un entorno extraño, no será igual que enchilarnos una gorda y es algo que debería de pesar más detenidamente el próximo presidente.

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