Para Miguel Santiago Santiago, estudiante de Ingeniería Civil y oriundo de Tlacolulan, ser parte de la UV ha significado un reto y sacrificios; sin embargo, ha valido la pena y recordó que recientemente el programa educativo de la licenciatura que cursa fue reconocido por su calidad por parte del Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería, A.C. (Cacei).
En sus palabras, para que la UV sea reconocida como una institución de calidad no sólo es cuestión de los funcionarios administrativos y académicos, sino de todos, por ello exhortó a los jóvenes de nuevo ingreso a ejercer un óptimo desempeño. “Lo que a uno le gustaría es que la UV siempre estuviera en los primeros lugares y eso depende mucho de los maestros, pero sobre todo de los estudiantes”.
Zaira Garzota Espíritu, de Jilotepec y estudiante de la Licenciatura en Derecho, admitió que es complicado mantenerse como universitario, pero se trata de un esfuerzo que vale la pena: “Pongan mucho esfuerzo en lo que desean y si en verdad quieren estar aquí, depende de ustedes tener los objetivos claros y buscar cumplirlos. Es corto el lapso en la Universidad, si quieren aprender y contribuir a mejorar el país deben investigar, aprovechar y hacerlo por ustedes y por todos”, dijo a manera de mensaje para los jóvenes de nuevo ingreso.
Perla Isabel Castillo López, de la Licenciatura en Pedagogía y originaria de Misantla, compartió que el cambio de residencia representó una gran dificultad, incluso en el primer semestre consideró la idea de regresarse a casa de sus padres; no obstante, con el paso del tiempo se acopló, hizo amistades, fue apoyada por sus profesores y le tomó más sentido a vivir en esta ciudad, pero sobre todo a continuar en la UV.
“Recuerden que la UV es de las universidades más reconocidas en el sur del país y si son de otros lugares no se vayan a decaer por el cambio en su estilo de vida, sigan aquí, valdrá la pena, porque la Universidad ofrece mucho”, expresó emocionada.
Alán Alfredo Hernández Ameca, estudiante de la Licenciatura en Historia, oriundo de Paso del Macho, coincidió con Perla en el sentido de que al no ser de la ciudad se reciente el cambio, pues implica estar lejos de la familia y aprender a administrar el escaso presupuesto que logran enviar los padres. No obstante, “somos afortunados al poder estudiar una licenciatura, porque he visto que muchos no tienen esta oportunidad ya que es difícil porque las cosas han aumentado demasiado su valor”.
Narró que al principio el programa educativo no fue lo que esperaba, pero con el paso del tiempo se encontró incluso con lo inesperado; por ello, a los de nuevo ingreso les pidió paciencia, pues lo que se quiere se encuentra en el transcurso de los semestres, no siempre en el primero. Incluso “he encontrado cosas que no esperaba, he aprendido de restauración, museografía y otras cosas más que uno piensa que nunca aprenderá, pero ahí están y sólo es cuestión de rascar para encontrarlas. Eso es lo que más me ha gustado de la UV”.
En ese sentido, reiteró su consejo para los estudiantes de nuevo ingreso: “Si al principio algo no llega a gustarles les recomendaría que no desertaran, sigan porque realmente siempre hay algo de lo que podemos engancharnos y a partir de ahí desarrollarnos, tanto así que lleguemos a ser profesionales”.
Elías Moreno Blanco, oriundo de esta ciudad capital y estudiante de la Licenciatura en Historia, compartió que en la UV ha encontrado personas que le han ayudado a formarse un criterio en el ámbito profesional. Por ejemplo, en el año que lleva como estudiante de la UV determinó que se quiere especializar en archivonomía y a la fecha ya está en la búsqueda de los académicos e investigadores que puedan orientarlo al respecto.
Por ello, destacó la importancia de saber cuáles son los motivos que los llevaron a ingresar a determinado programa educativo y así evitar la deserción. “Al no tener la idea clara de las cosas y así entrar a la carrera te cae el balde de agua, porque las cosas no son como tú creías, te frustras y te sales”, dijo.