El Templo Mayor es un sitio arqueológico que se encuentra en el centro de la ciudad de México. Se trata de una enorme estructura que alguna vez funcionó como el centro de la enorme red tributaria del antiguo imperio Mexica. Desde su descubrimiento, se han encontrado dentro (y alrededor) de él cientos de hallazgos que han sido denominados “ofrendas”.

Al ser uno de los templos más grandes del antiguo Imperio Mexica, estas ofrendas solían ser sacrificios que los sacerdotes hacían a alguna de las deidades que adoraban. Ahora, un grupo de arqueólogos ha encontrado el segundo entierro infantil que fue dedicado a Huitzilopochtli, el dios de la guerra.

De acuerdo a los arqueólogos, este tipo de ofrendas se realizaban a Huitzilopochtli cuando se deseaba predecir alguna batalla. Este entierro (la Ofrenda 176, como fue registrada) se trata de los restos de un infante que estaban acompañados de adornos, vestimentas y símbolos de divinidad.

Una nueva Ofrenda en el Templo Mayor

La Ofrenda 176 fue hallada debajo del piso de la plaza oeste del Templo Mayor, al pie de las escalinatas de la sexta etapa constructiva del sitio arqueológico. El grupo ha identificado la época del entierro como durante el gobierno de Ahuízotl, entre 1,486 y 1,502 d.C..

Los arqueólogos destacaron que todas las piezas se encontraban en buen estado de conservación, aún cuando a solo unos centímetros de distancia se había instalado un colector de drenaje en el año 1900. Sin embargo, la excavación tomó semanas para completarse. Primero se excavó el cráneo, seguido de la caja torácica y parte de la columna vertebral.

El hallazgo es solamente uno de muchos dentro del templo, pero es notable gracias a que se trata del segundo infante descubierto dentro del templo. En 2005 se registró el descubrimiento de la primera vez que una Ofrenda (la 111) se trataba de un niño sacrificado a Huitzilopochtli.

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