Hasta antes del 1 de julio, en la familia y en el círculo de poder más cercano del gobernador Miguel Ángel Yunes jamás se imaginaron el escenario adverso que está por agravárseles en el cierre de su mini administración luego de la estrepitosa derrota de su primogénito que aspiraba a sucederlo en la gubernatura.
Y es que al mandatario estatal del PAN, a sus parientes, secuaces, socios y lamebotas se les cayó la posibilidad de retener el gobierno del estado seis años más y, por ende, también los negocios que suelen darse con el ejercicio patrimonialista del poder –contratos, “moches”, concesiones, tráfico de influencia, etcétera– que tradicionalmente se venían dando en los regímenes priistas y que ahora también se repitieron con los del partido blanquiazul de la misma forma burda y voraz.
Sin embargo, la debacle yunista estaría por agudizarse. Este jueves, por ejemplo, la diputada local del PAN, Cinthya Lobato Calderón, renunció a su bancada en plena pugna por el polémico nombramiento del Fiscal Anticorrupción y de 12 nuevos magistrados para el Tribunal Superior de Justicia, para cuya designación el gobernador y su partido requerían el apoyo de al menos 34 de los 50 representantes populares ante la LXIV Legislatura estatal. Junto con Lobato había renunciado también Sebastián Reyes Arellano, pero el diputado sureño que en noviembre de 2016 llegó como miembro del grupo legislativo de MORENA y fue cooptado por el yunismo azul, minutos después se retractó.
Pero la preocupación mayor de Yunes debe ser el resurgimiento de su vengativa ex protectora política Elba Esther Gordillo Morales, quien hace ocho días –según versión de la columnista Martha Anaya, de El Heraldo de México– recibió en su departamento de Polanco a un selecto grupo de maestros a los que habría revelado sus planes en contra de algunos personajes “a los que no perdona su ‘traición’ ”.
De acuerdo con la autora de la columna “Alhajero”, Gordillo “se cobró ya la factura más importante que tenía pendiente: Tumbar a los Yunes”, cerrándole “el paso al hoy gobernador Miguel Ángel Yunes Linares que fue quien pasó buena parte de la información que serviría para perseguirla; y evitar que entronizara a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez en la gubernatura de Veracruz”.
Sin embargo, este jueves trascendió que la maestra estaría por derrocar a Juan Díaz de la Torre de la presidencia del SNTE, quien podría caer en agosto entrante, antes del inicio del próximo ciclo escolar.
“Para nadie es secreto que el SNTE fue uno de los grandes perdedores de la jornada electoral, pues quedó en evidencia que los maestros no votaron como lo ‘ordenaba’ su dirigencia. Tan es así que Nueva Alianza perdió su registro”, apuntó el diario Reforma, destacando que “hubo casos emblemáticos, como en Veracruz, donde el sindicato agrupa a 111 mil 300 trabajadores, pero el PANAL no llegó ¡ni a 40 mil votos! en la elección para gobernador.”
Gordillo estaría impulsando al huatusqueño Rafael Ochoa Guzmán, quien ya dirigió el sindicato magisterial.