Es la misma película pero con otro director y otro presupuesto de producción, la ciudadanía tiene memoria y seguramente se está dando cuenta del engaño que resultó una campaña hinchada de promesas en el 2016, un discurso justiciero tipo AMLO y el hartazgo social. En la recta final de la administración Yunista los gargajos que escupieron para arriba ya se les escurren por la cara.

Justamente a finales de la administración Duartista, con Flavino Ríos Alvarado de gobernador porque el gordito andaba de pelada, MIguel Angel Yunes Linares se llenaba la boca haciendo declaraciones en medios nacionales sobre la situación que vivía Veracruz; fue en el informativo «Atando Cabos» de la periodista Denise Maerker, transmitido por Radiofórmula, donde MIYULI criticó las protestas de empresarios que exigían pago por sus servicios al gobierno que en aquel tiempo salía. Al respecto, en cadena nacional, el actual gobernador afirmó que esas protestas daban mala imagen y espantaban las inversiones, la declaración la hizo por ahí del 25 de noviembre del 2016 y además compartió al auditorio que en esos días tenía programada una reunión con José Antonio Meade, Secretario de Hacienda en aquel tiempo, para analizar la crisis financiera del estado y tomar determinaciones para establecer una ruta que permitiera pagar dichos adeudos a los empresarios.

Hoy la vida pone al mandatario y su gobierno en la misma circunstancia, ahora es él quien no quiere dar la cara, es su administración la que debe a proveedores y parece que se está convirtiendo en lo que más criticó. Uno de sus blancos era otro, el ex gobernador, Fidel Herrera Beltrán, a principios de diciembre dijo a Joaquín López Dóriga que tenía argumentos suficientes para para vincular al Tío por delincuencia organizada y una cesión ilegal de terrenos al suegro de Javier Duarte; Herrera sigue libre y parece que ya quedó fuera del discurso Yunista hace meses.

Y de las cifras de inseguridad y violencia ni hablamos, del manejo de las alertas de género menos; cuando uno cree que ya lo vio todo entonces las historias del pasado son superadas. La diferencia en el caso es el gobierno que viene, MORENA en la alternancia con una hoja de ruta incierta para el estado, al menos de Yunes se tenía un esquema de acción claro el primer semestre, chambeó la plaza desde mucho antes a su estilo pero con un impacto mediático y de percepción social que lo catapultó al grado de que algunos de sus más fieles lacayos lo veían como una buena carta del panismo hacia la presidencia de la República.

Pendiente sigue la designación del Fiscal Anticorrupción en Veracruz, pendientes también por llenar las vacantes el Poder Judicial del estado; analogías del fin del Duartismo que hoy ponen en ese nivel a los que encabezaron el gobierno del cambio, subidos en el ladrillo mirando para arriba y planeando cómo seguir exprimiendo el recurso público para hacer una buena ronchita y vivir cómodamente mientras pasa la austeridad republicana que, en Veracruz, parece ser la estrategia que impere en el más amplio sentido, hasta hoy hay asuteridad de propuestas, de nombres, de ideas, y nos viene a la cabeza la misma idea que tuvimos cuando se eligió a Yunes Linares: «con tanto talento en Veracruz da para un gabinete de primera» y deseamos profundamente no estar en la antesala de la peor vacilada de gobierno en México y Veracruz, la vida da vueltas tan rápido que hoy vemos el ejemplo de Yunes de espalda a la pared con una deuda moral por quemar su gobierno desde la campaña con propuestas inviables y cerrando administración bajo las mismas protestas y problemáticas que tenía Flavino Ríos , ¿nos pasará lo mismo con MORENA?, ¿será el próximo gobierno el verdadero cambio? La sociedad no está para seguir concediendo y si no toman las riendas de lo más importante ya, los reclamos se verán más temprano, hoy se van los que sacaron el cobre en menos de dos años y llegan los que van por seis, mas les vale cumplir.