Un total de 10 estudiantes que finalizaron el cuarto semestre de la Licenciatura en Contaduría de la Universidad Veracruzana (UV) fueron los primeros en realizar una experiencia de movilidad internacional en la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz” de Cuba.
Con ellos inició formalmente el convenio de colaboración que han establecido ambas universidades y tiene como propósito internacionalizar tanto las experiencias de los universitarios como de la currícula que se imparte en las dos instituciones.
Los jóvenes estudiaron en la Facultad de Ciencias Económicas la experiencia educativa (EE) Análisis e Interpretación de Estados Financieros, que será validada en la UV como Fundamentos de Administración Financiera.
Al ser entrevistados, cinco de ellos coincidieron en señalar que todas las personas fueron muy amables y atentas; los profesores les apoyaban en todas las dudas que tenían y una pareja de estudiantes cubanos les ayudaron en todo momento a adaptarse a la forma de vida en la provincia cubana.
Coincidieron también en que para poder asistir a una experiencia de movilidad se debe ser responsable y aplicado, “con esfuerzo todo se puede lograr y haber hecho una experiencia de movilidad te abre las puertas, es una experiencia muy bonita”.
Maricruz Vásquez Flores consideró su experiencia como muy enriquecedora en todos los aspectos y resaltó que la asignatura en Cuba la impartieron dos profesores de manera simultánea, “esto lo hizo muy interesante porque entre ellos mismos se complementaban”.
La joven consideró que “esta experiencia será recordada por todos nosotros desde una manera muy bonita, y en cuanto al aspecto académico fue de gran utilidad para correlacionar la educación que tenemos en nuestro país y con la de Cuba, donde se tienen altos estándares en educación”.
La actitud de los académicos fue algo que le impactó mucho; al respecto, dijo: “Los maestros siempre nos dieron la confianza para preguntarles sobre nuestras dudas y darnos todas las herramientas para que comprendiéramos las cosas que se nos dificultaban”.
Víctor Hugo Hernández Hernández definió su experiencia como muy gratificante, además de haber podido apreciar la riqueza de Cuba, tanto en lo cultural como en lo educativo. “Los profesores que nos impartieron la materia eran realmente unos grandes maestros que además de tener los conocimientos sabían cómo compartirlos”.
Admitió que haber salido de la “zona de confort” fue difícil al principio y vivir algunas de las limitaciones que no se tienen en México sensibiliza sobre las posibilidades de trabajo que tenemos en nuestro país.
Su estancia en la Universidad de Camagüey no sólo se dedicó al estudio, también los llevaron a visitar varias localidades de la isla, desde lugares históricos hasta sus playas.
“Es una experiencia que te cambia la vida; puedes contarle a tu familia y amigos que estar en un país con otro sistema económico y social te abre la mente a reconocer que tenemos muchas oportunidades que otras personas no tienen y que se deben aprovechar”.
Consideró que la estancia fue “un golpe de realidad pues en un país capitalista existen posibilidades para convertirse en una persona exitosa, con mucho esfuerzo, pero se puede; no obstante, en Cuba las personas son muy felices, te tratan lo mejor posible a pesar de las carencias y siempre brindarán lo mejor de ellos. Sin duda es una experiencia que me gustaría repetir”.
Rosa Alejandra Mancilla Hernández calificó la experiencia como única, ya que abre nuevas oportunidades académicas y profesionales que se reflejan en el currículum porque tuvieron la oportunidad de ir a otro país, conocer otra cultura y asumir nuevos retos.
Relató que los profesores que impartieron la experiencia contaban con grado de doctor y poseían vastos conocimientos en la contaduría y estados financieros, le impusieron un rigor a la enseñanza pero también fueron completamente abiertos para atender dudas.
La universitaria subrayó que en las clases se fomentó en gran medida el pensamiento analítico y la reflexión. “Ahora no nos vamos a quedar con lo que un maestro nos diga, sino que vamos a buscar más”, dijo y recomendó a los universitarios interesarse por la movilidad estudiantil debido al gran impacto que genera en la vida profesional y personal.
Desde el primer día que llegaron a Cuba los apoyaron y los hicieron sentir como en casa, los catedráticos adaptaron la materia al grupo de estudiantes con un ritmo de trabajo que consideró inclusive las diferencias entre el español que se habla en México y en Cuba.
“Siento que después de esta experiencia nuestros conocimientos académicos y culturales se ampliaron porque tenemos la experiencia de haber estado en otro país diferente al nuestro; estuvimos cerca de otros estudiantes y otros maestros, incluso de las cocineras que trabajaban donde nos alojaron. Estando en otro país crees que vas a extrañar a tu familia y sí ocurre, pero Cuba nos acogió tanto que nos sentimos como en casa”, relató Mancilla Hernández.
Una de las estudiantes cubanas les brindó un apoyo total ya que había cursado la misma materia, facilitándoles materiales y un acompañamiento para que pudieran aprobar la asignatura, detalló la alumna.
“El resultado fue positivo, los 10 estudiantes nos regresamos con una calificación de excelente y lo más importante fueron los conocimientos que ahora tenemos porque se ampliaron y todos volvimos muy satisfechos”, afirmó.
Loth Elizau Hernández del Valle es el único estudiante del grupo que suma su segunda experiencia de movilidad y había considerado acudir en esta ocasión a la Universidad de La Habana.
Cuando vio la convocatoria le surgió interés, pero también miedo de quedar fuera de los elegidos; sin embargo, “el que no arriesga no gana, así que hablé a mi casa, pedí permiso y me dijeron que sí”.
Para el joven, esta vivencia “es un compromiso personal en que uno va a aprender y ello genera un segundo compromiso: volver a la UV y compartir con los compañeros lo que aprendió al cursar esta materia”.
Uno de los académicos tenía experiencia en el sector público y comentó a los estudiantes que había adaptado los contenidos para el contexto de México, comparándolo con el sistema que opera en Cuba.
Loth Hernández recordó que “a veces los profesores hablaban muy rápido y si veían que alguien tenía dudas buscaban la manera en que entendiéramos, así quedaban satisfechos ellos y nosotros”.
La percepción que se tiene de los contadores como personas rígidas o “cuadradas” fue desplazada por la forma en que los académicos cubanos cuestionaban y hacían reflexionar a los estudiantes, incitando su curiosidad por dar una respuesta adecuada.
Hernández del Valle es egresado de la carrera de Filosofía, decidió cursar Contaduría a partir de su experiencia laboral en una empresa donde comenzó a cuestionar “de dónde surgían los números que presentaban en las juntas corporativas y me llamaba la atención, además que se me facilitaba”.
Karla Angélica López Benavides compartió que fue una de las últimas personas en aplicar para la convocatoria porque tenía muchas dudas, pero uno de sus mejores amigos la convenció.
“Me daba mucho miedo porque nunca había salido del país, entonces no sabía qué podía pasar o cómo sería separarme de mi familia; era poco tiempo pero ese miedo me comía, además no tenía pasaporte. Cuando quedaban sólo dos lugares me decidí y presenté mis documentos, quedé y es una de las mejores oportunidades de la vida que pude aprovechar.”
Instó a sus compañeros de semestres inferiores a que no se queden pensando “en lo que pudo haber sido sino que lo intenten; puede que no sea ahora, puede ser después, pero que lo intenten”.
En principio les dijeron que los profesores eran muy estrictos, “el día que nos dieron la primera clase iba muy nerviosa; sientes que no eres de ahí, todos te identificaban como mexicano o peruano, hasta coreano le dijeron a uno de mis compañeros por sus ojos rasgados”.
Fue una grata experiencia saber que los académicos adaptaron su programa al entorno mexicano y quedó muy satisfecha con los contenidos y la forma de enseñanza de ambos catedráticos.
Algo que le impresionó mucho es la seguridad que existe en las calles y en los lugares, a lo que se suma la amabilidad de las personas, “realmente quedé muy enamorada del país, porque aunque dejé un estado de confort, al platicar con las personas me di cuenta que están enamorados de nuestra cultura, como el Día de Muertos”.
Por su parte, Leticia Murcia López, jefe de carrera de la Licenciatura en Contaduría, detalló que el convenio marco entre ambas universidades se firmó en noviembre de 2017 y el convenio específico ahora vigente es relativo al intercambio estudiantil.
Para facilitar la movilidad, la Universidad de Camagüey brindó hospedaje y alimentación a los universitarios, lo que es un factor decisivo en el éxito de esta experiencia.
Se tiene proyectado que a finales de octubre de este año visiten la UV alumnos de la institución cubana, para lo cual se están haciendo todos los preparativos correspondientes.
“Este convenio abre muchas posibilidades y esperamos que ésta sea la primera de muchas experiencias de movilidad porque nos beneficia a ambas universidades en la internacionalización del currículum, uno de los indicadores clave para la acreditación como programa educativo de calidad”, expresó la académica.
Al respecto, Jerónimo Domingo Ricardez Jiménez, director de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), definió como altamente significativo y relevante efectuar una movilidad académica, y si es de carácter internacional adquiere una dimensión mayor.
“Para la Facultad es la primera incursión en donde nuestros estudiantes recibieron una EE que podrán acreditar como parte de su mapa curricular”, dijo.
“Más allá de lo educativo, el residir en otro país y conocer a su gente es parte de lo que propone la formación integral del Modelo Educativo de la UV, por tal razón seguiremos impulsando la movilidad entre los estudiantes”, afirmó.
En ese sentido, agradeció el apoyo y acompañamiento que realizaron tanto la Dirección General de Relaciones Internacionales (DGRI) como la Dirección General del Área Académica Económico-Administrativa “que ha seguido muy de cerca este proceso para poder concretar la movilidad haciendo un esfuerzo institucional desde distintas áreas”.
David Sandoval Rodríguez/Prensa UV