A 137 días, del inevitable adiós, con los resultados de la elección se avanza en una posible transición, que no sea más de lo mismo.

Bien por reconciliar y reorganizar en la pluralidad y la libertad. En diciembre se renovan obligación oficial y responsabilidad social.

No va a ser fácil ni rápido, tampoco simple, sencillo y barato, pero hay que intentarlo, esa es la alternativa elegida por mandato popular   .

En general, autoritarismo y nepotismo, fueron derrotados. Al respecto abundan y habrá innumerables  explicaciones y opiniones periodísticas; de ellas, sencilla, clara y directa,  sobresale la del maestro José Pablo Robles,  cuya lectura es recomendable para políticos y ciudadanos en general. http://imagendelgolfo.mx/columna/48790/solo-hubo-un-culpable.html

Se confirma que la generalidad de las encuestas tenía razón,  MORENA triunfa abrumadoramente, en la mayoría de las elecciones convocadas.

Andrés Manuel en el país, Cuitláhuac en el estado, y en general todos los electos, están ahora ante el privilegio de la representación democrática,  y la singular responsabilidad de concretar el cambio, que se caracterice como lo que han llamado: la Cuarta Transformación.

Decirlo es fácil y rápido, hacerlo realidad exige de un gran esfuerzo responsable e incluyente, participativo y organizado. Se concretan esperanza y oportunidad, hay que aprovecharlas.

En fin, para cambiar es imperativo permanente,  exigir  información actualizada y rendición de cuentas verdadera; para, por lo pronto,  evaluar desempeño y  tamaño del daño, a los que están y ya se van. Indispensable contar con diagnósticos reales y actualizados, para no ocultar, minimizar, distorsionar o inventar.

Téngase presente que los problemas no se han resuelto, que crecen y se complican para millones y millones de seres humanos, limitados y sacrificados en su vida diaria.

Inocultables inseguridad, corrupción, pobreza, hambre, debilitamiento institucional, opacidad, endeudamiento  y crisis de administración y  finanzas públicas.

En Veracruz, oportuno insistir y preguntar. ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios especiales?

Saber distinguir cuando un gobierno es malo,  es importante tarea de la democracia. Problema  mayúsculo y más delicado, si de malo pasa a peor, porque en ese caso, simplemente es cuestión de supervivencia.

Cambiar para gobernar al Gobierno

Preciso entender y atender dinámica y alcances del hartazgo e inconformidad social. Empezar, por exigir que se atienda bien y a tiempo; y en consecuencia, cambiar lo que se deba cambiar; y conservar, lo que es útil y valioso.

Reformarse  y actualizarse, reorganizarse  y ser eficiente,  es deber ineludible de todo buen gobierno. Si no lo hace, si no cumple con su doble obligación, de atender el presente y de prever el futuro, entonces hay que cambiar el gobierno y, desde luego, señalar  responsabilidades, enjuiciar y aplicar las sanciones correspondientes. De lo contrario gobernaran  irresponsabilidad,  corrupción e impunidad. Bienvenida la revocación de mandato.

No más acciones y decisiones que causan daños y pérdidas, sacrificios y sufrimientos, a millones de seres humanos.

Determinante  prever lo previsible y evitar lo evitable; esto es, asumir actitudes más responsables y razonables, tolerantes e incluyentes, que den cause a los reclamos e inquietudes, a las necesidades e intereses de la sociedad.

En resumen no hay necesidad de sacrificios, ni de victimas si se tiene un buen gobierno. Si se promueve y consolida  la magnitud del cambio social necesario; y no se permite  detenerlo, cancelarlo, eliminarlo o distorsionarlo, favoreciendo o protegiendo  intereses y privilegios que se necesita eliminar o afectar.

Fundamental recordar y tener presente, que el origen y destino de la representación pública es el ciudadano y la sociedad en general.

El gobierno no puede estar por encima de la sociedad; está para servirla, no para servirse de ella, saquearla o sacrificarla. Es responsable ante la sociedad y no al revés.

En todo caso, el gobierno debe estar comprometido con la construcción de una sociedad  participativa  e incluyente,  estable y cambiante. Gobierno moderno, eficiente  y creador de oportunidades  para todos, impulsor de la democracia  participativa.

Ante  retos y desafíos, adversidades  y oportunidades,  problemas y conflictos, es preciso no confundir y distinguir aciertos de errores, para corregir deficiencias y pérdidas; o  para identificar y sostener  logros y avances alcanzados, casi siempre, a través de enormes sacrificios, cuantiosos recursos  y valiosos esfuerzos.

En las democracias con alta competencia, los liderazgos políticos se debilitan o fortalecen, son renovados o desaparecen por diferentes causas y de diversas formas.

Hay que facilitar e incorporar la acción participativa y de evaluación social permanente, en la vida cotidiana. No solo de vez en vez,  cuando  solo a través del sufragio,  grupos y personas permanecen o acceden al poder, se relacionan y sostienen, para encaminar los esfuerzos individuales y colectivos hacia objetivos y metas planteados.

Gobernar bien significa hacerlo de manera democrática, atendiendo con eficacia y oportunidad, con evaluación y previsión, las demandas y exigencias de la población. La sociedad, no el gobierno, es la actora principal, la protagonista central del desarrollo y, en última instancia, la razón primigenia de toda organización gubernamental.

Insistir y recordar.

Reto central de un buen gobierno es profundizar en la democracia, pues ésta no termina cuando concluye un proceso electoral; es contribuir a la construcción y fortalecimiento de una ciudadanía activa; y es  crear las condiciones para que todos hagan valer sus derechos, cumplan sus obligaciones y participen responsablemente, para que asuman su condición de protagonistas de su propio desarrollo.

El gobierno es y debe ser, causa y efecto de la democracia representativa y participativa. Legal, legítimo, incluyente y eficiente..

Esperanza y oportunidad, reconciliar y reorganizar esfuerzos y  voluntades, para  aprovechar  potencial y  fortalezas existentes.

-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH