La pugna por el gobierno del vecino estado de Puebla está por ser definida sobre la mesa, lamentablemente dentro de un contexto violento, ahí si con el discurso del fraude a tope, con una candidata esposa del gobernador saliente frente a un candidato morenista, escenario muy parecido al que vivimos en Veracruz hace unos cuantos días, un familiar directo del titular del ejecutivo saliente y un candidato que explota el efecto López Obrador para ganar un estado en el que el Movimiento de Regeneración Nacional no tiene la misma presencia que en Veracruz.
Allá los números, los conteos, dan el triunfo a Marta Erika Alonso quien es la abanderada de la misma coalición que impulsó a Miguel Angel Yunes Márquez; es un caso prácticamente igual, legalmente posible pero moralmente cuestionable, y fue la idea que se nos vino a la cabeza desde que supimos que la esposa de Moreno Valle seríacandidata, incluso amboscasos fueron citados en medios nacionales y descritos como una clara intención de prolongar en el poder a una familia y no a un partido. Por su parte, Miguel Barbosa, un viejo lobo de mar en la política y el servicio público, quizás una de las cartas más fuertes en ese sentido de los candidatos de MORENA a las gubernaturas, pero al parecer el «efecto López Obrador» no le hizo el milagrito.
La diferencia de votos no es tan amplia como la que se dió en nuestra entidad, es por ello que de entrada sería considerada como una elección que iría a otras instancias y así hubiera sido pero parece ser que al INE y, sobre todo a Lorenzo Córdoba les enojó mucho que les aguaran su «fiesta de la democracia». Lo pero, y por lo que llamó tanto la atención la elección poblana fue por un incidente con tintes violentos que se dió al interior del hotel MM den la ciudad de Puebla, resulta que ahí había un laboratorio electoral, así me lo dijo el Mismo Barbosa en entrevista, donde se clonaban actas y se tenía el control del PREP, a ese lugar llegaron sinpatizantes de MORENA y a la fuerza entraron, empujando, golpeando, gritadndo; hicieron cuanto quisieron con tal de buscar un triunfo que creían tener seguros.
Quienes ocupaban ese salón, equipo de la candidata Alonso, dicen que solamente estaban cotejando las actas que sus representantes de casilla obtuvieron al cerrar la elección; el mismo Max Cortázar, coordinador de esa campaña, dijo a un servidor que las personas ahí reunidas eran muchos jóvenes voluntarios de su coalición que estaban haciendo el trabajo que todos los equipos de campaña hacen al terminar la jornada de votación, él acusa a Barbosa y su gente de haber golpeado a su equipo, incluso hay muchos videos del momento y hasta circula otro en el que un funcionario electoral de Puebla es amenazado por la turba a las afueras de dicho hotel donde se dió el incidente.
El curso de esa elección lo tomará la autoridad electoral de Puebla y, de ser necesario, la FEPADE y los tribunales, ustedes se preguntarán por qué les quito su tiempo para leer algo que pasó en otro estado, pues imaginen que la elección en Veracruz hubiera tenido las cifras cerradas que se dieron en Puebla, conociendo al gober y con el gran empuje que tiene hoy MORENA y sus simpatizantes estaríamos en medio de una pugna quizás solamente en la mesa, pero posiblemente también en las calles con álgidas protestas y con un gobierno estatal teniendo campo de acción para intervenir.
Afortunadamente no fuimos Puebla, no lo escribo así por quien ganó y quien perdió, lo remarco porque ese tipo de escenarios son muy lamentables y las señales son muy claras, lo podemos afirmar con el análises postelección, a eso le apostaban en nuestro estado desde la campaña, ahuevo generar la idea de que sería una elección cerrada para justificar una acción en contra del voto popular. Por eso debemos valorar todo lo que pasa aquí y vernos en otros espejos, para no repetir los mismos errores, un servidor cree profundamente que una sociedad informada toma mejores decisiones, ustedes dirán si estamos en eso o apenas vamos torneando la democracia jarocha.