Si hace apenas dos años alguien hubiera dicho que en 2018 el mapa electoral de Veracruz se iba a pintar de café con unas motitas azules, lo habrían tachado de loco. Pero así fue.
Una vez terminado el cómputo y ya con los datos oficiales, la coalición Juntos haremos historia integrada por Morena, PT y PES se quedó con 21 de las 30 diputaciones locales, mientras que la coalición del PAN-PRD y MC obtuvo las nueve restantes. El PRI fue borrado por vez primera en su historia de este mapa electoral.
Pero no todo es alegría para los partidos que integraron la coalición con Morena, por el contrario, este triunfo se trastocó en fracaso.
El Partido del Trabajo perdió su registro en Veracruz al no alcanzar los votos necesarios para seguir medrando del presupuesto. Y es que a la hora de sufragar, los votantes se fueron derecho por Morena y olvidaron al PT.
El coordinador estatal de ese partido, Vicente Aguilar Aguilar, manifestó que aunque a nivel nacional su partido sigue en pie, en Veracruz se vieron afectados por el “tsunami” de Morena.
Al Partido Encuentro Social le irá peor pues está a punto de perder su registro en todo el país por lo mismo; por no alcanzar el mínimo de votos necesarios para seguir jugando a las elecciones. Así que va pa fuera.
Esto será un aliviane para Andrés Manuel López Obrador que se echó de enemigos a los miembros de las minorías y a un nutrido grupo de intelectuales, cuando aceptó sin ningún tapujo coaligarse con el partido más sectario y de ultraderecha que existe en el país.
En el mismo brete se encuentra el Partido Nueva Alianza (Panal), que llevó como candidata a la gubernatura a Miriam González Sheridan. Este partido que originalmente fue fundado, patrocinado y forrado de billetes por la maestra Elba Esther Gordillo, pasará a mejor vida no sólo en Veracruz sino a nivel nacional.
Tanto el PES como el Panal dejarán de percibir una buena millonada de los contribuyentes veracruzanos. Y es que para este año cada uno recibió 8 millones 648 mil 807 pesos, es decir, 17 millones 297 mil 614 pesos en total. Cantidad que se fue a la bolsa de unos cuantos.
Otro que se va de Veracruz es el Partido Movimiento Ciudadano cuyo dueño, amo y señor es el ex gobernador Dante Delgado. De acuerdo con el PREP, Movimiento Ciudadano tampoco obtuvo el número de votos requeridos para continuar con su registro.
Este partido fue en alianza con el PAN y el PRD que apoyaron la candidatura a gobernador de Miguel Ángel Yunes Márquez. Si en Jalisco le fue muy bien porque ganó la gubernatura, en Veracruz donde nació, Movimiento Ciudadano está por perderlo todo.
Al igual que el PES y Panal, Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo recibieron prerrogativas de los veracruzanos por 8 millones 648 mil 807 pesos.
Si estos cuatro partidos se quedan sin registro (que ojalá así sea), los veracruzanos estarán dejando de tirar a la basura 34 millones 595 mil 228 pesos anuales que pueden ocupar en otros menesteres.
Que cuatro partidos que nunca aportaron nada a la democracia de este país se larguen de Veracruz (y dos de ellos desaparezcan del mapa político nacional) es una excelente noticia.
Dios ha de querer que no haya malabares aritméticos ni dinero de por medio que hagan que un juez ordene el regreso de su registro.
Siempre he sostenido que mantener zánganos no es buen negocio. Y estos cuatro partidos jamás fueron una opción real para mejorar la vida política de Veracruz ni del país; sino una caja de caudales que ha hecho millonarios a sus dueños.
Salvo las rarísimas excepciones en las que compitieron solos en una elección, tanto el Panal como el PES, PT y MC siempre se han coaligado a un partido grande con el único propósito de conservar su registro y obtener multimillonarias prebendas. Lo demás les vale madre.
Urge que se reforme la ley para que se registren los partidos políticos que quieran, siempre y cuando logren el 7% de la votación en una elección y compitan solos. Nunca más en alianza, a no ser que se apruebe la segunda vuelta electoral.
Eso sería lo justo para quienes los pagamos con nuestros impuestos.