De forma reciente, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer las cifras de la incidencia delictiva correspondientes a mayo del presente año.
Esas estadísticas tienen su base y origen en las denuncias presentadas ante las fiscalías y procuradurías estatales de justicia.
Para Veracruz, no hay buenas noticias: el número de los delitos totales durante mayo se ubicó en poco más de 4 mil, ligeramente arriba de los números de abril.
Si se compara con los casos registrados durante enero y febrero, entonces el porcentaje se dispara de forma considerable; enero registró poco más de 3 mil 100 casos; y febrero, 3 mil 500.
Por otro lado, si bien no se llegó a las cifras récord en materia de homicidio doloso, sí se mantiene la misma tendencia de los cuatro meses previos. De hecho, mayo es hasta ahora el segundo mes con más casos en lo que va del año, con 123.
Cada día de mayo, se cometieron en promedio casi 4 asesinatos dolosos en Veracruz. Y luego se extrañan por la percepción de inseguridad que se registra en la entidad…
Las cifras del Secretariado Ejecutivo ubican en 361 los casos de lesiones dolosas.
Durante el quinto mes del año, de acuerdo con la fuente, se denunciaron en Veracruz 11 secuestros, cifra igual a la registrada durante enero y febrero.
Otros datos: casi mil 600 robos; cerca de 150 robos a casa habitación; 586 vehículos robados; y 311 robos contra negocios, 10 cada día.
Cada semana, al concluir las reuniones del Grupo de Coordinación Veracruz, en la que las instancias de seguridad evalúan los avances registrados en la materia, nos dicen que en todas las regiones de la entidad hay menos delitos que en el pasado; cada semana el discurso oficial es muy parecido: bandas desarticuladas, delincuentes capturados y reducción del índice delictivo; sin embargo, pareciera que los datos oficiales, que están basados en las carpetas de investigación integradas, no respaldan ese optimismo.
Así las cosas, mientras el avance de que nos hablan en el tema de combate al delito no se refleje en la vida cotidiana de los veracruzanos, en el día a día, la percepción de inseguridad seguirá exactamente igual.
Ese, a unos días de la jornada electoral, es uno de los temas que más podría perjudicar a los candidatos del partido en el gobierno estatal.
Anilú y las campañas priistas
Anilú Ingram, candidata de PRI-Verde a una diputación federal por representación proporcional, podría considerarse un ejemplo para otros aspirantes de esa fuerza política en el presente proceso electoral.
La ex delegada de Sedesol y ex diputada local, ha mantenido el ritmo durante toda la campaña; y ha recorrido Veracruz en apoyo a los candidatos del PRI a gobernador, al Senado y a las diputaciones locales y federales por mayoría relativa.
A Ingram Vallines lo mismo se le vio en la Huasteca Alta que en las Altas Montañas y en el sur de Veracruz. Ayer, por ejemplo, sostuvo una reunión con los candidatos del Puerto y los agentes aduanales de Veracruz. Ahí, la aspirante priista indicó que los abanderados de su partido han privilegiado las propuestas y los argumentos a la hora de convencer a los electores; Anilu Ingram ha permanecido al margen de los escándalos, de las campañas negras, y de la guerra de lodo que ha caracterizado al proceso.
“El PRI –apunta – cierra con fuerza la campaña… los números indican que estamos en la competencia por la Presidencia de la República, dado que José Antonio Meade se encuentra en segundo lugar y cierra muy fuerte; la estructura está fortalecida y cohesionada”.
Con la diputación en la bolsa, Anilú Ingram podría instalarse en la comodidad del escritorio, porque al final será diputada federal al estar colocada en una posición privilegiada en las listas plurinominales; contrario a ello, la candidata del PRI ha realizado una campaña más intensa, incluso, que algunos candidatos del tricolor que van por mayoría relativa. @luisromero85