La depresión es un trastorno mental que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si bien existen tratamientos, pero muchos de ellos se basan en una hipótesis de cómo surge la depresión.
Los pacientes que no se ajustan a las investigaciones pueden no obtener beneficios. Un estudio realizado por la Universidad de Hiroshima, publicado en la revista Neuroscience, dio a conocer cómo una proteína llamada RGS8 juega un papel importante en el comportamiento de las personas con este trastorno.
Monoaminas, ¿las culpables de la depresión?
Hasta ahora, los científicos piensan que investigaciones acerca de las monoaminas, llamada así por el tipo de dos sustancias químicas que las personas deprimidas carecen: serotonina y norepinefrina, explican cómo surge la depresión. El 90 % de los medicamentos antidepresivos se basan en esta idea. Su objetivo es recalibrar las dos monoaminas para el uso de los pacientes.
in embargo, los autores del estudio y neurocientíficos de la universidad, Yumiko Saito y Yuki Kobayashi, comentaron:
“Treinta por ciento de las personas que consumen estos fármacos no experimentan un efecto. Obviamente, necesitamos un nuevo medicamento y otra explicación acerca de los que podría causar depresión”.
Este estudio se basa en trabajos previos en los que el equipo descubrió que la RGS8 controla un receptor de hormonas llamado MCHR1. Las partes del cerebro relacionadas con el movimiento y la regulación del estado de ánimo muestran signos de expresión de RGS8. Cuando el MCHR1 está activo, ayuda a regular el sueño, la alimentación y las respuestas de ánimo.
Experimentación
La investigación refleja que entre menos RGS8 exista, significa un mayor comportamiento deprimido. Sin embargo, este efecto nunca se ha examinado en un ser vivo. El grupo de Saito estudió la depresión en ratones en dos ámbitos: a nivel conductual, y a nivel inmunohistológico.
Primero, los ratones hicieron una prueba de nado, que es un método común para evaluar los comportamientos depresivos en los animales. Los investigadores midieron el tiempo en el que cada ratón estuvo activo, luego lo restaron del tiempo total de la prueba, dejando un período de inmovilidad.
Los ratones con más RGS8 en su sistema nervioso registraron tiempos de inmovilidad más cortos que aquellos con una cantidad normal de la proteína. Sin embargo, cuando se les administró un fármaco antidepresivo que actúa sobre las monoaminas, los ratones RGS8 tuvieron tiempos de inmovilidad aún más cortos. Y cuando se les administró un medicamento que evita que el MCHR1 funcione, el tiempo de inmovilidad no cambió.
“Estos ratones mostraron un nuevo tipo de depresión”. “Las monoaminas parecían no estar involucradas en este comportamiento depresivo. En cambio, MCHR1 sí lo estaba”, comentó Saito.
En los últimos diez años, los científicos han visto que los cilios disfuncionales están asociados con trastornos como la obesidad, enfermedad renal y enfermedad de la retina. No se sabe mucho sobre su relación con los trastornos del estado de ánimo. Estos hallazgos llevaron a los investigadores a pensar que RGS8 es candidato para el desarrollo de nuevos fármacos antidepresivos.
Con información de Muy Interesante