Enfilados a una estruendosa derrota, casi a un vergonzoso resultado, los candidatos del PRI al Senado dejaron de asumir un papel de protagonismo en la escena electoral veracruzana, para convertirse en actores de reparto.
Cada vez se sabe menos de los abanderados priistas a la Cámara Alta, Juan Nicolás Callejas Roldán y María del Carmen Pinete, de quienes se dice que terminaron por capitular.
Es la resignación ante la inminente derrota en la jornada del primer domingo de julio.
Una vez más, como ocurrió en 2006, cuando al Senado llegaron Dante Delgado, Arturo Hérviz y Juan Bueno, el priismo veracruzano se quedará sin representantes en dicha instancia legislativa.
No se esperan sorpresas en cuanto al resultado posible para el tricolor rumbo a la Cámara Alta. Sorpresa sería, en todo caso, que la dupla Callejas-Pinete llegara al 20 por ciento de la votación total.
Rezagados los priistas, y reducido ese partido a su mínima expresión, la verdadera competencia se registra entre los representantes de la alianza PAN-PRD-MC, Julen Rementería del Puerto y Yazmín Copete Zapot; y los de Morena-PES-PT, Rocío Nahle García y Ricardo Ahued Bardahuil.
De esos cuatro nombres, sólo uno quedaría fuera del próximo Congreso, en tanto que dos, Nahle y Rementería, con seguridad se encontrarán en la Cámara con otros veracruzanos que van en posiciones privilegiadas de las listas de plurinominales: Indira Rosales y Dante Delgado.
Cuando faltan poco más de dos semanas para la jornada electoral, nada está definido en la carrera por el Senado, y lo único claro es que el PRI no aspira a nada en esa competencia.
A los candidatos de PAN-PRD-MC les favorece el trabajo del gobierno estatal y particularmente el punto relacionado con el combate a la corrupción y el ajuste de cuentas contra los miembros de la administración encabezada por Javier Duarte; en tanto que para los de Morena el impacto de su candidato presidencial podría ser determinante.
Revelador, que nadie toque ni con el pétalo de una crítica a Callejas Roldán y menos aún a Pinete Vargas; al ex dirigente magisterial no le ven posibilidad alguna de competir con seriedad y por eso sus adversarios dejaron de ocuparse de él.
La lucha real por el Senado, decía, es entre las parejas Nahle-Ahued y Rementería-Copete; y entre ellos se dan principalmente los ataques mediáticos.
De forma reciente, por ejemplo, la candidata de Morena lanzó un petardo contra el ex presidente municipal de Veracruz; afirmó Nahle que Rementería habría cometido actos de corrupción al otorgar contratos al dirigente estatal del Partido Acción Nacional, José de Jesús Mancha Alarcón.
Por parte del candidato panista no hubo una respuesta contundente al señalamiento. Contrario a ello, diversos medios informativos dieron cuenta de los contratos citados por Nahle, quien llevó el caso al Poder Legislativo Federal, donde pidió que la Auditoría Superior de la Federación audite el trabajo de su adversario al frente de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas del Gobierno del Estado.
El asunto no creció como esperaban en el búnker de Morena, pero dejó en evidencia la poca capacidad de respuesta del equipo de Julen.
Probablemente el único intento por dejar atrás el asunto de los contratos al dirigente de Acción Nacional se registró 3 días después del señalamiento de la candidata de Morena: los representantes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Veracruz dijeron que José de Jesús Mancha no está afiliado al organismo.
En la presente campaña, Julen Rementería ha usado hasta el cansancio su paso por la SIOP estatal en sus espectaculares, propaganda y discursos, el candidato panista hace referencia a los logros en esa oficina gubernamental; veremos si eso le ayuda en algo. @luisromero85