“La emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre, como es libre en el hombre la facultad de pensar”

Benito Juárez

 

Los debates no sirven para subir o bajar en las preferencias, al menos a nivel presidencial nos ha quedado claro; medio han sido útiles para contrastar el carácter, propuestas y manejo de estrategia del Bronco, Meade, Anaya y López Obrador. Ayer, en el último de los tres debates organizados por el INE, vimos un Andrés Manuel montado en su campaña eterna, en su inercia, en el empuje que le da el enojo ciudadano, en la holgura de las encuestas; rayando en la soberbia le dice a los contrincantes que están desesperados porque él tiene la presidencia en la bolsa sin el mínimo esfuerzo, al menos en la campaña actual. López Obrador no ha tenido que tender puentes, simplemente abrió la puerta a los arrepentidos de otros partidos, canalizó su proyecto personal y se ha rodeado de quienes creen que él es el indicado para enderezar el barco.

Sin salir del discurso que trae desde que fue candidato por el PRD, muestra que no tiene idea del contexto en el que México está a nivel mundial, carece de contundencia al hablar de temas como la brecha digital y el medio ambiente; se ha dedicado a irse de bajadita, no enredarse en pleitos, salir intacto de cualquier escenario y no toma riesgos ya, se sabe presidente. Soberbia.

La próxima elección, mas allá del miedo por encaminar al país hacia otro sexenio de corrupción, será de mexicanas y mexicanos valientes que quieren dar oportunidad a quien nunca ha podido ganar una elección presidencial, por las razones que hayan sido. El PAN probó con Fox y Calderón, el PRI enquistó el cáncer de corrupción que hoy es la bandera de guerra Obradorista, por “sentido común” le toca a MORENA. Quienes si tienen miedo son las y los ciudadanos que no darán su voto a AMLO, sus huestes a veces parecen agresivas y basta con hacer un comentario en redes sociales para ser condenado, no nos hemos dado cuenta que ello noes lleva a dividirnos más de lo que estamos y a partir del siguiente año seremos un México de los que votaron por Obrador y los que no, en lugar de buscar unidad por el bien común.

La figura independiente de Jaime Rodríguez no basta para que la gente vote contra la partidocracia, Anaya acabó con el PAN, no tiene operadores de Acción Nacional que le garanticen votos, no vemos a los gobernadores azules rodearlo o cobijarlo y ahí incluimos a nuestro gober Yunes Linares. El PRI debe buscar reinventarse, poner a Meade no sirvió para lavar culpas y generar la percepción de que un candidato ciudadano sería respaldado por el músculo tricolor.

Nunca vimos el gran golpe del aparato federal contra Andrés, a lo último quieren embarrarlo en el caso Odebrecht, porque Meade y su equipo dicen que Javier Jiménez Espriú es el mayor socio de esa transnacional en México y Obrador lo perfila como alto funcionario de su próximo gabinete. Pero de parte del dueño de MORENA también vimos que no habrá justicia, es tibio al hablar de quienes están relacionados con casos de corrupción, anoche incluyó en su amnistía a Ricardo Anaya diciéndole que ni a él lo va a meter a la cárcel, ya nada importa porque AMLO llegará al poder. ¿Verdaderamente estará preparado su equipo para tomar las riendas de un país?

Han puesto la expectativa en lo más alto y ojalá eso no sea cavar su propia tumba, casos como ese lo vivimos en Veracruz con un gobierno que se vendió como medicina milagrosa, metió a Duarte a la cárcel (gracias a la PGR) y seguimos en las mismas, violencia, falta de empleo, persecución y la intención de perpetuarse en el poder de la familia Yunes del Estero.

Lo mejor sería, bajo el escenario que viene, que quien le toque gobernar al estado se alguien con la capacidad política de poder lidiar con las ocurrencias del próximo presidente, alguien que no sea su lacayo ni su enemigo , un político de experiencia que pueda poner a Veracruz delante de cualquier interés personal.

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