La nota difundida de forma reciente por el reportero Francisco de Luna describe a la perfección un caso de abuso por parte de un particular; y de probable contubernio de la autoridad.
Una mujer y su hija de 8 años fueron atropelladas por el conductor de una empresa que tiene su sede en Perote; los hechos ocurrieron en el centro de ese municipio.
El chofer de un camión de la empresa Agromaquinaria de Perote lesionó a madre e hija. La menor resultó con golpes que prácticamente le impiden levantarse de la cama. El sujeto responde al nombre de José Cortina Gómez.
Luego del hecho, intervino la Delegación de Tránsito del Estado, autoridad que consideró que el conductor actuó con falta de precaución.
Cualquiera pensaría que el chofer o bien la empresa propietaria de la unidad tendrían que hacerse responsables por la salud de las víctimas; pero no fue así: al final, con la complacencia de la autoridad, el responsable le dio a las víctimas mil pesos en efectivo, para lo cual le hicieron firmar un documento que consigna un supuesto acuerdo.
La víctima no saber leer ni escribir y, por consiguiente, estaba en indefensión ante ese abuso.
Hoy, la mujer que fue atropellada debe buscar el recurso necesario para comprar los medicamentos que requiere su hija, que estudia una escuela de educación especial. Son de muy escasos recursos y viven en una comunidad ubicada en las faldas del Cofre de Perote, donde la pobreza es evidente.
Por cierto, cuando la mujer y la niña acudieron a la empresa, les indicaron que sólo les darían 800 pesos; las llevaron en una unidad a su casa para exigirle posteriormente que pagara el importe del lavado del auto, porque la menor dejó algunas galletas en el asiento. Así se las gastan.
La autoridad, en este caso la Delegación de Tránsito de Perote a cargo de Liliana Ruiz Galicia, miró a otro lado a pesar de ser evidente el abuso.
Como es natural en estos casos, ese hecho generó en las redes sociales opiniones adversas, fuertes críticas contra el conductor de la unidad, contra la empresa Agromaquinaria de Perote y contra el presunto propietario de la misma, Ruperto Cortina Melchor.
Preguntando detalles en ese municipio, nos comentan que Ruperto Cortina es un empresario con ínfulas de político influyente. En reiteradas ocasiones ha buscado cargos de elección, pero nunca ha tenido suerte.
En el pasado proceso electoral municipal, Ruperto Cortina buscó la candidatura del PRI, donde no lo dejaron pasar; luego intentó un acercamiento con Morena, pero en ese partido tampoco lo tomaron en serio. Al final, el aspirante decidió convertirse en operador del Partido Acción Nacional, donde intenta tener alguna participación, aunque sea pequeña, casi insignificante.
Frustrado su intento por llegar a la Presidencia Municipal, el empresario parece que vio pasar una oportunidad para resolver, con dicho cargo, sus problemas económicos.
En tabla de avisos fue colocado hace unos días un edicto de remate de bienes: un predio de casi mil metros cuadrados; una casa habitación y bodega en la calle Juan de Dios Peza; y un predio rústico, Las Ánimas, de más de 42 hectáreas, todo con un valor de 11 millones 411 mil pesos, contra José Ruperto Marcelino Cortina Melchor.
Probablemente a esa deuda con Banorte se deba que el empresario esté tan desesperado y preocupado por los problemas económicos, que optó por evadir su responsabilidad con la mujer que fue atropellada por una de sus unidades. En todo caso, se trata de un presunto abuso de un particular y de la actuación sospechosa de la Delegación de Tránsito, ante la evidente indefensión de la víctima. @luisromero85