En esta segunda parte de la conversación, Raquel Berruezo detalla todo el proceso que hubo entre su decisión de estudiar reparación de instrumentos de viento y su ingreso a Merton College en Londres, Inglaterra.
Encrucijada
Cuando estaba por terminar la carrera de música, estaba en la Orquesta e hice mi servicio social en la Banda del Estado. Me gusta mucho la música de cámara y tenía algunos ensambles: un cuarteto de clarinetes, un quinteto de vientos. Tenía 18 o 19 años y me pregunté ¿esto es lo que quiero hacer toda mi vida?, no sé si quiero estar al frente de una orquesta y que una persona me esté diciendo todo el tiempo qué debo hacer, porque en la música clásica así es, sí puedes dar tu interpretación pero, más que nada, así es y tiene que ser así.
Estaba en esa encrucijada y me metí a buscar escuelas de reparación, no había aquí en México ni en Estados Unidos, encontré una en Francia, en Le Mans, en donde hacen las carreras de coches, ahí hay una escuela que se llama ITEM, es de reparación pero también se enfoca mucho a la fabricación de instrumentos, de las llaves, de toda la acústica de los instrumentos, es una carrera muy bien estructurada y dije bueno, puede ser.
Después me encontré otra escuela que está en Newark, en Inglaterra, en el condado de Nottinghamshire, en el bosque de Sherwood, de donde es Robin Hood y dije wow, pero me llamaba más el lado francés, había tomado clases de francés. Dije creo que me voy a Francia, pero ya tenía las dos opciones.
El último año de la carrera dije tengo que ir a ver, ahorré dinero, saqué de donde pude y me fui a ver la escuela de Francia, llegué a Le Mans, es una ciudad fea, una ciudad industrial y dije híjole, la carrera es de cuatro años, ¿voy a vivir todo ese tiempo aquí? Hubo algo que no me gustó mucho y dije bueno, pues voy a ver a Inglaterra. Tengo unos primos que viven en Londres y una prima que vive en Manchester, llamé a mi prima, le platiqué y me dijo sí, vente para acá, nosotros te acompañamos a la escuela.
Fuimos y el pueblito es de ensueño, es muy chiquito, tipo medieval, lleno de flores, hermoso, y dije aquí quiero estudiar. Lo decidí, hice la entrevista, tomaba dos días porque preguntan muchas cosas. No era necesario saber de música pero era un plus que yo tenía, ya estaba terminando la carrera, y me dijeron sí, sin duda estás aceptada.
Sin dinero, no hay laudero
Luego venía la otra parte, ¿cómo iba a pagar la escuela?, porque no es gratis, pero tengo la fortuna de tener la doble nacionalidad, entonces me costaba un poco más barata y dije bueno, pues voy a ver cómo le hago, a la vez que estudie, voy a trabajar.
Terminé la licenciatura, me gradué y tenía que juntar el dinero para irme a la escuela. Hice una venta de garaje, vendí mil cosas, mi mamá tenía un restaurante de comida española que se llamaba La Toña, estuve trabajando con ella. Ahorraba todo lo que podía y al final dije ¿cómo puedo sacar más dinero?, pues voy a hacer un concierto con todos mis amigos, voy a pedirles que me echen la mano para juntar para el boleto. Hicimos el concierto, le llamé Conciertos Amigos, casi todos mis compañeros tocaron un par de canciones conmigo y junté un dinerito para pagar mi boleto de avión y para empezar, pero todavía me faltaba dinero porque mi mamá no tenía mucho para darme, entonces conseguí un apoyo del gobierno del estado.
La milla cuadrada
Me fui, llegué a Londres y me encantó, es una ciudad que te atrapa. Llegué en junio y dije en lo que empieza la escuela voy a buscar un trabajo. En Londres era más fácil porque es una ciudad más grande y tenía a mis primos que podían orientarme. En ese ínter alguien me dijo oye, hay una escuela de reparación aquí. Me dijo dónde, fui y efectivamente, había una escuela con el mismo programa que Newark, y dije mejor, porque aquí están mis primos y hay muchas más oportunidades de trabajo. Es Merton College, fui a hablar y me dijeron:
-Hay personas que vinieron antes y ya están ocupados todos los puestos, pero te podemos hacer la entrevista y si alguien no llega a venir, te podríamos meter ahí
-Bueno, pues si no tengo la otra opción, está bien
Probando, probando
A la semana de que llegué me puse a trabajar en una tienda de ropa, yo había estudiado inglés pero cuando llegué no entendía nada, los ingleses me hablaban y yo decía ¿qué clase de inglés aprendí que no hablan aquí? (risas), claro, era inglés británico. Era una tienda enorme que estaba en el mero centro de Londres, en Oxford Street. Fui a pedir trabajo y me dijeron:
-¿Qué te gustaría hacer?
-¿Cuáles son las opciones?
-Puedes trabajar en los probadores
-Sí, ahí, perfecto
Me daba pánico hablar con la gente y ahí iba a estar solita, no tenía que hablar con nadie
Terror
Entré a trabajar ahí y no tenía ni un mes de haber llegado cuando fueron los atentados en Londres de 2005. Yo vivía en Notting Hill, la calle que lleva al centro, tomaba el metro y salía en la estación de Oxford Street, justo el fin de semana anterior, mi primo me dijo ¿sabes qué?, te vas a gastar un dineral en autobuses, mejor vamos a comprarte una bicicleta. Fui a las bicicletas usadas, me compré una y empecé a usarla y los atentados fueron justamente en una de las líneas que yo tomaba.
Ese día llegué al trabajo como a las 8:30 u 8:40 y se me hizo muy raro no ver a nadie en la calle cuando normalmente a las siete de la mañana ya hay coches, gente y las tiendas están abriendo. Me subí a donde nos cambiábamos y me dijeron acaba de estallar una bomba en el metro, nos pusimos a ver la televisión y era horrible. Obviamente, ese día cerraron todas las tiendas.
Me acuerdo que en esos días estaba durmiendo y de repente se oía algo, un cohete o cualquier cosa y todos nos levantábamos espantados. Estuve a punto de regresarme porque fue demasiado fuerte, yo vivía en una casa de estudiantes, estaba sola y dije no, yo no quiero vivir aquí. Hablé con mi mamá y me dijo Raquel, tranquila, no te estreses, a quien le toca, le toca y tú te salvaste, no te pasó nada. Esas cosas pasan en esos países, tú sigue con lo tuyo. Dije sí, es cierto, voy a seguir.
¿Con melón o con sandía?
Me llegó la carta de Newark diciéndome que ya iba a empezar el curso, que me esperaban con mucho gusto. Me mandaron todos los papeles del ciclo escolar y ya estaba a punto de irme cuando me llamaron de Merton y me dijeron ¿qué crees?, se abrió un lugar. Estaba en otra encrucijada, dije híjole, ¿y ahora qué hago? Decidí quedarme en Londres por comodidad y porque sí había más opciones. Les di las gracias en Newark y me dijeron no pasa nada, son dos escuelas diferentes pero lo importante es que sigas con tu formación.
La rosa de los vientos
Normalmente había que escoger entre maderas o metales pero ese año había un maestro que estaba dando su último curso y nos dijo ¿quieren aprender también metales? Éramos puros extranjeros, había dos chicos de África, una chica de Grecia y un chico de Portugal, y todos dijimos sí queremos. Empezó y me fascinaba porque no era solamente reparar sino que nos ponían a dibujar las llaves, hacer la historia de los instrumentos. Fue difícil por el tema del idioma, porque además todo era un lenguaje técnico, pero la escuela nos daba una maestra particular para ayudarnos con el inglés y mi maestra era mexicana, entonces me sentí muy cobijada y me sentía como en casa.
Como a los seis meses conocí a una chica mexicana que trabajaba con una familia inglesa como au pair (es como una niñera que vive con la familia y ayuda con los niños) y me dijo:
-¿Sabes qué?, me voy a ir, ¿no quieres trabajar con ellos como au pair?
-Sí, me gustan mucho los niños
Me tocó una familia increíble, eran tres niños y era muy cómodo porque la casa estaba en un barrio precioso, era gente de mucho dinero, la casa era muy bonita y ellos muy buena gente, siempre me trataron como a una más de la familia. Estuve con ellos toda la carrera.
Me puse a trabajar, tenía como tres o cuatro trabajos y andaba en la bicicleta para ahorrar en el transporte, aparte, en la escuela nos daban un apoyo para comida, era muy poquito pero era algo. Desde que llegué, mi primo me dijo aquí en Londres, si no tomas, no fumas y no tienes vicios, puedes hacer mucho dinero. A mí, realmente nunca me ha gustado salir mucho, soy más de estar en casa leyendo, dibujando, estudiando, haciendo mis cosas, entonces pude pagarme la escuela y ahorrar. En esos tiempos, también estuve en una banda en Wimbledon.
(CONTINÚA)
PRIMERA PARTE: Viento en popa
TERCERA PARTE: Toco madera
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