Primero sucedió en 1997, con el llamado “Efecto Cárdenas”. Ese año, en nuestro estado, ganaron candidatos del PRD a diputados federales por el impulso del líder fundador del partido del sol azteca que en la Ciudad de México arrasó en la elección para Jefe de Gobierno. En el puerto de Veracruz, por ejemplo, fue la primera y única vez que el perredismo ganó la diputación federal con la candidatura de Socorro Aubry, conductora entonces del noticiero radiofónico de la XEU.
Pero aquél aluvión cardenista no sólo impactó en la elección federal sino que también se extendió hasta la elección municipal de octubre de ese mismo año, en la que el PRI, por primera vez en la historia de Veracruz, perdió más de la mitad de los 210 ayuntamientos que existían por esa fecha. La mayoría quedó en manos del PRD, incluyendo Xalapa, donde ganó el ex subsecretario de Gobierno y ex rector de la UV, Rafael Hernández Villalpando, hoy postulado por MORENA a la diputación federal, cuyo histórico triunfo fue demeritado posteriormente por el ex regidor y ex diputado perredista Uriel Flores Aguayo, actual subsecretario de la SEV, quien dijo que en esa ocasión su partido habría ganado postulando “hasta una vaca”.
El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares debe recordar muy bien esa debacle electoral priista en Veracruz, ya que él presidía por segunda vez consecutiva el Comité Directivo Estatal del partido tricolor.
Tres años después, en la sucesión presidencial del 2000, se dio el llamado “Efecto Fox”, pues el carismático ex gobernador panista de Guanajuato, quien logró la proeza de sacar al PRI de Los Pinos, remolcó también en Veracruz a sus candidatos a diputados federales que llegaron al Congreso de la Unión prácticamente en automático, sin despeinarse ni invertir tantos recursos en sus campañas pese a que no eran muy populares.
Ahora, tal como lo vienen pronosticando últimamente todas las encuestas, estaría por presentarse el 1 de julio próximo un auténtico “tsunami” con Andrés Manuel López Obrador, de la coalición MORENA-PT-PES, quien en Veracruz y el resto del país trae una intención de voto de entre 52 y 54 por ciento, tal como lo acaban de confirmar el diario Reforma y la firma encuestadora Parametría.
Ya se lo advirtieron a Yunes Linares, quien sigue empecinado en imponer a como dé lugar a su primogénito en la gubernatura. Está por cometer el mismo y costoso error de 1997, cuando su necedad le arrebató la primera oportunidad de gobernar el estado. Pero en esta ocasión está por perder muchísimo más que el poder.
Y es que hace cuatro meses, en un video que publicó en sus redes sociales a finales de enero, Yunes arremetió contra López Obrador, al que llamó “loco”, “mentiroso” y “corrupto”.
“¡Aquí no vengas a engañar con tus encuestitas ‘patito’; aquí te vas a topar con pared y cada que ofendas al gobernador y a su familia vas a tener respuesta, loco!”, le advirtió.
¿Caerá García Guzmán?
A ver, a ver, ¿cómo está eso de que la Procuraduría General de la República y la Auditoría Superior de la Federación están procesando sendas denuncias en contra de Ricardo García Guzmán, ex contralor duartista que ahora se ha convertido en uno de los principales aliados políticos del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares en la región de Pánuco?
Por supuesto que García Guzmán –a quien en su campaña electoral de 2016 Yunes acusó de ser “tapadera” de Javier Duarte– tiene mucho qué ver con el desgarriate financiero que dejó el ex gobernador, actualmente preso, y su esposa Karime Macías, contra la cual se ha girado orden de aprehensión por un presunto desvío de más de cien millones de pesos a través de seis empresas fantasmas.
Si de veras proceden contra el ex contralor, Yunes Linares y su primogénito, que aspira a sucederlo en la gubernatura, van a perder un importante alfil en el norte del estado.
En Pánuco, por cierto, el ambiente electoral está bastante caldeado. Y es que recuérdese que la semana antepasada, a Octavia Ortega Arteaga, candidata del PRI a diputada local por ese distrito –por el que contienden también Ricardo y Rodrigo García Escalante, hijos de García Guzmán, postulados por el frente PAN-PRD-MC a las diputaciones local y federal–, le fueron a arrojar a su domicilio una mano amputada con una amenaza por escrito.
Precisamente el domingo 27 de mayo, en un evento en Pánuco, Ortega Arteaga lanzó una fuerte crítica –en presunta alusión al ex contralor de Javier Duarte– a los ex priístas “traidores y desleales” que utilizaron al partido solo para buscar beneficios y luego “cargados de dinero se arrodillan, se venden y lo abandonan por otros”.
La ex diputada local, que en la pasada Legislatura presidió la mesa directiva del Congreso del estado, convocó a los verdaderos priistas a dar la cara y convencer a los ciudadanos de Veracruz, que el partido tricolor ha presentado a candidatos honestos y competentes para servir al pueblo.
Ante líderes naturales de su región consideró que se debe valorar a los que se han quedado en el Revolucionario Institucional porque la lealtad y el trabajo hablan por ellos, convocándolos a trabajar unidos y haciendo a un lado sus diferencias.
Afirmó que en busca de aportar su esfuerzo para devolver a Veracruz y a las familias veracruzanas la tranquilidad y la decencia política, perdida en los últimos años, aceptó participar –“a riesgo” de su vida, tras las insistentes amenazas y acciones intimidatorias de que ha sido objeto–, en este proyecto que encabezan José Antonio Meade y Pepe Yunes Zorrilla para la Presidencia de México y la gubernatura.
Reiteró que a pesar de las amenazas de quienes ven que con su participación los electores le devolverán la confianza a su partido para ganar las elecciones en el estado de Veracruz, no se va “a rajar”.
En ese mismo evento, el senador Héctor Yunes Landa, comisionado político del CEN del PRI en Veracruz, recordó el enojo y la decepción que se palpa en la ciudadanía porque el actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares “utilizó el voto de molestia contra Javier Duarte y no cumplió lo ofrecido en campaña, antes bien les quitó su trabajo legítimo a muchos veracruzanos en el gobierno estatal, incluidos muchísimos que votaron por él”.
No quieren a ‘Chikiyunes’
Anteayer fueron los empleados de la Secretaría de Educación de Veracruz, quienes a través de una carta enviada al periódico en línea alcalorpolitico.com denunciaron que están siendo presionados por funcionarios de la Oficialía Mayor para que se incorporen, sin goce de sueldo, a la campaña del hijo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien a escasos 30 días de las elecciones sigue sin levantar en las encuestas.
Ayer hicieron la misma denuncia empleados del DIF Estatal, que estarían siendo despedidos por negarse a realizar labores proselitistas a favor del junior.
Sí, en la misma dependencia que el sexenio anterior presuntamente saqueó su abusiva presidenta honoraria, Karime Macías de Duarte. ¡Qué “cambio”!