Tania Cecilia Solís Bautista, de apenas 22 años de edad y estudiante del segundo semestre en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), fue reconocida en el X Concurso Internacional de Canto Sinaloa 2018, justa artística realizada del 3 al 9 de mayo y encabezada por Enrique Patrón de Rueda.
Hija de Juan Manuel Solís, disciplinado y eficiente ejecutante de clarinete en la Orquesta Sinfónica de Xalapa, Tania Cecilia compartió con Universo sus razones para justificar su inclinación hacia el arte operístico. “Mis padres se preocuparon desde siempre por involucrarme en la cultura, me hacían escuchar ópera y muy pronto descubrí que en ello estaba mi verdadera vocación”, indicó la joven que se mueve artísticamente en el rango de soprano coloratura.
¿Quiénes han sido tus maestros?
Ahora soy alumna de Socorro Perfecto en la UV, pero he tenido la fortuna de contar con otros excelentes instructores que me han motivado a la preparación continua y al enriquecimiento de experiencias.
Aspirar a ser una buena cantante de ópera implica una preparación al más elevado nivel posible, trabajar sobre diversas circunstancias emocionales, repertorio variado y renglones histriónicos. La participación en concursos ayuda a abrir el paso en una carrera por demás compleja.
¿Cómo fue tu experiencia en Sinaloa y en una competencia que atrae a cantantes de grandes posibilidades?
Al enterarme de la convocatoria, mis maestros me impulsaron a asistir. A mi edad supuse que podía aspirar al premio Revelación Juvenil y deposité la mira en ese reconocimiento, aunque finalmente se diversificó hacia otros dos participantes y me correspondió traerme el premio otorgado por el Instituto Municipal de Cultura de Culiacán como Participante Destacada.
Nos permitieron repertorio a elección personal y elegí arias belcantistas de Rossini, Meyerbeer, Bellini y Donizetti.
¿Hasta dónde alcanza tu convencimiento en torno del arte lírico?
El canto no es para mí la opción complementaria, es mi carrera y estoy entregada completamente a ella. Por lo demandante que es, con frecuencia tomo cursos fuera de Xalapa en busca de enriquecimiento, es una actividad que me exige mucho tiempo y dedicación.
¿Pese a que se trata de un terreno competido y con frecuencia ingrato?
Por lo mismo tengo la idea de continuar con mi perfeccionamiento en el extranjero. A mi edad podría aspirar a ser un buen ejecutante de instrumento, pero la ópera es otra cosa. Aunque puedo abordar renglones de considerable exigencia, estoy consciente de que aún me falta desarrollo corporal y madurez física.
¿Quiénes han sido tus maestros?
Inicié mi carrera con Armando Mora hace dos años, he tomado cursos con Alejandra Sandoval, Carlos Aranzay, Genaro Sulvarán, Rogelio Riojas, André Sarre, Teresa Rodríguez y James Demster. Trabajar con maestros pianistas que son entrenadores de cantantes –como Rodríguez y Demster– ayuda en el cultivo de musicalidad, expresión, idioma y cuidado en la selección del repertorio. Eso es importante porque, como repertoristas que son, me ayudan a elegir roles adecuados a mi tesitura.
¿Guardas admiración hacia algunos cantantes?
Desde luego que admiro a Luciano Pavarotti, a Joan Sutherland y Javier Camarena, pero el arte de Francisco Araiza fue decisivo en mí. Observar su desempeño en Die Zauberflöte de Mozart al lado de Kathleen Battle, hizo que me enamorara irremediablemente de la ópera.
En cuanto a roles abordados no han sido muchos; fui el ragazzo en Tosca, Barbarina en Le nozze di Figaro y una intervención más en La cambiale di matrimonio. Por ahora me interesa cultivar roles de Rossini, Mozart y Donizetti; me llama mucho la atención el papel principal en Lucia di Lammermoor, pero creo que hasta después de cumplir los 30 años podré abordarlo.
¿Qué viene en tu futuro inmediato?
En junio buscaré participar en el Concurso Nacional “Carlo Morelli” y en julio quiero ir al Concurso Linus Lerner de San Luis Potosí. Desde luego que hay más competencias a las que deseo asistir, por lo que necesito pulir de mejor forma mi trabajo técnico. Más adelante buscaré apoyos para asistir a algunas de las escuelas alemanas o norteamericanas que se especializan en perfeccionar cantantes. Podría ser también el estudio de Plácido Domingo en Valencia, pero es en Alemania donde la gente joven recibe actualmente un buen respaldo.
Por último, Tania Cecilia reconoció y agradeció el respaldo de la Universidad Veracruzana que “realiza enormes esfuerzos por cubrir las deficiencias, pero el arte operístico es aún un mundo desconocido para el común de la gente y las oportunidades para los cantantes son reducidas. Hay aún mucho por hacer, aunque a través de la Facultad de Música se nos aportan enormes oportunidades y el nivel de los maestros es muy bueno. Siempre me he visto apoyada con los recursos para asistir a festivales”.
Jorge Vázquez Pacheco/Prensa UV