“La literatura me encontró y empecé a escribir”, expresó Mario Sánchez Carbajal, escritor originario de la Ciudad de México, a quien una enfermedad lo llevó a adentrarse al mundo de las letras, pese a que durante su infancia y adolescencia no tuvo mucho acercamiento a ellas.
En la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2018, el joven presentó su libro Bilis negra, y previo a este evento el escritor ganador del Premio Nacional de Cuento “Agustín Yáñez” 2017, concedió una entrevista a Universo para dialogar sobre su incursión a la literatura.
¿Cómo fue tu incursión en el mundo de las letras?
Empecé a escribir tarde, alrededor de los 25 años, pues anteriormente no tuve mucha relación con la literatura ya que mi familia no se dedica al arte, la mayoría son abogados, ingenieros, contadores, y yo tenía poco acercamiento real con la literatura, sólo en la escuela.
Leer el Cantar del Mio Cid a los 10 años es algo que no volverás a leer en tu vida, te vacunan contra la literatura.
Por ahí de los 20 años me enfermé, tuve demasiado tiempo y empecé a encontrar libros, la literatura me encontró y empecé a escribir más o menos tarde.
¿Qué aplicas más al momento de escribir, la realidad, la ficción o la imaginación?
A mí me gusta mucho pensar en la imaginación como construcción de historias reales, esa participación que tiene la imaginación en una crónica inclusive.
El escritor debe imaginar muchas cosas para llenar un suceso que aunque parece objetivo en el momento de narrarlo se convierte en una ficción. Me gusta pensar en la imaginación y explorar la realidad en todos sus matices.
Cuando al poeta Leopoldo Marechal le preguntaron cuál era la diferencia entre la literatura realista y la literatura fantástica, dijo que esta última no existía pues simplemente eran distintas gradaciones de la realidad.
Me gusta esta percepción porque como escritor pensar que la ficción y la realidad se pueden mezclar de una u otra manera a partir de la imaginación, es como verte en un cambio muy amplio y me gusta porque me permite explorar más.
¿Qué tan difícil es plasmar todo ese cúmulo de ideas?
Es un trabajo arduo, lo interesante y complicado de explorar es que te pierdes, y perderse hasta cierto punto es angustiante porque no sabes hasta dónde vas a llegar. En ese sentido, emocionalmente es cansado, pero es curioso como siempre se termina acomodando de una u otra manera.
Por ejemplo, Bilis negra es una novela realista completamente cotidiana, y en mayo saldrá un libro que es de cuentos apegado un poco más a la cuestión de la fantasía, de la inclusión de lo fantástico a la realidad.
Me pongo a explorar y de repente sucede una cosa u otra.
¿Cuál es tu opinión sobre el respaldo a las novelas que no precisamente son un bestseller?
Creo que es importante abordar esas novelas que más que un producto comercial es una propuesta estética, no son sensacionalistas y a veces es difícil leer pero a final de cuentas aportan una visión más allá de la que ya conocemos, de la historia que nos han contado mil veces.
¿Qué piensas de los atentados en contra de jóvenes creadores, como es el caso de los cineastas de Guadalajara, Jalisco?
Es muy triste, nadie debería ser torturado, desaparecido ni herido de esa manera, ni por esas personas ni por quienes los rodean. La familia también queda lastimada, no sólo lastiman a quien desaparecen sino a todos quienes los quieren.
Es muy duro, quisiera pensarlo un poco con ironía porque a veces la ironía ayuda a soportar. Me preocupa porque quiere decir que ahora no sólo tenemos un gobierno inepto, sino también narcotraficantes tontos y eso ya es preocupante.
Me parece detestable, los jóvenes andaban buscando una historia y se encontraron con la más horrible y ya no la pudieron contar, además.
¿Cómo catalogas el apoyo en México para jóvenes creadores?
En el país hay una gran cantidad de becas, de premios, muchos apoyos para los jóvenes, eso me parece fundamental e importante, el problema es que hay un hueco y de repente son apoyos y cosas que no llegan a ningún lado.
Es decir, un premio que en realidad era para cumplir el trámite burocrático de una universidad y el libro ahora está escondido en una bodega; o una beca anual para que escribas algo y al final no se publica.
¿Cuál es el reto de los escritores ante la situación de que cada vez hay menos lectores?
Creo que es importante venir a una feria, presentar un libro y hablar sobre literatura, es parte de la difusión cultural que tenemos que hacer los escritores y verlo como gente que difunde cultura; sin embargo, muchos lo toman como que vienen a la farándula.
¿Por qué empleas el pseudónimo de Juan Nauj?
Porque al leer a un escritor argentino que se llama Juan Filloy, quien juega mucho con la palindromía, que es lo que se puede leer al derecho y al revés, agarré su nombre y lo puse al revés, por eso es Juan Nauj.
Claudia Peralta Vázquez/Prensa UV