En esta segunda entrega, Raysel Pérez habla de su estancia en Veracruz, del grupo de son cubano que formo ahí, Raizcuadrada, y de su breve estancia en JazzUV.

Hasta tus playas lejanas…

Yo nunca había hecho una canción, cuando me entero de que nos tenemos a regresar a Cuba con la orquesta, nace la primera, se llama Mi propia vida. Es una canción que describe lo triste que me estaba sintiendo de abandonar Veracruz, una canción de amor que pareciera que es a una mujer, pero no. Cuando llegué a Cuba, empecé a desarrollar esa vena de compositor y me puse a hacer canciones.
En el tiempo que estuvimos, hice contactos aquí. Me separé del grupo y en el 2001 me regresé a Veracruz, ya a trabajar por mi cuenta, y a partir de la nostalgia, seguí haciendo canciones. Tengo una hija y en ese 2001 estábamos cumpliendo años, porque cumplimos muy cerquita, y no sabía qué regalarle, entonces le escribí una canción que se llama Regalo ausente de cumpleaños, y seguí escribiendo. Ahí se da esta hermandad canto-guitarra y surge el trovador, empiezo a trabajar en Veracruz como trovador y sigo haciéndolo hasta el día de hoy.

Este arroz ya se cuadró

En Veracruz, también en el 2001, fundé un quinteto de música cubana que se llama Raizcuadrada, tenemos cuatro discos, todo mundo nos conoce. Es un grupo de música cubana pero hecho con puros jarochos, yo soy el único cubano. Está Ernesto Hernández en el bajo, Antonio Torres en la flauta, Emilio Vergara en las congas, Ricardo Fabián en los bongoes, y yo en el tresillo.
Ese grupo ha participado en muchos festivales de son, con el Ivec, con Conaculta, hemos ido a festivales en la Ciudad de México. Acompañamos a Fellove en un Festival Afrocaribeño en el 2005 o 2007, no recuerdo bien
¿Tú sabes porque nos llamamos Raizcuadrada?, no es matemáticas, es como si conjugáramos dos palabras: la raíz de la música cubana y la frase está cuadrado. No sé si te es familiar pero nosotros los cubanos y todos los caribeños decimos que algo ya está cuadrado cuando ya está listo, cuando ya está resuelto. Decimos el concierto está ya cuadrado cuando ya está todo organizado, entonces, vamos a decir que los cinco que integramos el grupo ya tenemos cuadrada la raíz de la música cubana, ¿me entiendes? (risas)
En Veracruz todo mundo tiene un parentesco con Cuba, todo el mundo tiene un abuelo, un tatarabuelo, un tío, todo mundo está conectado. Acuérdate que Veracruz se ha adueñado del danzón, que es un género netamente cubano, y con el son montuno pasa lo mismo, ¿cuántos grupos de son montuno no hay en Veracruz?, y buenos, además. Con toda esa tradición de cubanos que han pasado por aquí por México y que entraron por Veracruz y que dejaron aquí su granito, fue fácil encontrar músicos para hacer el grupo, de hecho yo no tuve ningún problema a la hora de montar el repertorio y hacerlo volar, incluso ahorita he estado con esa lucha de quitarle al grupo la etiqueta, nosotros no somos un grupo cubano, somos un grupo de mexicanos que hacen música cubana.
Todo esto que te comento también me ha ayudado a llevar mi migración de manera bondadosa, de manera asequible, porque toco música cubana, tengo el mar de Cuba, porque ¿me vas a negar que las olas que llegan al boulevard no son las mismas que vienen de La Habana? Todo eso ha ayudado a que mi migración no sea una migración, yo estoy en un municipio de Cuba (risas), Veracruz es un estado de Cuba, definitivamente.

Chanchaneando con Eliades

En 2012 o 2013, no me acuerdo bien, Eliades Ochoa hizo una gira por México, me hicieron la invitación y fui parte de ese proyecto. Compartimos el show con trovadores de la talla de Amaury Pérez. Fuimos a tocar a la Feria de Texcoco, a Puebla y a otros lugares. Eso fue algo importante y renombrado porque el señor es un pilar, es de los pocos que quedan de esa estirpe que forma la columna vertebral de la música cubana. Estar con él fue un gustazo, es de los picos más altos de mi carrera.

La ciudad de las flores

Aquí en Xalapa hay una comunidad cubana muy importante, déjate tú cubana, de santiagueros, hay una agrupación que llegó acá que se llama XL, es un grupo de jóvenes famosísimo en mi ciudad, compartíamos escenario cuando yo estaba con Los Karachi y esos muchachos vinieron para acá, y ahora también hay muchos grupos de soneros aquí. Vine por esos vínculos pero fue el amor el que me trajo aquí a Xalapa, mi mujer es xalapeña y es muy amiga de todos estos muchachos y en reuniones me fui topando con muchos chavos que tocan y que ya tienen sus proyectos independientes.
Conocí a Raúl [Gutiérrez] porque vino un amigo mío de Cuba tocando con la orquesta de Pedrito Calvo, el ex cantante de Los Van Van, y ellos, Raúl y este amigo que se llama Antonio Portuondo, habían trabajado juntos en el proyecto de Juan de Marcos, el Afrocuban All Stars. Así fue, de manera ocasional, después los invité a él y a su esposa, que es cubana, a pasar allá el fin de año, a partir de ahí nos compartimos música.
Yo trabajo como maestro de guitarra en la escuela del maestro Jorge Mabarak, tenemos una amistad muy estrecha y un día, como en el 2013, me presentó a Édgar Dorantes, que en ese entonces era el director de JazzUV y él me hizo toda la conexión para que viniera a estudiar a JazzUV. Vine a hacer uno de los diplomados con la intención de seguir, pero estando en el puerto era imposible. Me tocó de maestro Alonso Blanco. Raúl todavía era maestro ahí y lo conocí más y tocamos juntos. Mi maestro de guitarra era Beto Jiménez.

(CONTINÚA)

PRIMERA PARTE: El cultivo de las alas
TERCERA PARTE: Mi propia vida




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