“No queremos minería tóxica en Veracruz, esta actividad a cielo abierto no tiene ningún sustento ambiental, social y cultural”, son las voces vertidas por pobladores, miembros de instituciones, así como de organizaciones civiles y sociales, dentro del libro En defensa del patrimonio natural y cultural de Veracruz. El caso del proyecto de la mina La Paila, municipio de Alto Lucero.
En el Foro “Sergio Galindo” del Complejo Deportivo Omega, sede de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2018, que concluyó este domingo 6 de mayo, Domingo Canales Espinosa, director general del Área Académica de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Veracruzana (UV), moderó la presentación de esta obra realizada entre la máxima casa de estudios y la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de Veracruz (Sedema), en coordinación con otras instancias.
En su mensaje destacó la intervención de la UV en el desarrollo de un coloquio efectuado el año pasado, a través del cual se logró mediante un esfuerzo inédito frenar este proyecto que traería consigo riesgos biológicos y ambientales.
Javier Laborde Lomelí, investigador del Instituto de Ecología, A.C. (Inecol), destacó que en el ejemplar queda concretado el esfuerzo que debe mantenerse entre la academia y los tomadores de decisiones para proteger el medio ambiente.
Lamentó que la minería sea más importante para la ley mexicana y que las zonas de Actopan y Alto Lucero hayan sido concesionadas a empresas extranjeras para la extracción de oro, así como la región de Tinajitas y Los Tuxtlas.
Estas actividades, dijo, destrozan montañas y dejan cicatrices permanentes pues cambian la morfología y arquitectura de estos montículos, además de que la riqueza se va fuera del país y no favorece a los pobladores, quienes desean mantener sus actividades primarias.
Elisa Pérez, directora de Pronatura Veracruz, subrayó que el libro es un testimonio físico de que no queremos minería tóxica en Veracruz. Asimismo se congratuló que hoy en día las alianzas entre las organizaciones e instituciones sean cada vez más fuertes, así como la resistencia popular por defender su patrimonio biológico y cultural.
Por su parte, Miguel Rubio Godoy, también del Inecol y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), resaltó la importancia de proteger esta zona por la que atraviesa el 95 por ciento de las aves e insectos migratorios de todo el mundo.
Además, es un lugar único pues es una de las zonas de la Sierra Madre Oriental que llega hasta el mar. También es hogar de árboles, cícadas y encinos milenarios.
“Las plantas de la sierra de Chiconquiaco no sólo vieron llegar a Hernán Cortés, sino también a los totonacos y la construcción de los sitios arqueológicos.”
En tanto, Mariana Aguilar López, titular de la Sedema, reconoció el esfuerzo de todos los actores que dieron voz a este libro, así como a la UV por albergar el coloquio a través de la Facultad de Biología.