«Que se levanten los muertos un día y digan quién los mató», deseó el escritor y poeta Mardonio Carballo, sobre los asesinatos de los periodistas Regina Martínez y Rubén Espinosa, en la ceremonia en la que recibió la medalla al Mérito Universidad Veracruzana en el Foro Académico «El lenguaje en la construcción de la identidad».
Al hacer uso de la voz dedicó la medalla a la periodista veracruzana asesinada hace seis años, Regina Martínez, de quién dijo mataron por decir la verdad.
«Que se escuche mil veces tu nombre y retumbe tu nombre en las malas conciencias».
Sobre Rubén Espinosa, recordó que fue asesinado en la Ciudad de México, a la que acudió «presa del miedo» y dejó a sus seres queridos. También dedicó el premio a su sobrina Rosaura Vera Carballo, desaparecida hace 20 años, a los estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa «Isidro Burgos», así como a los tres jóvenes estudiantes de Jalisco.
También dedicó el premio a los hombres “versos que no conocimos y las mujeres poemas que nos ha arrebatado está guerra mal pleneada pero peor mal ejecutada. Esta guerra que además de ser estúpida es un negocio y alguien se está beneficiando de ella”.
Consideró que el miedo se transmite de hombre a hombre inadvertidamente “como las hojas transmiten su temblor una a otra y de pronto el árbol entero está temblando sin que exista el menor signo de viento”, pero añadió que es necesario cambiar el mundo actual por uno donde quepan muchos mundos.
Y agregó que la medalla no la dedica ni a los cleptomanos ni a los asesinos, lo que provocó el aplauso de los presentes.
También ofreció su medalla a las lenguas indígenas y sus hablantes, pues dijo que hay aún hoy una deuda con ellos e incluso hay universidades que desprecian las lenguas indígenas.
«Un día llegará la justicia, hay que construirla y no hay que cejar (…) Dedico la medalla a los que en este país no han desayuno aún y a los que no tendrán comida o cena hoy».
Dedicó la medalla a los jóvenes que en lugar de recibir clases de canto y literatura, “recibieron un cuchillo o un bala, un golpe de botes de beisbol que les partió la mandíbula”.
Perla Sandoval/Avc