El “nuevo” formato del mal llamado debate, ha decepcionado al pueblo de México, los escenarios se comportaron televisivos, cortos en su forma. En donde los protagonistas principales fueron Denise Maerker, Azucena Uresti y Sergio Sarmiento, que atrajeron la atención del respetable, ante las preguntas interrogatorias que lanzaban a los sentenciados, porque ello parecían; sentenciados, acusados, culpables, cómplices de la corrupción, que insultante, erosiona a este país. Los presentaron  ante el gran jurado del pueblo, para mostrarlos, para enseñarlos, para confirmarlos como lo que son y han sido; participes del deterioro político, económico y social. Este gran jurado que es el pueblo, confirmó lo que es vox Dei, tiene ya su veredicto, de cada uno de los comparecientes.   Interrogados por moderadores “debatistas”, empleados al servicio de las empresas televisivas, que tanto han sometido a sus intereses a la nación. Desde ahí el INE pierde credibilidad, porque se encuentra subyugado a los intereses del poder económico. No encontró el Instituto Nacional Electoral recursos humanos en la UNAM, en el Instituto Politécnico Nacional, en el Colegio de México, en el ITAM, no, tenían que ser personajes de la televisión comercial, para seguir medrando.

Los candidatos no explicaron nada, no aclararon nada, no propusieron nada; que como argüende de lavadero, se señalaban de hechos de deshonestidad y corrupción; ya conocidos por los habitantes de este país y de otras latitudes.

¿Cuánto le costó esto al pueblo de México? Mucho, le costó la confianza, la credibilidad, ante lo que sería un debate, en el que este pueblo y otros, esperaban propuestas para abatir el déficit económico, que es el causante de la inseguridad de los males que aquejan a los conciudadanos, se esperaban propuestas esperanzadoras, ideas evolutivas, estrategias para el desarrollo y la seguridad social, propuestas económicas que soportaran los vaivenes de la depreciación y de la paridad de la moneda, propuestas de conservación y preservación ecológica y de los recursos energéticos,  entre muchas otras necesidades elementales para conservar los recursos naturales, productivos y económicos que alivien la asfixiante condición en que nos encontramos, producto de la malversación de los capitales en que los gobiernos han incurrido.

En este país en donde la expectativa de vida en la mujer es de 75 años y en el hombre de 73 años, más lo que se acumule de acuerdo al estilo de vida, estas expectativas están llegando a su fin a varias de las generaciones, y se esta acabando para muchos su tiempo, y no se ve claro de que se tenga la oportunidad de palpar el desarrollo tan cacareado, que proporcione estabilidad económica y social a ellos y sus familias.

Este pueblo, desea un cambio, un cambio basado en la razón de la existencia, en la razón del ser humano, razón en la razón, y ante la debacle de la clase política, busca ciudadanizar las políticas y espera encontrar en ello, la alternancia que ofrezca acabar y concluir con los formatos de las desgastadas estructuras del pensamiento del establishment.

Un debate que no fue debate, más que “debate”, fue un circo. Hasta en ello, somos surrealistas.

Esta comparecencia-interrogatorio llevada a cabo con preguntas banales, publicadas anteriormente en los medios de comunicación, de poco o nada sirvió para beneficio del electorado, que  ya conoce y que tiene la respuesta a la intención de su voto, su respuesta. Preguntas y ataques morbosos sobre las presuntas irregularidades de recursos obtenidos y manejados, según nos dicen, de manera inadecuada, se señalaban los unos a los otros.

No se otorgó la oportunidad de saber más, a los candidatos no se les permitió o no se les dejó exponer sus propuestas sobre la política que llevarán a cabo de alcanzar la primera magistratura de este país, no se les dio tiempo, o así estuvo bien, sin tiempo, porque en realidad, no hay propuestas.

Entre tanto el país continua con el deterioro económico, con perdida del poder adquisitivo y una espiral descendente en la paridad con el dólar y el euro. Y los chinos, mirándonos de reojo.

Sintácticas

De un ingenuo:

¡Que bueno estuvo el debate!

De un observador:

AMLO ya empezó a regalar propiedades ajenas.

En un letrero de un café Italian en Xalapa, en 24 de abril:

Feliz día de las madres.

Del cantautor de la Revolución Cubana, Carlos Puebla, ante las virtudes del hombre:

Lo decimos modestamente, pero tenemos que reconocérnoslo.

De una terapeuta:

Cobro por escuchar.

De un discreto:

Ando mal emocionalmente, y, ¡todavía tengo que contarlo para que me cure!

De una charla en la peluquería:

¿Qué edad tenía Miguelito cuando falleció?

Hasta los 90 años y tres meses aguantó.

Del padre Michel en la iglesia de la Asunción en Misantla, cuando unos infantes entraron a misa comiendo unos plátanos:

¡El que vuelva a entrar comiendo a la iglesia, le vamos a quitar los plátanos!

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