Un deslave en la margen derecha del río Sedeño, a la altura del Andador Parque Lineal Quetzalapan-Sedeño, fue atendido por estudiantes de la Licenciatura de Ingeniería en Agronomía de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV), a solicitud de Desarrollo Sustentable del Río Sedeño-Lucas Martín, A. C.
Realizar trabajos de conservación de suelos implicó un reto para los estudiantes, pues partieron de determinar de qué manera lo resolverían, y quienes participaron expresaron su satisfacción con tales actividades.
Sara Eugenia Libreros Márquez, del cuatro semestre de la Optativa I Estrategias sobre Conservación de Suelos y Agua –la única mujer de este grupo–, aclaró que varias compañeras de la Facultad no eligen esta experiencia educativa (EE) porque “es muy pesada”. Pero en su caso, lo hizo gustosa, porque se trata de aprender y esforzarse, además “estar en el campo nos brinda una mejor formación que estar en el aula”.
Asimismo, destacó que asistieron con la finalidad de realizar un trabajo cuyo impacto beneficiará a muchas personas. “No venimos por una remuneración, sino por aprender; además, cuando salimos a campo es cuando nos van interesando más los temas que vemos en clase, y yo me quiero especializar en suelos”, enfatizó.
Mientras tanto, Isidoro Islas Jácome, también del cuarto semestre, remarcó que su intervención en el Parque Lineal Quetzalapan-Sedeño les permitió desarrollar un trabajo real en campo, “no sólo estudiar en gabinete, como dice el profesor”.
Veracruz es susceptible a la erosión hídrica
Romeo Ruiz Bello, académico de la Facultad de Ciencias Agrícolas y titular de la Optativa I Estrategias sobre Conservación de Suelos y Agua, explicó que los trabajos desarrollados en la margen del río Sedeño no son los únicos, han atendido otras laderas en esta ciudad capital y en municipios como Emiliano Zapata, Huatusco, Totutla, Tlacotepec y Perote.
Aclaró que las obras de conservación de suelo sirven no sólo para evitar derrumbes en laderas; en el caso de los terrenos dedicados a la agricultura mejoran la producción.
La descripción de esta Optativa indica que la formación del ingeniero agrónomo demanda tareas actualizadas, así como tomar en cuenta los saberes agrícolas tradicionales, también debe incluir saberes novedosos en cuanto a las estrategias para la conservación del suelo y agua en el agroecosistema.
Es más, señaló que en esta Optativa el estudiante conoce la propuesta del aprendizaje basado en problemas sobre el deterioro del medio ambiente y las estrategias sobre conservación del suelo y el agua; experimenta dicha propuesta en la medida que discute, busca, compara, revisa y debate su propio conocimiento en grupo y de forma individual en cada una de las etapas del proceso cognoscitivo; todo esto con actitudes de respeto, colaboración, apertura y tolerancia hacia las personas y el medio ambiente. Con todo esto se articulan los ejes teórico, heurístico y axiológico.
En la Optativa I Estrategias sobre Conservación de Suelos y Agua uno de los principales temas es la erosión del suelo, entiéndase ésta como un proceso de desgaste o pérdida de suelo, ya sea de manera hídrica o eólica, ambas pueden generarse de manera natural o inducida –a causa de las acciones del ser humano–, detalló el académico.
Precisó que en Veracruz se reporta principalmente la erosión hídrica y en este caso el número de hectáreas con erosión alta es de un millón 81 mil 316, es decir, un 15 por ciento de la superficie que puede ser erosionable.En cuanto a erosión moderada, refirió que se reportan tres millones 212 mil 522 hectáreas, lo que se traduce en un 46.88 de superficie susceptible. Una categoría más es la de erosión muy alta, de la cual en Veracruz sólo hay 416 mil hectáreas, el 6.07 por ciento de la superficie que puede ser erosionable.
“Dentro de la literatura encontramos un manual sobre conservación de suelos realizado principalmente en las zonas cafetaleras de 1954, es una problemática que siempre ha estado presente, porque el estado tiene una precipitación (pluvial) alta.”
Recordó que cada 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo, cuya finalidad es resaltar su importancia y difundir la necesidad de cuidarlo.
Sobre los trabajos en la margen del río Sedeño, explicó que desde 2009 establecieron vinculación con la asociación civil Desarrollo Sustentable del Río Sedeño-Lucas Martín y los estudiantes han puesto en práctica una serie de técnicas de conservación de suelos.
En la más reciente intervención identificaron que se estaba abriendo una cárcava que apremiaba ser atendida. Además, en términos comerciales, se trataba de una obra costosa.
Evitaron el colapso del andador
De no haberse desarrollado una serie de trabajos de conservación del suelo, el paseo por uno de los escasos manchones del bosque de niebla que aún se mantiene en la ciudad hubiera colapsado. Además, el Parque Lineal Quetzalapan-Sedeño es un aula de la naturaleza, en la cual la A.C. citada desarrolla recorridos didácticos para escuelas, con la intención de informar sobre la conservación y deterioro del lugar, así como la importancia de la organización ciudadana para salvaguardarlo.
“El año pasado, por las fuertes lluvias tuvimos un gran deslave en el Andador Parque Lineal Quetzalapan-Sedeño, y si esperábamos las de 2018 lo más probable es que el andador desapareciera”, explicó Ana Lilia Suárez Ortega, integrante de la A.C.
Por tal razón, es que solicitaron el apoyo del académico de la Facultad de Agronomía, Romeo Ruiz Bello, quien junto con sus estudiantes desarrolló la obra en alrededor de cuatro sesiones en la zona afectada del Parque Lineal Quetzalapan-Sedeño, declarado Área Natural Protegida desde marzo de 2016 por gestión ciudadana.
Ana Lilia Suárez también afirmó que no es la primera ocasión que Ruiz Bello y sus estudiantes intervienen en la margen del río Sedeño. En 2009 hicieron trabajos de conservación a través de técnicas como la siembra de bambúes a manera de muro de contención y terrazas individuales donde plantaron árboles propios del bosque de niebla, obras que hasta la fecha cumplen su función.
La entrevistada destacó que los recientes trabajos desarrollados durante marzo y abril son los de mayor magnitud, y para ello los universitarios utilizaron más de 100 llantas rescatadas del basurero municipal y donadas por el Ayuntamiento de Xalapa.
Asimismo, remarcó que se trató de un trabajo que como A.C. no hubieran podido financiar, “sería carísimo; sin embargo, la Universidad, el profesor Ruiz Bello y sus alumnos están aportando ese conocimiento”.
Por su parte, Francisco Rafael Vázquez Ávila, presidente de esta A.C. conformada en 2004 por vecinos que desde hace más de 20 años trabajan por el rescate del río Sedeño, destacó las acciones de vinculación que desarrollan los estudiantes de Agronomía.
“Para nosotros es de la mayor importancia el trabajo de los jóvenes universitarios. Uno escucha muy frecuentemente el término vinculación por parte de las instituciones educativas, pero pocas veces se logra concretar de manera tan efectiva como nos ha ocurrido con personas en torno al tema del uso de los recursos naturales, como los doctores Romeo Ruiz Bello o Miguel Ángel Escalona (ambos de la UV).
”Se ha cumplido el círculo virtuoso de la escuela pública donde se forman los jóvenes y éstos, al no olvidar su contexto, contribuyen a la solución de un problema concreto en un espacio público, a la par de que se forman y aprenden en la realidad.”
Vázquez Ávila aprovechó para destacar que la vinculación con la UV es constante, y como muestra están 14 tesis producto de los trabajos que han desarrollado estudiantes de diversas facultades de la región Xalapa –como la propia Facultad de Ciencias Agrícolas, Biología y Antropología– en el Parque Lineal Quetzalapan-Sedeño, sin contar a los estudiantes que han realizado ahí su servicio social.
“Nuestro reconocimiento siempre a este ejercicio ejemplar de vinculación por parte de la Universidad Veracruzana con nosotros”, destacó el entrevistado.
Cavando y aprendiendo
Como parte de la intervención en el río Sedeño, estudiantes de la EE Evaluación de Tierras, que también imparte Ruiz Bello, realizaron un pozo edafológico cuya finalidad fue estudiar el perfil del suelo, para conocer con exactitud de cuál se trata.
“Hay varias clasificaciones a nivel mundial y los estudiantes determinan de acuerdo con alguna de ellas a qué grupo de suelos pertenecen. Esto nos sirve, porque cuando somos ingenieros agrónomos llegamos a un agroecosistema y podemos saber qué tipo de suelo es, qué características tiene, si se puede o no sembrar determinado cultivo. Desde luego, no sólo se tiene que saber el tipo de suelo, también es importante saber el tipo de clima –lo cual se enseña en la EE de Agroecología”, explicó Romeo Ruiz.
Flor Inneli Vázquez Naranjo, del segundo semestre de la EE Evaluación de Tierras, compartió que se trató de un trabajo cansado pero a su vez agradable, por ser una actividad fuera del aula: “Se siente bien estar entre tanta naturaleza y al final nos vamos a dedicar a trabajar en esto, tenemos que aprender a hacer las cosas y participar en equipo”.
Otro de los estudiantes que colaboró en la hechura del pozo para identificar el perfil del suelo fue Brandon Romero Caraza, quien apuntó lo indispensable que es para ellos desarrollar prácticas de campo. “No es lo mismo comentar en el salón que venir y obtener perfiles e información por ti mismo. Realmente es interesante todo lo que hemos visto en el aula, los horizontes, texturas, color de la tierra, pero queda en el aire y aquí lo asientas en la realidad”.
A manera de conclusión, Ana Lilia Suárez describió: “Es un círculo virtuoso en todos los sentidos y nos emocionaba mucho ver cómo desde temprano llegaban los muchachos y el maestro, cómo acarreaban las llantas, carretillas y tierra. Realmente es un esfuerzo físico bastante arduo y sin embargo vinieron con entusiasmo a apoyarnos, por lo tanto ¡Que vivan los estudiantes!”.
Karina de la Paz Reyes/Prensa UV