Prefacio.
Los consejeros del Organismo Público Local Electoral (OPLE) en Veracruz le hacen honor a ese dicho que reza: “más vale malo conocido que bueno por conocer”. *** Ellos no se meten en problemas, prefieren el rígido, arcaico y tedioso formato que se ha aplicado en las encuestas entre candidatos desde hace más de una década, al dinámico, novedoso e interesante esquema presentado por el Instituto Nacional Electoral (INE) con los aspirantes a la Presidencia. *** Argumentan que “no tienen la fuerza” del INE, por lo que “sería aventurado”. *** No se atreven a “dejar la responsabilidad de las preguntas a los comunicadores, en especial si tiene alguna afinidad o simpatía partidista”. Asumen que un moderador que por su cuenta haga preguntas de manera libre podría provocar que alguno de los candidatos se sintiera agraviado. *** Ya han pasado tres días desde que se dio el debate presidencial en el que participaron como moderadores Azucena Uresti, Denise Maerker y Sergio Sarmiento. Ninguno de los candidatos, ninguno de los partidos participantes en la contienda, ha objetado el papel de estos comunicadores. *** ¿No hay, acaso, en Veracruz, periodistas con el perfil de profesionalismo que se requiere, y merecedores del respeto de los contendientes? *** Eso habla muy mal del concepto que los consejeros electorales tienen de los comunicadores de Veracruz. *** No queda otra que soportar el tedioso esquema de debate que se ha utilizado durante años.
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El analista y director editorial del periódico Excélsior, Pascal Beltrán del Río, se planteó este martes esta interrogante: ¿Los gobernadores ganan elecciones?
El cuestionamiento surge a partir de la abierta manifestación de algunos de los mandatarios estatales en favor de quienes contienden por la Presidencia. Horas antes de que tuviera lugar el debate, se hicieron públicas las expresiones de apoyo a José Antonio Meade, por parte del gobernador perredista de Michoacán, Silvano Aureoles, lo que obligó a los estrategas electorales a buscar expresiones de apoyo de otros gobernantes.
En Veracruz el tema no es menor.
Desde 2004, cuando Fidel Herrera asumió la gubernatura, una referencia recurrente era su prestigio como un “muy eficiente” operador electoral. Y, sin embargo, cuando tenía poco más de un año en el cargo, en el 2006, su partido, el PRI, sufrió uno de los más fuertes descalabros.
No volvió a suceder, al menos durante su gestión como gobernador. Luego de la derrota, Fidel Herrera tomó el control de su partido y operó en forma personal todas las candidaturas y todas las campañas que se realizaron durante su administración.
En el 2007 el PRI volvió a sus tiempos de gloria y consiguió casi carro completo en la contienda por las diputaciones locales (en 2004, cuando él ganó la gubernatura, su partido perdió ante el PAN la mayoría del Congreso); en el 2009 recuperó muchas de las diputaciones federales que se habían perdido en el 2006, y en el 2010 fue capaz de imponer como su sucesor a Javier Duarte, quien todo el tiempo figuró abajo en las encuestas por su nivel de conocimiento y de aceptación.
Dicho triunfo fue aún más meritorio, pues se dio contra otro afamado operador electoral, Miguel Ángel Yunes Linares.
Javier Duarte mostró desde que asumió la gubernatura, que tenía “la escuela” de su padrino Fidel Herrera, aunque sustituyó la dialéctica por la vieja fórmula de los “cañonazos” de dinero. Confirmó la mayoría del PRI en el Congreso federal en el 2012, y en el Congreso local en el 2013, y repitió las cifras positivas en la eleccion federal del 2015.
Sin embargo, ni en el 2006 con Fidel Herrera, ni en el 2012 con Javier Duarte, los candidatos priistas a la Presidencia obtuvieron la victoria en Veracruz.
Pascal del Río reflexiona así:
“Cabe preguntar aquí qué tan efectivos han sido los gobernadores en ganar elecciones para el candidato presidencial de su partido.
“La respuesta es que de un total de 96 gobiernos estatales que han estado en funciones durante los comicios presidenciales de 2000, 2006 y 2012, sólo 45, menos de la mitad, han podido presumir que en sus respectivas entidades triunfó el candidato del partido del que ellos mismos surgieron.
“Y aunque los gobernadores de sello priista son los que han ganado el mayor número de elecciones presidenciales, con 23, su marca en ese terreno es la peor entre las fuerzas políticas que han tenido gubernaturas, pues han perdido 36 veces.
“En cambio, los gobernadores surgidos del PAN y el PRD, con menos triunfos en su haber, tienen un mejor palmarés.
“Los mandatarios estatales panistas han ganado 14 y han perdido ocho, mientras que los perredistas han ganado ocho y han perdido cuatro.
“El apoyo explícito a Ricardo Anaya por parte de siete (de 12) gobernadores surgidos del PAN y dos más surgidos del PRD (Tabasco y Morelos), ¿garantiza el triunfo del candidato del Frente en esos estados?
“Al igual que en el caso de las entidades cuyos gobernadores han jurado lealtad a Meade, es probable que no. La estadística muestra que más de la mitad de ellos no podrá cumplir la misión.
“De entrada, porque parece un hecho que Andrés Manuel López Obrador ganará varios estados. Y eso que Morena no tiene un solo gobernador.
“También, porque esta vez nueve mandatarios estatales estarán preocupados por su propia sucesión, quizá más que por la elección presidencial. Así que antes de irse con la finta de lo que representa un gobernador en capacidad de cosecha de votos, hay que revisar los antecedentes”.
Miguel Ángel Yunes Linares fue uno de los nueve gobernadores surgidos del PAN o de la alianza de ese partido con el PRD, que respaldaron abiertamente a Ricardo Anaya, pero su caso se encuadra en el de aquellos mandatarios estatales que están más preocupados por resolver su sucesión, que por impulsar la campaña de su candidato presidencial.
La competencia en la que embarcó al mayor de sus hijos es mucho más compleja que la que él vivió en el 2016, tanto por el natural desgaste en el ejercicio del poder, como por el crecimiento de la marca “Morena” y por la fuerte opción presentada por el PRI, con Pepe Yunes.
Los expertos asumen que Yunes Linares impulsará la candidatura de Ricardi Anaya, sólo si esto repercute de forma positiva en su “cachorro”. Ha quedado de ostrado que cuando el actual gobernador tiene que operar en varios frentes, termina soltándolos todos y se enfoca en cuidar los intereses de la “famiglia”.
Este pudiera ser el caso.
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Epílogo.
La trágica muerte de una menor, de 14 años de edad, en la congregación El Potrero, del municipio de Acultzingo, despertó la ira de los pobladores, quienes este martes se dieron a la tarea de buscar al novio de la jovencita, quien es señalado como el presunto autor material del crimen. La tarde del martes, familiares de la niña la encontraron sin vida en el camino que va del Mezquite a El Potrero. Armados de machetes, palos y piedras, los habitantes de esa congregación tomaron el control del pueblo e iniciaron la cacería. Cuando la autoridad no funciona, el pueblo toma la ley en sus manos. *** En Yanga, mientras tanto, la tarde del martes un joven de unos 27 años de edad fue asesinado de cinco balazos, por sujetos desconocidos. Los hechos ocurrieron en la congregación San José del Corral. *** Las autoridades están ocupadas en la promición de la candidatura del “junior” y por lo tanto no le ponen atención al tema de la seguridad.