A pesar de que el Movimiento Ciudadano ha logrado buenos resultados en el ámbito nacional en las elecciones federales más recientes, las de 2015; y de que en las municipales de 2017 en Veracruz obtuvo más de 220 mil votos y 9 alcaldías, en la coalición “Por México al Frente” dicho partido político no ha sido tomado mucho en cuenta. De hecho, al interior de esa fuerza política hay quejas de militantes que se sienten excluidos del proceso electoral.
Algunos grupos del MC, partido que creó y lidera el ex gobernador veracruzano Dante Delgado, han acudido a la dirigencia estatal para exponer que los candidatos panistas los ningunean.
Ese menosprecio tendría su explicación, nos dicen, en el hecho de que el MC es, de los tres partidos de la citada alianza, el que menos representa en cuanto a fuerza político electoral en el estado: en 2017 logró menos del 7 por ciento de los votos; en tanto que un año antes, con Armando Méndez de la Luz como candidato a gobernador, apenas superó el dos por ciento de los sufragios totales.
Así, en los recientes procesos electorales, el MC ha pasado con más pena que gloria por Veracruz.
Por si fuera poco, entre las nueve alcaldías con que cuenta el partido no hay un municipio que se encuentre entre los diez más poblados; Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica y Minatitlán quedaron en manos de Morena; en tanto que Veracruz, Boca del Río, Córdoba, Papantla y Tuxpan fueron para PAN-PRD.
En el ámbito nacional el Movimiento Ciudadano es considerado una fuerza política consolidada, gracias a sus recientes resultados en la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco. Por otro lado, no hay que perder de vista que ese partido pasó de 16 a 26 diputados federales de 2012 a 2015, lo que nos habla de un avance importante, dado que casi duplicó su presencia en el Congreso de la Unión.
El problema para el MC es que ese progreso nacional no se ha reflejado en Veracruz, donde su presencia digamos que es más o menos discreta.
Esa limitada fuerza electoral en la entidad habría provocado que algunos candidatos del Frente, panistas sobre todo, vean con menosprecio y desdén a los dirigentes regionales del MC. Sólo en algunos casos, los alcaldes del partido naranja son tomados relativamente en cuenta.
Ese hecho motivó quejas y lamentos de algunos cuadros del MC ante sus líderes estatales, quienes intentan explicar, primero, que por encima del interés político relacionado con Veracruz está el fin más importante, que es el proyecto nacional; y segundo, que en la negociación local, al partido le correspondieron 5 diputaciones.
El problema es que al interior del MC ha comenzado a permear la idea de que en la coalición “Por México al Frente”, el partido naranja ha sido relegado y ninguneado por los candidatos panistas. Algo relativamente parecido ocurriría con el Partido de la Revolución Democrática, que terminó por desdibujarse, a la sombra del panismo y más bien del yunismo azul.
Mientras eso ocurre en las bases, la dirigencia nacional del MC ha definido que la prioridad es el gobierno del estado de Jalisco, donde Enrique Alfaro Ramírez, su candidato, tiene altas probabilidades de triunfo.
En cuanto a Veracruz, el peor escenario para el Frente es que se extienda entre dirigentes locales y militantes del MC la idea de que los panistas les menosprecian. A fin de cuentas, en un escenario tan competido y tan complicado como el de la elección veracruzana, los 200 mil votos que en teoría representa el partido de Dante Delgado pueden hacer la diferencia entre el primero y el segundo lugar de la contienda. @luisromero85