Saúl Contreras Beltrán me dio muy temprano ayer la penosa noticia: nuestra compañera Martha Meza Sánchez había fallecido, víctima de un cáncer terminal en la matriz, que se la llevó en 15 días sin que la ciencia pudiera hacer nada para rescatarla.

Martha… los recuerdos empezaron a agolparse entre la tristeza y me acordé de que fui una de las primeras personas que la conoció cuando llegó a Xalapa, llena de ilusiones y ganas de trabajar, con esa rapidez productiva que definió su desarrollo profesional.

Miren, Ángel Martínez Armengol -uno de sus grandes amigos- me aclaró anoche mientras la velábamos que Martha Meza era veracruzana, pues nació en Las Choapas, de donde eran sus padres, don Ignacio y doña Manuela, quienes se la llevaron muy chica a Monterrey, en donde creció y se formó para el periodismo en la Universidad Autónoma de Monterrey.

Salida de la carrera, empezó a trabajar en el periódico El Mañana de Nuevo Laredo, Tamaulipas, que dirigía el periodista veracruzano Horacio Aude, quien apreció mucho su disposición incansable para el trabajo, al grado que cuando él fue encargado por don Mario Vázquez Raña de fundar El Sol Veracruzano en Xalapa, la invitó a trabajar y Martha aceptó.

Yo era el Jefe de Redacción, y Martha llegó a laborar directamente conmigo, como asistente de redacción, junto con mi compadre Miguel Molina.

La recuerdo en ese entonces con su acento norteño (decía “abresodas” en lugar de “destapador” y “desponchadora” en lugar de “vulcanizadora”, je je) y con una productividad demoledora, diagramaba 20 planas en 10 minutos y los pobres formadores tardaban mucho en dilucidar la catarata de trabajo que les mandaba Martha.

En El Sol lo fue todo: consentida del director Aude, asistente de redacción, reportera, consentida del director González Levet, y una de las primeras mujeres columnistas en Veracruz -cuando escribir una columna era cosa de machos-, porque junto con Isaelda González Conde escribió “Por ellas”, un espacio que les abrí y con el que cumplieron fehacientemente.

De aquella época gloriosa de El Sol Veracruzano, cuando éramos felices e indocumentados, conservamos muchos recuerdos quienes la vivimos, y hemos coincidido que Martha Meza fue parte esencial del grupo de jóvenes reporteros que con mucha inconsciencia y ganas de hacer buen periodismo le dábamos la batalla al Diario de Xalapa de Rubén Pabello Acosta, al Gráfico de José Luis Poceros y al semanario Punto y Aparte de Froylán Flores Cancela.

Sé que comparten conmigo la pena por la temprana ida de Martha amigos queridos como Orlando García Ortiz, Gustavo Cadena Mathey, Raymundo Jiménez y Mario Javier Sánchez de la Torre. Y ya en mi época como Director de El Sol veracruzano, Miguel Molina, Manuel Rossete Chávez, Rafael Pérez Cárdenas, Saúl Contreras Beltrán, Isaelda González Conde, Álvaro Belín Andrade, Andrés Landa Espinosa, Eliseo Tejeda Olmos, Ángel Martínez Armengol.

Sé que todos nos pusimos a recordar cómo era Martha Meza y fuimos disponiendo un lugar en el recuerdo de esta compañera que llegó para quedarse en Xalapa, en donde hizo carrera, dejó huella y dos ciudadanos honrados y trabajadores: Ignacio y Uziel, a quienes les mandamos nuestra condolencia y nuestro sincero deseo de que encuentren pronta resignación.

Hasta la vista Martha. Te vamos a extrañar…

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