Prefacio.
En medio del diluvio informativo generado por el fallido operativo de la policía estatal en el penal de La Toma, llamó la atención el papel protagónico de dos personajes que estaban recluidos en ese sitio, en espera de la conclusión de los procesos penales en su contra. *** Durante la noche del sábado, Manuel Escalona Barradas, alias “El Cachorro” y Josele Márquez Balderas, alias “El Chichi” grabaron un mensaje vía telefónica en el que denunciaban que Jaime Téllez Marié los había amenazado, que les había advertido que en cuanto estuvieran en su poder, los iba a matar. *** Los dos reos se dijeron dispuestos a “entregarse”, pero aclararon que estaban intactos, sin ninguna herida, sin ninguna dolencia, por lo que lo que les sucediera a partir de ese momento sería responsabilidad del secretario de Seguridad Pública. *** El Chichi y El Cachorro fueron en su momento jefes de plaza de Los Zetas en la zona de Orizaba y sus alrededores (el segundo sustituyó al primero). Ambos están señalados de participar en el asesinato de la periodista Anabel Flores. Flores, de 27 años, quien trabajaba en El Sol de Orizaba. *** El Chichi tiene un largo historial delictivo, y en algún momento las autoridades lo dieron por muerto en una balacera ocurrida el 13 de agosto de 2015 en el bar “La Taberna”, de Orizaba. Más tarde, cuando fue capturado por fuerzas federales en posesión de combustible robado, la Fiscalía de Veracruz tuvo que admitir que “confundió” a una de las víctimas de aquel enfrentamiento con Josele Márquez. *** Como suele suceder (y cada vez con más frecuencia) Miguel Ángel Yunes Linares salió a defender a su secretario de Seguridad Pública. Dijo que él estaba presente cuando Téllez Marié se comunicó con estos dos reos y “es falso que los haya amenazado”. *** Aunque el gobernador no dio los nombres de los reos que fueron trasladados a otro penal, se infiere que El Cachorro y El Chichi son dos de ellos, a los que además Yunes Linares hizo responsables de la muerte de los seis policías.
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Los mensajes estaban ahí, pero los ignoraron. Soberbios como han demostrado ser, los funcionarios del gobierno estatal desoyeron las quejas, ignoraron las advertencias; dieron por resuelto el tema con la sustitución del director.
Hoy la muerte de seis policías les revienta en la cara y se exhiben inventando culpables que los exoneren a ellos.
La versión oficial refiere que la noche del sábado se montó un operativo en el reclusorio estatal de La Toma, en Amatlán de los Reyes, para trasladar a cuatro reos “de muy alta peligrosidad” y a quienes el propio gobernador Miguel Ángel Yunes Linares acuso de que “venían tratando de tomar el control del penal y venían delinquiendo en la zona, a partir de instrucciones que giraban desde el penal”.
El gobierno estatal explicó que al enterarse de la llegada de los grupos policiacos, los reclusos se amotinaron para evitar su entrada e incendiaron una parte del reclusorio.
En la refriega –según el reporte oficial- siete personas fallecieron, entre ellos seis policías.
El mismo Yunes Linares confirmó que los cuatro reos, motivo del operativo, ya fueron trasladados a otro centro penitenciario.
No podía dejar pasar la oportunidad, su gigantesco ego se lo exigía. El gobernador presumió que él, valiente y arrojado como suele ser, recorrió las instalaciones del reclusorio:
“Yo estuve en el reclusorio, entré, caminé por las áreas quemadas, lo hice acompañado por el fiscal general y el secretario de seguridad, el reclusorio está totalmente custodiado, no hay manera de fugarse”.
Para nadie es un secreto que las cárceles de Veracruz –no desde ahora, sino desde hace al menos dos décadas- son controladas por el crimen organizado. Se trata de recintos cerrados, con un número importante de “clientes cautivos” para todas las drogas que existen en el mercado.
“Sólo así se le tiene controlada a la población que es adicta a estupefacientes y que cuando no tiene acceso a las drogas, se torna irascible, violenta”, explicaba un custodio.
Los directivos de las cárceles lo saben y por “voltear hacia otro lado” reciben jugosas recompensas. La única condición que les ponen a los “jefes de plaza” es que no les “calienten el parche”.
Hace apenas dos meses, familiares de los internos en La Toma se plantaron afuera del penal portando cartulinas, exigían la destitución del director, Valentín Hernández Santiago y de 15 custodios.
Denunciaron que a sus familiares les cobraban 5 mil pesos a su llegada, y mil 500 pesos mensuales, “para que no tengan problemas durante su estancia”. Les advertían, sin embargo, que de no cumplir con esos pagos, el interno sufriría las consecuencias.
Las cárceles son una representación a escala de lo que sucede en el territorio estatal. Ahí, lo mismo que afuera, se libra una batalla sin cuartel por el control de la plaza. En las cárceles, como en las calles, Los Zetas, el Cártel Jalisco, el de Sinaloa, el del Golfo y muchos grupos regionales, se disputan el control y lo que prometía ser un negocio muy lucrativo para los jefes policiacos, hoy es una pesadilla.
Si Miguel Ángel Yunes Linares y su compadre Jaime Téllez Marié no pueden poner orden en los reclusorios, ni en sueños podrán devolver la paz a los veracruzanos, como se ofreció hace dos años.
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Epílogo.
A nadie debería sorprender la actitud del dirigente en Veracruz del Partido Encuentro Social (PES), quien anticipó que romperá su alianza con Morena y con el PT en el estado. El dirigente estatal de ese partido, el expriista y expanista Gonzalo Guízar Valladares puso como pretexto que el partido de Andrés Manuel López Obrador pretende “ocupar todos los espacios y no respeta el 25 por ciento de las candidaturas que fueron acordadas para el PES”. Quienes conocen la trayectoria de Guízar Valladares tienen claro que desde un principio su papel en la alianza “Juntos Haremos Historia” era el de infiltrado. Es muy conocida la gran cercanía que este personaje tiene con Miguel Ángel Yunes Linares, y se presume que ambos decidieron aprovechar los acuerdos que a nivel nacional tuvieron Morena y PES, para socavar desde adentro al partido del Peje. El problema es que el PES tiene tan poco peso en la entidad, que ni cosquillas le hará a Morena si se va. *** Antes de que iniciara la veda electoral, el pasado miércoles, la delegada del ISSSTE, Elízabeth Morales supervisó las obras de dos grandes proyectos para los derechohabientes del ISSSTE, la Casa de Día para que jubilados y pensionados puedan practicar deporte y talleres manuales y las nuevas oficinas fe Pensionissste para los afiliados, mismas que serán inauguradas después del periodo electoral. *** Eran obligados los cuestionamientos a Elizabeth Morales sobre temas electorales y ella se pronunció porque no sean los hombres en los partidos políticos quienes definan los espacios en los que deban ir mujeres. Con amplia experiencia en el trabajo político, Elizabeth pidió equidad de género y mecanismos de evaluación más justos para que las candidaturas plurinominales, sean otorgadas por méritos o por trayectoria política sobresaliente y no por amiguismo. La exalcaldesa de Xalapa, ex dirigente estatal de su partido y ex diputada federal puso al servicio de su partido su trabajo, su experiencia y sus resultados para que sean valorados y se sumó al reclamo de que más del 50 por ciento de las candidaturas -y no las posiciones “de relleno”- sean para mujeres. *** Mientras la policía estatal luchaba por rescatar a sus compañeros, en el penal de La Toma, en el sur de la entidad, en la congregación Mapachapa, de Cosoleacaque, fue incendiado un vehículo en el interior de un corralón de la empresa Grúas Vázquez. Al parecer la intención de los responsables del incendio fue llamar la atención sobre los tres cuerpos desmembrados (que correspondían a dos hombres y una mujer) y hacerles llegar el mensaje que dejaron escrito a un lado de los cuerpos. *** La violencia no cesa. ¿De verdad queremos más de esto?