Miles de personas se manifiestan hoy en la capital catalana en defensa del expresidente regional Carles Puigdemont, quien fue detenido en las últimas horas en Alemania.
La movilización, convocada por las organizaciones civiles Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, avanzó desde la delegación de la Comisión Europea en Barcelona al consulado de Alemania, dos destinos simbólicos del reclamo soberanista.
En algunos puntos de la marcha se registraron enfrentamientos con la policía, aunque por el momento se desconoce si los choques derivaron en detenciones o si hay personas heridas.
Puigdemont fue arrestado hoy por la Policía alemana después de cruzar la frontera norte del país desde Dinamarca con destino a Bruselas, en virtud de un mandato europeo de detención emitido por España, donde el viernes fue formalmente acusado de rebelión junto a otros 12 dirigentes separatistas.
Los manifestantes entonaban estribillos en los que reclamaban la «libertad de los presos políticos» y gritaban vivas a «Puigdemont nuestro presidente».
Luego, frente a la representación de la comisión, gritaban: «Esta Europa es una vergüenza».
Pedimos a Alemania que no extradite al presidente Puigdemont por delitos inventados en una causa política», indicaba la convocatoria de ANC.
En manos de la justicia alemana
Puigdemont comparecerá este lunes ante el Tribunal Administrativo del Estado federado de Schleswig Holstein, el ‘Land’ donde fue detenido hoy tras entrar en territorio alemán por la frontera con Dinamarca.
El cometido de esa comparecencia es comprobar la identidad del detenido, entre otras formalidades, según un comunicado de la Fiscalía general de ese ‘Land’, a la que corresponderá estudiar y decidir sobre la orden europea emitida por la Justicia española.
Según el comunicado emitido por esa la Fiscalía regional, tras esa primera comparecencia de mañana se decidirá sobre si le mantiene detenido, en cuyo caso ingresará en una prisión a la espera de que se decida sobre la petición de extradición.
Fuentes jurídicas en Madrid dijeron que «la decisión sobre si ha de entrar en prisión, a la espera de su extradición, es competencia del Tribunal Superior de Schleswig-Holstein», en alusión a la posibilidad de que le apliquen o no medidas cautelares mientras se resuelve la Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE).
Fuentes del Ministerio de Justicia precisaron que «la eventual entrega a las autoridades españolas es competencia exclusiva de la Fiscalía General de Schleswig».
De acuerdo con el sistema federal alemán, las competencias en esa materia corresponden a la Justicia del estado federado y no a la Fiscalía federal, con sede en Karlsruhe (suroeste del país).
El Código Penal alemán no tiene tipificado como tal el cargo de rebelión como es el caso de España, pero sí el de alta traición, que en el artículo 81 del Código Penal contempla una definición similar.
Se prevén ahí penas de cárcel «de no menos de diez años» o «hasta cadena perpetua» -lo que en Alemania equivale a un máximo de 25 años- para «quien menoscaba con violencia o amenaza de violencia» al estado alemán en su conjunto o amenaza «el orden constitucional» de la República Federal de Alemania (RFA).
El expresidente regional catalán, prófugo de la justicia española, abandonó el viernes por la noche Finlandia, donde había acudido el pasado jueves para ofrecer unas conferencias.
La noticia de que el juez del Tribunal Supremo español Pablo Llarena había reactivado la euroorden contra él por rebelión y malversación de fondos, entre otros cargos, fue recibida por Puigdemont el viernes en Helsinki.
Ante esa situación, partió la misma noche del viernes en coche desde la capital finlandesa y entró esta mañana en territorio alemán.