Hasta los más escépticos levantaron la ceja cuando el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares dijo al presidente Enrique Peña Nieto: “Bienvenido a Perote, la joya de nuestro altiplano, cuna de gente buena, honesta y trabajadora. Este valle que hasta hace unos años era sinónimo de pobreza y abandono, hoy florece, gracias al esfuerzo de quienes lograron vencer las condiciones climáticas y la falta de agua superficial”.
Y es que el gobernador estaba en terreno “rival”; la tierra natal de José Francisco Yunes Zorrilla, adversario de su hijo Miguel Ángel en la contienda por la gubernatura veracruzana.
“Ignoro cuántos votos obtendrá aquí su candidato, pero se le agradece el comentario”, dijo en corto pero con sinceridad un peroteño vecino de la comunidad de San Antonio Limón, donde el primer mandatario entregó un almacén granelero de DICONSA.
Juan Francisco Hervert Prado, alcalde de Perote, estaba realmente contento y no era para menos: hizo buen tiempo, el evento fue inmejorable y en calma. Perote ya cuenta con un granelero que beneficiará no sólo a sus gobernados y poblaciones circunvecinas, sino a comunidades de Puebla. Además, no todos los munícipes tienen en su terruño un granelero de las dimensiones del de DICONSA para presumir.
Quienes saben de política aseguran que la visita fue también un guiño del presidente a Pepe Yunes, quien como senador cabildeó como nadie la Reforma Hacendaria que amenazaba con caerse antes de comenzar a caminar; y el presidente tiene muy presente el apoyo de Yunes Zorrilla a las reformas en general y a la hacendaria en particular.
En fin, el ambiente en el evento de Perote fue de cordialidad, a pesar de las diferencias políticas entre presidente y gobernador; pero lo principal es que los peroteños, gente noble y trabajadora, como lo definió el propio Yunes Linares, tienen un importante beneficio, otra fuente de ingresos que impulsará a las familias del lugar y generará una importante derrama.
Lo otro, lo demás, queda para el anecdotario de la política.
Por cierto, en los círculos políticos fue muy comentada la visita presidencial y no faltaron especulaciones sobre dos temas: primero, la supuesta reunión en corto que habría sostenido Peña Nieto con el gobernador veracruzano; y segundo, la rentabilidad política de esa visita a la tierra del candidato priista. Todo, sin embargo, se limita al terreno de la especulación. Como sea, ninguna de esas dos versiones puede comprobarse por el momento y habrá que esperar para ello a ver el comportamiento de las campañas y los resultados electorales para entender si hubo algún acuerdo emanado del nuevo pacto de Perote o si todo quedó en elucubraciones sin sustento.
¿División en Morena?
Al interior del Movimiento de Regeneración Nacional se comenta con cierta preocupación que pareciera que no existe coordinación ni entendimiento entre las dos principales figuras del partido en Veracruz: el candidato a gobernador, Cuitláhuac García Jiménez; y la diputada federal y abanderada al Senado, Rocío Nahle García.
Se dice en Morena que las dos principales corrientes del partido en la entidad han decidido delimitar su zona de influencia; así, Nahle opera de la zona de Veracruz hacia el sur, Coatzacoalcos, Minatitlán y Agua Dulce, sobre todo; en tanto que Cuitláhuac se centraría en la zona norte y la capital del estado.
Sin embargo, se observa muy complicado un escenario de confrontación o ruptura entre esos personajes de Morena, dado que ambos están comprometidos y alineados con el proyecto de Andrés Manuel López Obrador.
Contrario a la división vista como una debilidad, la delimitación territorial de las zonas de influencia de los liderazgos de Morena, nos dicen, complementaría el proyecto para intentar levantar la mano en el proceso electoral para gobernador y presidente de la República. @luisromero85