Al participar en el Coloquio “Historia y Región. Homenaje al Doctor Joaquín Roberto González Martínez”, realizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), la investigadora Emilia Velázquez Hernández recalcó que el espacio es un constructo social al que se requiere analizar desde su historicidad.
Velázquez Hernández, académica del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Unidad Golfo, dictó la conferencia “Configuración y reconfiguración regional: tres ejemplos de investigación en el estado de Veracruz”, como parte del evento efectuado el jueves 8 de marzo en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del IIH-S.
Filiberta Gómez Cruz, directora del instituto, presentó a Emilia Velázquez y dijo que ha realizado investigaciones en Jalisco, Guerrero, Michoacán, así como el norte y sur de Veracruz, siendo las temáticas centrales de su investigación el análisis regional de procesos políticos locales; sus líneas de investigación son la antropología y estudios políticos
Su proyecto actual es sobre el impacto de la migración y el acceso a la tierra de producción agrícola en una región del istmo veracruzano.
La ponente explicó que su trabajo engloba reflexiones desde la disciplina antropológica para elaborar análisis regionales.
Este trabajo fue presentado en la Cátedra de Estudios Regionales “Guillermo de la Peña” que organiza el CIESAS Occidente y la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
El objetivo de la charla fue reflexionar sobre tres acercamientos al estudio de la conformación y la transformación de los espacios regionales. “Son investigaciones que he realizado a lo largo de mi carrera a partir de preguntas de investigación diferentes pero en todas ellas han estado presentes dos planteamiento centrales: el espacio es un producto social y por lo tanto tenemos que dar cuenta de cómo estos espacios se construyen; y analizar la historicidad de las formaciones espaciales”.
Su primer ejemplo fue el trabajo que realizó a mediados de la década de 1980 en colaboración con geógrafos, donde se analizaron las redes de comercio en la zona del Totonacapan.
Al analizar las rutas comerciales encontró que éstas existían desde 1940 cuando fueron creadas por arrieros, previamente existió una fuerte integración comercial entre la sierra y la llanura costera.
“Lo que quisiera recalcar de este trabajo son dos cosas”, precisó, “no asumir que las regiones, tal como las identificamos, han permanecido inalterables y considerar el dinamismo de estas conformaciones como una de sus principales características”.
El segundo ejemplo que refirió fue sobre su investigación acerca de la organización espacial en el istmo veracruzano, particularmente en el municipio de Soteapan; su objetivo principal era “entender y analizar las contradicciones, conflictos y negociaciones que surgían cuando proyectos estatales se concretaban en espacios locales particulares, tomando como hilo conductor la historia agraria”.
El proceso de desamortización fue tardío e intenso en la región y alrededor de 1890 los popolucas invirtieron mucho dinero y esfuerzo para delimitar sus tierras, pero en 1902 las pierden al ser reclamadas por las hijas de Manuel Romero Rubio, quienes años después las arrendaron a la Compañía Pearson que construirá la red ferroviaria para conectar la costa atlántica y pacífica a través del istmo de Tehuantepec.
“Encontré una historia que me pareció fascinante: la reorganización espacial durante los últimos 50 años del siglo XIX que tiene en Acayucan a su centro rector, hasta la consolidación de Minatitlán y posteriormente Coatzacoalcos como centros regionales”.
Se creó así un nuevo orden regional en torno a centros rectores con distinta jerarquía que permanece vigente a lo largo del siglo XX.
Esta reorganización es producto de acciones de grupos diversos que buscan consolidar sus negocios mediante el asedio a las tierras indígenas.
El tercer ejemplo que compartió fue sobre la integración de regiones distantes a través de la migración, en particular desde la sierra de Santa Marta a localidades del norte, Ciudad Juárez y el estado de Sinaloa, principalmente.
En 1995 Coatzacoalcos registró un 9.8 por ciento de tasa de desempleo, de los más altos del país, reflejando la situación en la región.
Como conclusiones expresó: “Espacios dispersos de la geografía con nulas o mínimas interacciones previas se han vuelto interdependientes”, y recalcó: “Pensar estas regiones discontinuas es un nuevo reto para el análisis regional”.
David Sandoval Rodríguez/Prensa UV