De niña veía animales y escuchaba voces, como esto le molestaba a los 18 años acudió a un ritual para que le cerraran “El tercer ojo” uno que tienen todas las personas en la frente, pero a los diez años, cuando los médicos desahuciaron a su esposo, un familiar lo encomendó a la Santa Muerte, y después “La Niña Blanca” la buscó para que trabajara con ella.
De profesión Químico Fármaco Bióloga, dedicada a su familia, hoy se hace llamar “Hada Luna”, lee las cartas, el tarot, hace limpias, rituales para hacer regresar al esposo que se fue con la amante, o a la esposa que abandonó el hogar para irse con otro hombre, y logra que mujeres en busca del amor, encuentren novio y se casen.
Este “Don” lo heredó por su abuela, bisabuela y tíos, pero lo desconocía, porque no preguntaba a su familia el por qué veía animales junto a ella, escuchaba voces de personas muertas, y soñaba situaciones que más tarde se cumplían.
Prefiere no dar su nombre, para evitar burlas en contra de su familia, pero está consciente que nació para hacer limpias, retirar los hechizos que generan malas vibras en las personas y hogares.
Dentro de su casa tiene un santuario dedicado a la Santa Muerte, uno grande que no permite nadie lo vea, pero si mostró un altar mediano, en el que ofrenda manzanas rojas, aguardiente, tabaco, le da luz a través de las veladoras, le pone incienso y le reza para que esté con ella.
La noche de este jueves, Hada Luna no dormirá porque le encargaron siete “trabajos” y desde hace una semana comenzó a prepararlos, para velarlos toda esta noche a la luz de la luna y con velas.
La Santa Muerte da a sus adoradores lo que piden, pero a su vez deben dar algo a cambio, dice Hada Luna, quién le tiene un fervor, respeto y agradecimiento porque salvó la vida de su esposo de un cáncer terminal.
Verónica Huerta/Avc