Manuel Barreiro Castañeda, el empresario acusado de ser lavador de dinero del candidato a la presidencia Ricardo Anaya, sabía que no podría gozar por mucho tiempo de las bellezas de los paisajes canadienses sin que lo alcanzara el largo brazo de la ley.
De hecho, el brazo aún no lo alcanza pero no tarda; un juez federal levantó la prohibición que tenía la Procuraduría General de la República para solicitar una orden de aprehensión en su contra.
El mensaje está más que claro: la consigna es tumbar a como dé lugar a Ricardo Anaya; no sólo bajarlo de las encuestas sino de la contienda presidencial.
Y el PRI no tarda en hacerlo.
Se nota que los priistas releyeron el párrafo de El Príncipe que (palabras más, palabras menos) dice “El día que enfrentes a un enemigo y lo derrotes, asegúrate de que la derrota le impida levantase, porque si se levanta, el derrotado serás tu”.
El problema con Ricardo está casi resuelto; no así el flanco más importante que tienen los tricolores y que se llama Andrés Manuel López Obrador.
¿Cuándo piensan enfrentarlo?
Los genios del equipo de campaña de José Antonio Meade, acaban de lanzar un spot donde buscan revivir el añejo temor que una parte de la población sentía por AMLO en 2006 y que recordarás, lector: “Un peligro para México”.
Cualquier publicista principiante sabe que cuando un mensaje tiene éxito, hay que sacarle el mayor provecho posible. Pero repetirlo años después lleva irremediablemente al fracaso porque el público receptor cambia.
Los millones de jóvenes que tienen 18 años y votarán por primera vez han crecido oyendo un día sí y otro también, que vivimos en un país inseguro y plagado de corruptos por culpa de los gobiernos emanados del PRI. Y han refrendado esta creencia al darse cuenta que los ex gobernadores acusados de ladrones que están encarcelados o andan a salto de mata son del PRI.
Como contraparte han escuchado, al menos en los últimos quince años, a un sujeto que promete acabar con la corrupción y meter a la cárcel a todos los bandidos. Un sujeto que además, les está prometiendo trabajo bien remunerado cuando salgan de la Universidad.
¿Acaso alguien piensa que un spot promovido por el partido considerado el más corrupto del país les va a mover el tapete?
El spot está tan mal hecho que el público receptor jamás piensa en Andrés Manuel a ver las escenas de violencia que ahí se muestran, sino en la inseguridad que se vive a partir del 2006 con los gobiernos de Calderón y Peña Nieto.
Ojalá lo saquen del aire porque puede que hasta le quite votos a Meade; de lo que no hay duda es que no le generará ninguno a favor.
Con Andrés Manuel hay que utilizar algo más que un simple spot para sacarlo de la jugada.
El tiempo apremia y no se ve por dónde el PRI y su candidato tengan las armas para bajar de las encuestas al Peje.
Ricardo Anaya está casi liquidado y eso se verá reflejado en las próximas encuestas que también pueden afectar de manera negativa al candidato del PAN, PRD y MC a la gubernatura de Veracruz.
Pero el que importa ahora es Andrés Manuel; ese debe ser el objetivo primordial del PRI.
La sola honradez de José Antonio Meade y un spot hecho sobre las rodillas, no bastarán para ganarle la contienda al tabasqueño.