El ayuntamiento de Xalapa, que encabeza Hipólito Rodríguez, determinó hace unos días la instalación de filtros de acceso a las oficinas ubicadas en el segundo y tercer piso de Palacio Municipal.
En ese lugar ahora se observan, como nunca antes, filas de personas que buscan entrar a los pisos superiores, donde están las oficinas de la Presidencia Municipal y de los integrantes del cuerpo edilicio del Ayuntamiento.
La medida del ayuntamiento xalapeño fue criticada en algunos medios informativos digitales y también en redes sociales, como si no existiera antecedente de ello en otras oficinas públicas.
Se trata de una medida que implica control y de alguna manera también seguridad para funcionarios, trabajadores y visitantes.
Habría que comentar que el acceso a las oficinas de la planta baja, donde se realiza la mayoría de los trámites administrativos, no está restringido; es decir, si una persona acude a las cajas de tesorería, por ejemplo, no necesita solicitar el ingreso; pero si la intención es entrar a la parte superior, entonces debe registrar su nombre y datos, así como indicar a qué área pretende acudir.
No es una medida nueva en Xalapa; el primer filtro de seguridad que se recuerda a una oficina pública fue instalado durante la administración estatal de Miguel Alemán Velasco hace 20 años, en 1998. Entonces, al acudir a Palacio de Gobierno, los ciudadanos pasaban filtros de seguridad, indicaban la dependencia y el funcionario al que visitaban, y entregaban sus credenciales de elector.
Fidel Herrera eliminó por un tiempo ese control de acceso y convirtió el Palacio de Gobierno casi en un mercado. Javier Duarte instaló vallas, filtros de seguridad y hasta arcos detectores.
Actualmente, ese control de acceso no existe en Palacio de Gobierno, pero sí en otras oficinas públicas de Veracruz.
Al entrar, por ejemplo, a la Legislatura del Estado, los visitantes deben indicar la oficina a la que acuden y dejar su credencial de elector para pasar por otro filtro de acceso, esta vez policiaco.
Algo parecido ocurre en el Órgano de Fiscalización Superior del Estado, Orfis, donde realizan hasta un escaneo de quienes acuden a esas oficinas a realizar algún trámite, generalmente otras autoridades o ex integrantes de ayuntamientos veracruzanos.
En la Fiscalía General del Estado también hay controles de acceso, al igual que en el Instituto de Pensiones del Estado.
Al Palacio de Justicia, sede del Poder Judicial del Estado, los ciudadanos no pueden entrar si no se identifican e indican quién los espera en esas instalaciones.
En el Instituto de la Policía Auxiliar y Protección Patrimonial, IPAX, también es necesario proporcionar toda la información para tener acceso; y qué no decir de las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública, dependencia que por su propia naturaleza restringe el acceso a los visitantes.
Todas esas son oficinas públicas con algún control de acceso y no existen, hasta donde se sabe, críticas contra el Orfis, la Legislatura, el IPE, el TSJ, el IPAX, la SSP o la FGE por esa determinación.
Por ello llaman la atención las críticas a la autoridad municipal por el hecho de controlar el acceso, lo cual no es igual que negarlo o impedirlo.
Por cierto, debido a esos filtros, ya no se observa en los pasillos de la planta alta de Palacio Municipal a las personas que antes sólo acudían a observar quién entraba y a quien visitaban los grupos, las organizaciones y los ciudadanos xalapeños. @luisromero85