Por Luis Brito
México, 18 feb (Xinhua) — Cuando Benny Flores recibió en su teléfono móvil y escuchó en la radio la alerta de que un nuevo temblor sacudiría la Ciudad de México jaló aire para calmar los nervios, frenó su automóvil y tomó su bolso de mano por si tenía que correr.
El potente sismo que el pasado viernes sacudió el sur y centro de México reavivó recuerdos amargos para la comerciante, quien el 19 de septiembre pasado atestiguó cuando uno de los nueve edificios de su conjunto habitacional se derrumbó por un terremoto que cobró 228 vidas sólo en la capital.
Benny tuvo miedo cuando ahora el temblor de magnitud 7,2, producido frente a la costa del sureño estado de Oaxaca, remecía la ciudad, pero cuenta que esta vez se sintió mejor preparada para enfrentarlo.
«En mi familia ya todos tenemos conciencia de que cuando empiece a temblar hay que irse a un lugar seguro y tranquilizarnos», explica la mujer de 56 años, quien alquila un departamento temporal porque el terremoto dejó inhabitable su edificio.
Igual que ella, la herida de dos letales terremotos que estremecieron a México hace cinco meses en menos de dos semanas, el 7 y el 19 de septiembre pasado, llevó a muchos a prepararse mejor para anticiparse y reaccionar ante temblores.
La población evacuó casas, oficinas y comercios cuando escuchó la alerta sísmica en los megáfonos de la ciudad o se enteró por las aplicaciones de emergencia, que han sido descargadas por cientos de miles en los últimos meses.
Escenas de pánico con gente que rompió en llanto o entró en crisis nerviosa se multiplicaron en la metrópoli de 8,9 millones de habitantes; sin embargo, el sismo no dejó un saldo fatal de vidas y sólo causó daños materiales menores en casas de la costa de Oaxaca.
El terremoto del 7 de septiembre, de magnitud 8,2, mató a 102 personas en Oaxaca y el vecino estado de Chiapas, mientras que el siguiente, de 7,1, se saldó con 369 víctimas en la capital y otros cinco estados.
«La mentalidad y la conciencia de la gente en México es que ha entendido la importancia de moverse, de evacuar sus casas, sus trabajos y salvar su vida», dijo a Xinhua el coordinador Nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente.
«Esto ha bajado el índice de mortalidad que tenemos en México a partir de los sismos vividos en septiembre y ahora este», agregó.
Puente recordó que la alerta sísmica se activa cuando los temblores son superiores a los 5,5 grados, y las personas pueden buscar ponerse a salvo con un lapso de segundos de ventaja, que varía dependiendo de la distancia desde el epicentro del sismo.
«De alguna manera observamos que el comportamiento de la sociedad ha cambiado, y esperamos que así siga. No porque podamos predecir un sismo, pero tenemos que entender que la actividad sísmica y volcánica en el mundo hoy está viva y vigente, y no podemos olvidar que esto existe», agregó el funcionario en entrevista telefónica.
Francisco Pinto, un empleado bancario, es uno de los miles de habitantes que instalaron la aplicación de emergencia en su móvil tras los terremotos de hace cinco meses. Apenas sonó el pasado viernes, salió de su casa con la incertidumbre en torno a la magnitud del temblor, pero con la tranquilidad de anticiparse.
En pocos segundos, el hombre de 43 años observó a otras personas refugiarse también en la calle, donde hay un edificio desalojado porque se dañó en el terremoto pasado, y está cerca de otro que quedó reducido a escombros.
«Te vuelves más precavido y tenemos más conciencia. Salió toda la gente ordenada aunque sí algunas personas estaban en histeria», comenta.
México es un país catalogado como de alta actividad sísmica, porque está situado en una región donde interactúan cinco placas: Pacífico, Rivera, Cocos, Norteamérica y Caribe.
Sólo en la zona donde se produjo el último movimiento han ocurrido otros cinco temblores de magnitud mayor a los 7 grados desde 1931, destacó el Servicio Sismológico Nacional (SSN), que recordó que Oaxaca concentra el 25 por ciento de los sismos que pasan en el país.
«¿Qué podemos esperar en Mexico? Podemos esperar sismos importantes, lo hemos vivido toda nuestra historia. ¿Van a seguir ocurriendo? Sí ¿Cuando? Quién sabe. Los sismos no se pueden predecir», advirtió la víspera, en conferencia, la jefa del SSN, Xyoli Pérez