De la voluntad

Mary Baker Eddy afirma en 1866 haber descubierto el Principio Divino que guió a Jesucristo en sus milagros de curación, en la creencia firme y dirigida del pensamiento sobre las enfermedades y males del ser humano.

Esta certidumbre otorga a Mary Baker la certeza de que todo principio somático es precisamente un estado disfuncional de los pensamientos y su entorno, y que con la creencia o fe, es la fuerza mental que conlleva a la regresión de ese hecho, que involuciona hacia la restauración de los padecimientos del  organismo.

Ante esa fuerza de voluntad Baker Eddy, le lleva a ser creadora de varias obras entre las que destaca Retrospección e introspección, en dónde relata las experiencias que le guiaron al desarrollo del sistema que denominó Ciencia Cristiana.

En 1875 publica la primera edición del libro Ciencia y salud con clave de las escrituras, el pilar de la religión que fundó, en donde manifiesta “el Principio Divino de la curación”.

A lo largo de su carrera Mary Baker Eddy funda numerosas publicaciones.  En 1898 funda la Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, encargada hasta nuestros días de la publicación de sus escritos y de las revistas periódicas como el The Christian Science Journal, el Christian Science Sentinel, El Heraldo de la Ciencia Cristiana y el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana.

En 1908 funda el periódico The Christian Science Monitor ganador de siete premios Pulitzer, parcialmente como respuesta al periodismo sensacionalista de su época, que seguía el desarrollo de las actividades de Baker Eddy con un exacerbado entusiasmo y variados grados de exactitud.

Mary Baker Eddy propugna la restitución, mediante su iglesia y el sistema de curación por ella desarrollado, de un cristianismo  más acorde con el primitivo que restaure su «perdido elemento de curación».

El Salón Femenino de la Fama de Estados Unidos la incluye en 1995, mencionando que «dejó una marca indeleble en la religión, la medicina y el periodismo».

Mary Baker Eddi, nació en  Bow, Nuevo Hampshire, el 16 de julio 1821, murió en Chesnut Hill, Massachusetts, el 3 de diciembre de 1910.

Stefan Zweig, el genial escritor austriaco, en su obra La curación por el espíritu, relata la vida de esta mujer que creó una de las iglesias más poderosas económicamente  y de Fe, de los EEUU.

Cuarenta años perdidos

(Extracto)

Una tosca casita de madera de un piso, en Bow, cerca de Concord: la construyeron con sus propias manos los Baker, granjeros modestos, ni ricos ni pobres, de origen anglosajón, aunque establecidos en el New Hampshire desde hace más de un siglo.

El padre, Mark Baker es un labrador impetuoso, muy serio, muy devoto y muy terco, de cráneo duro como el puño. Esta pétrea terquedad, esta irrefrenable vehemencia, las ha heredado el séptimo de su prole, una niña, Mary Baker, nacida el 16 de julio de 1821-;pero en cambio no ha heredado su salud y su robustez, su centrado equilibrio.

Es una muchacha voluble, flacucha, pálida y nerviosa que crece sensitiva y hasta hipersensitiva.

Al gritar uno fuerte, se contrae en seguida convulsivamente; una palabra aguda la
agita en extremo; ni siquiera es capaz de seguir en la escuela, pues el bullicioso de sus condiscípulas les resulta insoportable.

Así a la niña mimada se le permite quedarse en casa, y aprender aquello que le viene en gana, que no es cosa mayor en una granja aislada a varias millas del pueblo.

Por su belleza la pequeña Mary tampoco llama la atención, y no obstante eso es lo que anhela, llamar la atención; es ese el afán principal de esta criatura obstinada y nerviosa. En todas partes y ante todo quiere sobresalir, aparecer distinta de los demás; desde muy pronto empieza a dibujarse este rasgo dominante de su carácter y acude a los medios más burdos para hacerse ostensible, todo impulso que no puede expansionarse hacia fuera, se repliega hacia adentro, se retuerce y empieza por destrozar los propios nervios. Ya antes de la pubertad se habían manifestado en Mary frecuentes convulsiones, espasmos y excitaciones extraordinarias.

Y al darse cuenta la niña de que tales accesos provocan en casa un aumento de mimo y solicitud, menudean los nervios, y de repente prorrumpe en chillidos estridentes y se desploma
como muerta. Los padres temen que aquello haga presa en aquella singular criatura, pero el médico que ha sido llamado, sacude dubitativamente la cabeza. No se toma la cosa muy en serio hysteria mingled with  bad temper (histeria mezclada con mal genio), reza su diagnóstico. Y como los accesos se repiten con mayor frecuencia, sin que ofrezca peligro alguno y además van resultando de sobremanera sospechosos, ya que Mary se obstina en su capricho o no quiere acceder a alguna petición ajena, no tarda el padre, lego en cuestiones clínicas en volverse desconfiado. Y cuando, tras una violenta escena vuelve la muchacha a caer sin sentido al suelo, él la deja allí tendida, sin preocuparse, y se marcha a su trabajo; al regresar, por la noche, la encuentra tranquilamente sentada en su  habitación, leyendo; se había levantado del suelo sin ayuda de nadie. Con todo, algo alcanza con estas manifestaciones  de nerviosismo o mejor con esta rienda suelta a sus nervios. Y, eso que logra ya en casa de sus padres esta mocosuela de quince años, o logrará también, ya mujer, donde sea y contra todo el mundo…..Continuará