La semana pasada, a través de su cuenta de Facebook, la joven Carla Enríquez Merlín anunció sorpresivamente que declinaba como precandidata del PRI a la diputación local por Cosoleacaque, distrito por el que ya contendió el año antepasado.
La hija de la ex alcaldesa y ex diputada Gladys Merlín Castro no precisó los motivos de su dimisión, pero, según trascendió, aparte de la presunta falta de comunicación de la dirigencia estatal priista habría sido determinante también la supuesta injerencia de un delegado federal, muy cercano al precandidato a la gubernatura Pepe Yunes Zorrilla, en la postulación de otro contendiente al mismo cargo de elección popular pero por MORENA, partido contra el que Enríquez Merlín perdió por similares traiciones los comicios locales en 2016.
A mediados de octubre de ese año, la ex candidata por la coalición “Para Mejorar Veracruz” reveló en un programa de televisión por internet que operadores priistas maniobraron en su contra. Acusó directamente a la delegada nombrada por el CEN del PRI, Isela González Domínguez, a quien en un audio se le escucha instruir a un operador priista del municipio de Zaragoza, perteneciente al distrito de Cosoleacaque, para que los electores que movilizaría a las urnas votaran por el candidato a gobernador Héctor Yunes Landa y por Morena para la diputación local.
A pesar de esta “puñalada trapera”, Carla dijo que el margen entre ella y la morenista María del Rocío Pérez fue de solo 500 votos, y que a diferencia de su rival ella sí tuvo representantes en las 363 casillas instaladas. Pero que al menos fueron ocho actores políticos los traidores, entre los que se encontraban funcionarios estatales y federales.
Por la serie de irregularidades que se dieron durante la sesión de cómputo distrital y en las sesiones posteriores –la presidenta del Consejo Distrital terminó renunciando al pretextar problemas de salud, siendo sustituida no por su suplente como lo marca la ley sino por otro consejero a modo; la cuestionable participación del miembro del Consejo General del OPLE, Juan Manuel Vázquez Barajas, quien sin nombramiento o acreditación alguna llegó a abrir la bodega donde se encontraban los paquetes electorales, ante la ausencia de los representantes partidistas, vulnerando la certeza de los resultados de la votación–, el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) determinó anular la validez de la elección.
Sin embargo, posteriormente la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación decidió revertir el dictamen del TEV, fallo que ratificó la Sala Superior del TEPJF no obstante que la candidata priista documentó otras irregularidades en el traslado de la paquetería a Xalapa, y de que en el recuento de paquetes por parte del Consejo General del OPLE se observó una clara tendencia para favorecer a la contendiente de Morena ya que presuntamente se le sumaron los votos de los paquetes electorales de la elección de gobernador que correspondían al candidato de su partido.
Ante esta amarga experiencia, y al percatarse del mismo modus operandi que pretenderían repetir los fidelistas incrustados en el primer círculo de operación electoral de Pepe Yunes Zorrilla, Carla Enríquez habría decidido bajarse de la candidatura a la diputación local.
Scherer, operador de AMLO
Por cierto, de los cinco coordinadores regionales recién designados por Andrés Manuel López Obrador para su campaña presidencial, llama la atención el caso de Julio Scherer Ibarra, un presunto ex asesor del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán que estará a cargo de la tercera circunscripción plurinominal que integran los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán y Veracruz, de preeminencia priista y pevemista.
Scherer Ibarra, hijo del extinto periodista Julio Scherer García, fundador y ex director de la revista “Proceso”, es abogado por la UNAM y en 2012 fue asesor del círculo íntimo del actual precandidato de MORENA.
Casualmente, en las anteriores elecciones presidenciales, como colaborador de la campaña de López Obrador, Scherer Ibarra fue implicado en una polémica al revelarse una llamada telefónica donde pedía dinero al empresario Julio Villanueva, presidente del Consejo de Administración de Banca Afirme.
Villarreal y el PRD respondieron posteriormente que en esta llamada Scherer Ibarra solicitaba la ampliación de un préstamo de 30 millones para el PRD –a petición del dirigente nacional Jesús Zambrano– para finalizar la campaña presidencial de AMLO.
En 1997 fue perseguido por Francisco Gil Díaz, a la sazón secretario de Hacienda y Crédito Público, cuando el junior de Scherer era director general del Consorcio Azucarero Escorpión S. A. de C. V., del empresario Enrique Molina Sobrino, amigo del ex gobernador Herrera Beltrán.
Tanto Herrera como su sucesor Javier Duarte de Ochoa fueron vinculados en presuntos negocios con Francisco García González, (a) El Franky, ex yerno de Molina Sobrino.