Mientras asistimos a la carrera por lanzar el primer coche autónomo comercial (con Waymo, Uber y Tesla como principales candidatos en la pugna), hay una compañía que se ha planteado cómo poder llevar estas bondades -más seguridad y eficiencia- a un nivel superior.

Ford ha patentado el que podría ser el primer coche de policía sin humanos a bordo. Se trataría de un vehículo autónomo capaz de circular por las carreteras junto a automóviles convencionales y de detectar en tiempo real la velocidad de cada uno de sus vecinos en el asfalto.

Gracias a esta capacidad, el coche policía podrá poner multas de forma inalámbrica a cualquier conductor en el mismo momento de la infracción. Para ello, detalla la patente (disponible aquí), se enviará una alerta de vehículo a vehículo, en la que se le pedirá al titular del coche que confirme la identidad de la persona al volante con una fotografía de su carné de conducir.

Pero ahí no acaba la labor de este particular vehículo. Según Ford, su futuro coche policía podrá perseguir a alta velocidad a cualquier infractor. Es obvio que no podrá hacer mucho aunque lo alcance -en tanto que no hay humanos a bordo- pero sí que servirá para monitorizar la trayectoria del automóvil en cuestión y alertar a los policías (estos sí, de carne y hueso) para que lo intercepten. También se podrá comunicar con todo tipo de cámaras de seguridad para poder seguir mejor al coche infractor y grabar más pruebas en su contra.

Como curiosidad filosófica, el coche policía autónomo podría ser un ejemplo de rebelión de las máquinas contra los humanos. Aunque suene exagerado, cabe recordar que este vehículo no podrá multar ni perseguir a otros coches autónomos, solo a vehículos conducidos por personas vivas, ya que los primeros tienen regulada la velocidad de serie.

Con información de TIC