El «aprendizaje automático» o «machine learning» es una de las claves tecnológicas fundamentales que permite que las máquinas «aprendan» a alcanzar conclusiones y empiecen a «pensar» como un cerebro humano, bajo la experiencia y supuestos. La Inteligencia Artificial ya se aplica en múltiples aspectos de los procesos industriales y en los últimos tiempos se han mostrado importantes avances en una gran cantidad de ejemplos.
Uno de los que más interés despierta es el arte. ¿Es capaz una máquina de tocar un instrumento como lo haría un ser humano? ¿Y crear un cuadro como lo haría Van Gogh o Goya? Son muchos desafíos a los que se enfrenta, pero se empiezan a lograr importantes avances.
La creatividad es uno de los grandes retos de la inteligencia artificial. ¿Cómo imitar la capacidad del ser humano de crear arte de forma autónoma? Este es el objetivo de «DeepBach», un programa que busca imitar el estilo del músico clásico Johann Sebastian Bach en composiciones totalmente originales. Pero que «suenen» o, al menos, se acerque al estilo del maestro alemán del periodo barroco.
Y esto es gracias a varios factores. El primero, es la forma de componer del propio maestro: sus piezas comienzan con una canción muy conocida cantada por la soprano, seguidas de tres armonías cantadas por las voces alto, tenor y bajo. Estas piezas han llamado siempre la atención de los informáticos debido a que se han encontrado patrones que indican que el proceso es «gradual y algorítmico», señalan los investigadores del MIT Technology Review. «Pero hacerlo bien también es difícil debido a la delicada interacción entre la armonía y la melodía», continúan.
Así, el sistema, desarrollado por Gaetan Hadjeres y Francois Pachet en los Sony Computer Science Laboratories en París, ha «estudiado» todas las composiciones de Bach, con lo que ha conseguido crear piezas (como la que encabeza esta información) que «engañan» a los expertos humanos «aproximadamente la mitad de las veces». Una tecnología que tendría múltiples aplicaciones, y que alimenta los miedos de aquellos que piensan que la inteligencia artificial podría acabar con muchos puestos de trabajo. No obstante, su resultado se acerca, pero sí da diferencias y matices distintos.
Con información de ABC.es