No es un secreto que muchos de nosotros seguimos usando el cargador original de nuestro celular aunque comience a fallar. El clásico “tengo que doblarlo así porque si no ya no lo reconoce”. O “nada más hay que moverle al conector y ya carga”. Todos lo hemos hecho o al menos lo hemos oído. Esto o, admitámoslo, quién no ha comprado un cargador genérico en la calle. Al final, le queda a la entrada de tu teléfono, ¿qué puede pasar? De hecho, sí pueden pasar cosas malas.
Usar un cargador genérico o en mal estado
Bueno, resulta que el cargador de tu teléfono es más de lo que crees. No es sólo un cable que alimenta al gadget con nueva vida; sino que es un transformador de corriente. Por el nombre, ya te imaginarás lo que significa: transforma o convierte el valor de la corriente de un circuito.
Por ejemplo: la tensión que emana de un enchufe común va alrededor de los 220V –varía dependiendo el país–. Pero tu celular no necesita tanto. De hecho, tanta energía de golpe podría quemarlo sin problema alguno. Entonces aquí es donde entra el cargador: él convierte dicha tensión en algo más aceptable, por ejemplo, en los voltios que necesita tu celular.
A estas alturas seguramente ya vas dándote cuenta de la importancia del cargador. Entonces, si este está en mal estado, podría dañar seriamente tu teléfono. Cualquier fallo en la conversión energética y tu teléfono puede terminar frito. También podría hacer un corto –y freír tu teléfono–.
Y entonces, ¿por qué tampoco es recomendable usar un cargador genérico? Esto es simple: tu celular necesita una cantidad de voltios específica; pues es la que soporta. El cargador original de tu teléfono conoce el número mágico y es lo que transforma, no más ni menos. Pero uno genérico podría no darte exactamente la cifra que necesitas, sin importar que tenga la misma entrada que tu celular.
Por eso, es mejor prevenir que lamentar. Un pequeño gasto podría ahorrarte uno mucho mayor.
Con información de FayerWayer