En el edificio de Ruiz Cortines y el equipo de campaña de Pepe Yunes siguen tratando de descifrar el comportamiento del delegado de la Secretaría de Gobernación (Segob) en el estado, Alejandro Montano Guzmán, quien este lunes ofreció una conferencia de prensa en compañía de otros delegados federales. El repaso en contra del pre candidato del PRI dejó frío a más de uno.
El espaldarazo –no se sabe si a nombre propio o del gobierno federal- al gobernador Miguel Ángel Yunes, luego de señalar que “esta delegación va a coadyuvar en todas las estrategias y acciones emprendidas por el Gobernador”, contrasta con la dura crítica hecha de manera velada a José Yunes Zorrilla.
Con sus declaraciones Alejandro Montano sólo alimentó las versiones de que entre la Segob y el gobernador Miguel Ángel Yunes ha existido un pacto político y que este se mantiene vigente a pesar de la salida del secretario Miguel Ángel Osorio Chong.
En Boca del Río –bastión del yunismo azul-, Pepe Yunes se refirió un día antes al clima de violencia e inseguridad que vive el estado, algo que han reseñado hasta el cansancio los medios de comunicación locales y nacionales. Dijo también que esta inseguridad es resultado de la ingobernabilidad que se vive en Veracruz, señalamientos que provocaron un doble revire por parte del funcionario federal.
En el primer caso, Montano Guzmán aseguró –sin referirse nunca a Pepe- que Veracruz se encuentra en los mismos parámetros de inseguridad que se viven en todo el país. De esta declaración se infieren dos cosas: o el ex candidato priista a la alcaldía de Xalapa no conoce las cifras de incidencia delictiva –donde Veracruz aparece en los primeros cinco lugares de todos los delitos de alto impacto-, o de plano le arrimó el caballo al gobierno federal que representa.
Si todo el país está como Veracruz, entonces tenemos un problema mucho más grave del que reconoce el propio presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete de seguridad nacional. Comparar a Veracruz con el resto del país no fue una buena idea, al menos en este momento en que las ejecuciones se cuentan por decenas.
El segundo punto fue una referencia directa. Montano dijo que se deben separar los temas de la inseguridad y la gobernabilidad porque esto podría debilitar las instituciones. ¿Acaso es propósito de Pepe Yunes debilitar las instituciones? Las declaraciones del delegado federal no fueron fortuitas ni espontáneas, ya que la conferencia de prensa fue convocada ex profeso para hablar de estos temas.
En cualquier tratado de teoría política, se reconoce que la seguridad y la gobernabilidad no son sinónimas, ni siquiera que una dependa directamente de la otra. La segunda está construida a partir de muchos más elementos en los que intervienen el gobierno, las instituciones, las leyes e incluso la sociedad civil. En cambio, la primera es una política pública que depende directamente del gobierno, aunque para ello requiera de la intervención de otros actores.
Sin embargo, está claro que no pueden disociarse, porque cuando se carece de condiciones de gobernabilidad, la seguridad pública tiende a debilitarse, de la misma forma en que la violencia y la delincuencia minan la gobernabilidad porque se erosiona el estado de derecho y se da paso a la impunidad.
Pero es evidente que la intención de Alejandro Montano no fue teorizar sobre las condiciones de gobernabilidad que vive el estado –una semana antes, ya había manifestado su apoyo total al gobierno de Miguel Ángel Yunes-, sino decantar a favor del mandatario estatal frente a las declaraciones del pre candidato priista.
Esto no cayó bien en un priismo que busca reagruparse. Una de las razones del comportamiento de Montano podría ser el resentimiento que pudo haber causado su reciente derrota en la búsqueda de la presidencia municipal de Xalapa abanderado por el PRI. La otra, la más factible, devolver la cortesía a Miguel Ángel Yunes, quien respaldó al presidente Enrique Peña y al gobierno federal en su diferendo con el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, quien acusó que había sufrido un trato discriminatorio en la entrega de participaciones federales.
En ese episodio, Yunes Linares dijo que Veracruz ha recibido un buen trato financiero del gobierno federal, que sus recursos han sido entregados en tiempo y en forma, y que no hay discrecionalidad en el ejercicio del presupuesto, toda vez que esto está previsto en la ley.
Devolver la cortesía es correcto. Mantener la buena relación es necesario. Sin embargo, los priistas no se tragan el cuento y consideran que ambas cosas pueden ser posible sin que para ello se tenga que hacer una crítica directa al pre candidato priista. Al fin y al cabo, el delegado de la Segob representa a un gobierno priista que busca mantener el gobierno, a menos claro, que se trate de un acto de futurismo para sobrevivir al siguiente sexenio.
Por lo pronto, en el búnker priista acusaron recibo.
Las del estribo:
- La ignorancia es osada. Con tal de mantener caliente su plato de lentejas, el diputado local Sebastián Reyes –quien llegó al cargo por Morena y hoy cobra como panista-, aseguró que los medios magnifican la violencia y que los veracruzanos no se quejan. Seguramente se refería al ABC News y New York Times, quienes ayer dieron espacio a la noticia sobre la ejecución del sábado en Xalapa. Sólo para documentar su ignorancia, este fin de semana hubo al menos 23 homicidios en el estado.
- Como estrategia para prevenir la violencia en Xalapa, el gobierno estatal anunció que reinstalará al menos ocho retenes policiacos, los mismos que fueron retirados desde el primer día de esta administración. Lo que se iba a resolver en seis meses, ahora requiere de la misma estrategia que utilizó el gobierno de Javier Duarte, sólo que no alcanzan los policías. Cosas del cambio.