En 2013, los científicos anunciaron que un fragmento de roca encontrado en el sudoeste de Egipto, definitivamente, no era de la Tierra. Para el año 2015, otros equipos de investigación habían anunciado que la piedra «Hipatia» no formaba parte de ningún tipo conocido de meteorito.
Sin embargo, si este pedazo de roca no era de la Tierra, ¿cuál era su origen? ¿Podrían los minerales en él proporcionar pistas sobre su origen?
Ahora, los análisis minerales realizados por un equipo de investigación de la Universidad de Johannesburgo han proporcionado respuestas inquietantes sobre el material del que se formó nuestro Sistema Solar.
Para comprender la estructura de la roca Hipatia, llamada así por célebre matemática y filósofa de Alejandría, los investigadores han recreado la siguiente metáfora:
«Podemos pensar en la masa mal mezclada de un pastel de frutas, que representa la mayor parte del fragmento; lo que llamamos ‘matrices’ mixtas, en términos geológicos. Las cerezas y nueces en el pastel representan los granos minerales que se encuentran en inclusiones de Hipatia. La harina que espolvorea las grietas de la torta representa los ‘materiales secundarios’ que encontramos en las fracturas de Hipatia, que pertenecen a la Tierra», dice.
La roca extraterrestre original que cayó a la Tierra debe haber tenido al menos varios metros de diámetro, pero se desintegró en pequeños fragmentos de los cuales Hipatia es uno de ellos.
Pero la matriz mineral de Hipatia (representada por la masa de la torta de frutas), no se parece en nada a la de los meteoritos conocidos, las rocas que caen del espacio a la Tierra de vez en cuando.
«Si fuera posible moler todo el planeta Tierra para que se convirtiera en polvo en un mortero enorme, esperaríamos ver una pequeña cantidad de carbono y una buena cantidad de silicio. Pero la matriz de Hipatia tiene una cantidad masiva de carbono y una cantidad inusualmente pequeña de silicio«, explican los investigadores.
ero lo que es más inusual aún es que la matriz contiene una gran cantidad de compuestos de carbono muy específicos, llamados hidrocarburos poliaromáticos, un componente principal del polvo interestelar, que existía incluso antes de que se formara nuestro Sistema Solar.
El polvo interestelar también se encuentra en cometas y meteoritos.
Elementos químicos en formas inesperadas
Cuando el investigador Georgy Belyanin analizó los granos minerales en las inclusiones en Hipatia, (representados por las nueces y las cerezas de un pastel de frutas), apareció una cantidad de los elementos químicos más sorprendentes.
«El aluminio se presenta en forma metálica pura, por sí solo, no en un compuesto químico con otros elementos. Esta ocurrencia es extremadamente rara en la Tierra y el resto de nuestro Sistema Solar, por lo que se conoce en la ciencia», explica.
«También encontramos fosfatos de yodo de plata y carburo de silicio, nuevamente en formas inesperadas. Estos granos son los primeros que se encuentran tal y como están sin tener que disolver primero la roca circundante con ácido», añade Belyanin.
«Además, hay granos de un compuesto que consiste principalmente en níquel y fósforo, con muy poco hierro, una composición mineral nunca antes observada en la Tierra o en meteoritos», agrega.
¿Cuál es el origen de Hipatia?
Lo que sí saben los investigadores es que Hipatia se formó en un ambiente frío, probablemente a temperaturas inferiores a la del nitrógeno líquido en la Tierra (-196 grados centígrados).
En nuestro Sistema Solar habría estado mucho más alejado que el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, de donde proviene la mayoría de los meteoritos.
Los cometas provienen principalmente del cinturón de Kuiper, más allá de la órbita de Neptuno y unas 40 veces más lejos del Sol que nosotros.
Algunos provienen de la nube de Oort, incluso más lejos. Sabemos muy poco acerca de las composiciones químicas de los objetos espaciales están ahí. Nuestra próxima pregunta profundizará en el origen de Hipatia», afirma el investigador principal del estudio, el Dr. Jan Kramers.
Con información de Muy Interesante