La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está exigiendo el papel que cree merecer a la hora de decidir sobre el patrimonio histórico y arqueológico del país. Mari Carmen Serra Puche, doctora en antropología, afirmó ayer que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debe permitir a los especialistas universitarios participar de manera formal y oficial en los órganos de decisión y defensa del patrimonio.
“Los especialistas de la UNAM conocen el patrimonio, pero no tienen nada que ver con las decisiones políticas sobre el patrimonio de este país y eso es lo que estamos tratando de cambiar; la UNAM tiene que ser una institución que participe y lo acabamos de ver con el temblor, con muchas cosas que se destruyen y que estudiamos los arqueólogos de la UNAM; estudiamos sitios arqueológicos, pero siempre bajo la tutela y la burocracia del INAH”, señaló la investigadora.
Tras participar en las “Jornadas de patrimonios, discursos museográficos e identidades”, que organiza el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF), Serra Puche agregó en entrevista que, si bien los investigadores de la UNAM participan “de manera informal” con sus propios proyectos y en los de otros colegas, también deben contar con la libertad para trabajar sin las trabas burocráticas que exigen tanto el propio INAH como el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
“Los órganos de decisión del patrimonio están claros, hay dos institutos: el del INAH y el del INBA. Informalmente hemos participado, porque hacemos proyectos, porque somos colegas en conjunto, etcétera, pero tanto uno como otro instituto tienen sus instancias de decisión que son el Consejo Nacional de Arqueología, y en el INBA también existen lugares de decisión. Sería importante que la UNAM tuviera representación en esos órganos de decisión”, afirmó la antropóloga.
“Muchas veces hemos visto, incluso en muchos sitios arqueológicos que son estudiados por expertos de la UNAM, tenemos que estar siempre sujetos a las decisiones del INAH y yo creo que hay profesionistas tanto en la UNAM en cuestiones arqueológicas, en cuestiones de patrimonio histórico, arquitectónico. Ahora la Facultad de Arquitectura toma un papel muy importante en la construcción del patrimonio destruido por el sismo (del pasado 19 de septiembre). La participación de la UNAM debe ser más oficial, deberíamos formar parte de esos órganos federales de decisión”, agregó la especialista.
Para Serra Puche, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972, “le da todo el peso al INAH, el INAH es quien protege el patrimonio, pero también vemos los problemas que hay con las comunidades, que llega el INAH e impone y la comunidad no responde a esa posibilidad, no la dejan participar”. La situación le parece injusta a la especialista, pues afirma que ya se utilizan laboratorios, equipo y recursos humanos en la investigación de los monumentos históricos y arqueológicos del país.
El poder total del INAH en la investigación arqueológica nacional está establecido en el artículo tercero de los Lineamientos para la investigación arqueológica en México, que señala: “Las investigaciones arqueológicas se sujetarán a los intereses científicos de la arqueología nacional, cuyas prioridades se establecerán, mediante propuesta del Consejo de Arqueología, por la Dirección General del INAH”.
Si bien hay momentos en que especialistas de la UNAM ya han formado parte del Consejo de Arqueología, Serra Puche piensa que esa participación debe formalizarse a través de convenios, y los mismos cree que debe pasar con el INBA. El Consejo de Arqueología es el órgano colegiado encargado de aprobar los diferentes proyectos de investigación en el país, pero también otros proyectos como los de luz y sonido en sitios arqueológicos o la viabilidad de actividades como el concierto que Armando Manzanero ofrecerá en Chichén Itzá el 3 de febrero próximo y cuya petición para ser aprobado provino de la propia Secretaría de Cultura federal.
Serra Puche recordó el caso de la arqueóloga universitaria Linda Manzanilla, que “lleva años excavando en Teotihuacán y siempre tiene que estar pidiendo el permiso de excavación al INAH, de la misma manera que yo también en Xochitécatl. La UNAM tiene magníficos arqueólogos, la potencialidad de conseguir recursos tanto de Conacyt como de los gobiernos estatales para excavar un sitio, pero siempre tiene que estar bajo el permiso del INAH, igual que las universidades internacionales como la de Harvard, eso está muy bien, la ley lo dice, pero la UNAM, como institución nacional, debe participar en los órganos colegiados”, agregó.
Durante su disertación en las Jornadas, la investigadora pugnó por replantear el concepto de patrimonio y la necesidad de verlo sólo a partir del monumento histórico o arqueológico o del bien escultórico, cerámico o artístico y ampliar la mirada hacia todo el contexto cultural que éste implica. El replanteamiento del concepto, opinó, implicará reformas: “Creo que hay que reformar la Ley del 72, una ley que ya es un poco vieja, que ha ayudado mucho, no la critico, pero hay que actualizarla”, dijo.