En el mundo de los negocios, pero más en política, la desesperación es una pésima consejera.
Eso debería saberlo el bisoño Miguel Ángel Yunes Márquez, quien para justificar su aspiración de suceder a su papá en la gubernatura se ha venido promocionando como un alcalde exitoso.
Sin embargo, por lo que se percibe, al ex presidente municipal de Boca del Río le está asfixiando políticamente el cordón umbilical. La desgastada imagen del gobierno de su padre le está representando un pesado lastre que no le permite despegar como él quisiera o esperaba. Para lograrlo tendría que consumar un parricidio político al que difícilmente se atreverá. Sabe de lo indispensable del apoyo paterno, ya que aunque lo niegue, todos los cargos de elección popular que hasta ahora han conseguido él y su hermano Fernando se los deben a su mentor. Tres diputaciones locales, una senaduría y tres administraciones municipales, dos en Boca del Río y ahora la del puerto de Veracruz. Algunas negociadas por el jefe del clan familiar con las cúpulas del PAN y otras, inclusive, con los ex gobernadores priistas Fidel Herrera y Javier Duarte de Ochoa a través de intercesores como la maestra Elba Esther Gordillo.
No obstante, el hijo primogénito los atribuye a sus méritos propios. Pero pocos le creen. Igual que su aparente deslindamiento del gobierno de su padre, cuyo gabinete está integrado en buena parte por ex colaboradores suyos en el Ayuntamiento boqueño. Recientemente pretendió exculparlo por las promesas incumplidas que hizo en su campaña de 2016, entre ellas la de abatir los índices de violencia en los primeros seis meses de esta corta administración, lo que Yunes Linares ofreció para obtener el voto de los “ingenuos”.
Pero este miércoles desarmó a su progenitor que enfurecido volvió a retar a un debate público al líder y precandidato presidencial de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, luego de que el día anterior el ex perredista tabasqueño, en un mitin en Las Vigas, había hecho escarnio del mandatario panista por su presunto reloj de 6 millones de pesos, “Richard Mille”, al expresar burlonamente que Yunes también “merecía abundancia” como solía invocar la ex primera dama de Veracruz, Karime Macías de Duarte. “¡Órale loco, ahí te espero!”, emplazó primero para la tarde del próximo domingo en la Plaza Lerdo de Xalapa al líder morenista para demostrarle que su antecesor, actualmente encarcelado, le daba dinero a él y a sus achichincles para sus campañas. Posteriormente lo citó para este viernes en el municipio de Álamo, donde ambos coincidirán.
Pero este mismo miércoles su primogénito se tomó la foto con Eduardo Sánchez Macías, primo de la esposa de Duarte, durante el destape del empresario periodístico como virtual candidato a diputado federal por la alianza PAN-PRD-MC.
El hijo ha dejado en entredicho a su padre, quien en un acto de su campaña electoral por Coatzacoalcos había prometido encarcelar a la abusiva familia política del ex gobernador Duarte.
“Desde aquí le mando un saludo al suegro de Javier Duarte, a Tony Macías. ¡Ni un metro de terreno te vas a quedar con él!. Ni metro de terreno de los veracruzanos (…), Veracruz tendrá un gobernador que hará justicia, que se vaya preparando, que contraten abogados porque irá directo de su casa a Palma Sola (el reclusorio regional)”, sentenció Yunes.
Inclusive, en octubre pasado, a petición suya, diputados de la 64 Legislatura local echaron abajo una donación de un terreno que Duarte había entregado al primo de su esposa.
El Congreso local dejó sin efecto el acuerdo emitido por la Legislatura anterior y publicado en la Gaceta Oficial el 17 de agosto de 2016, donde el gobierno duartista donaba un terreno de 14 mil 823 metros cuadrados en Martínez de la Torre a la asociación civil “Transformando el Campo de Veracruz”, que preside un hermano de Eduardo Sánchez Macías.
RENATO DE PLÁCEMES
El que seguramente debe estar de plácemes es Renato Alarcón Guevara, presidente del CDE del PRI.
Y no tanto porque todavía le siguen contando las horas para que entregue la dirigencia estatal del partido tricolor, sino por el nombramiento que recibió este miércoles su amigo Roberto Campa Cifrián, con quien el ex delegado estatal del ISSSTE mantiene desde hace más de 17 años una cercana relación política y personal.