Los vídeos en 360 grados han empezado a formar parte en nuestras vidas gracias a YouTube y Facebook, plataformas en las que uno cuantos curiosos y medios de comunicación han intentado contar historias o cubrir eventos o simplemente enseñar algo curioso con una persepctiva desde muchos ángulos.
¿Qué hay detrás de estos vídeos? Por complejos que parezcan en apariencia, se pueden grabar fácilmente con una única cámara y editar con un programa sencillo, en el móvil incluso. Samsung tiene la Gear 360, por ejemplo, que es de las más fáciles de usar del mercado y que va ligada a su móviles. También están ahí las de Ricoh, algo intermedio entre la Gear 360 y el caso que nos ocupa hoy, pues hemos podido probar la Garmin VIRB 360.
Esta cámara no es un producto para un usuario corriente, pero seguramente sí sea lo que un editor profesional de vídeo necesita, incluso si la emplea de higos a brevas como una curiosidad. Pagar 800 euros por ella la convierte en un producto para un nicho, pero eso no quita méritos a sus capacidades.
La Garmin VIRB 360 captura vídeo en 360 grados a una resolución de 5,7K. Esto es, la ‘esfera’ de vídeo que va cosiendo cuando graba tiene en total todos esos píxeles pegados. Y aunque nunca va a dar la calidad de una cámara 4K pensada para grabar en ‘plano’, es una resolución de sobra para que el contenido se vea bien en Facebook o YouTube o donde se va a a reproducir.
El vídeo se graba gracias a dos sensores, cada uno de 12 megapíxeles, y es posible subir el resultado directamente, sin edición, en bruto, algo que no todas las cámaras permiten previamente. Eso sí, es recomendable pasar primero por algún software de edición, como el propietario de la cámara, para mejorar el color, la estabilidad y otras características que la cámara no mima tanto por defecto.
Su resistencia al agua (hasta 10 metros) y su batería, que permite grabar durante una hora seguida, más o menos, son también dos puntos en su favor. Dado que no es una cámara muy grande, yo personalmente hubiera preferido que fuera algo más aparatosa con tal de alargar su autonomía, pero entiendo que esto es algo que no gustaría a todo el mundo.
Una cosa que recomiendo al usarla es bajarse al móvil la aplicación oficial de Garmin para manejar sus cámaras de acción. Aunque se puede hacer todo usando los botones y la pantalla del dispositivo, es más cómodo activar su conexión WiFi, sincronizarla con el teléfono y operar desde él. Si la tienes colocada en una posición con el trípode que incluye (no es ninguna locura, es muy bajito y pensado más bien para dejarlo en una mesa que en el suelo), operarla así es casi obligatorio.
La Garmin VRB 360 es una cámara maravillosa, pero hay que saber usarla y su precio no está al alcance de alguien que quiera iniciarse en esto de hacer vídeos en 360 grados. Es un producto para alguien que necesite hacer esto profesionalmente o que se lo vaya a tomar en serio y tenga experiencia con ello.
Usarla ha sido un lujo en mi experiencia, incluso si he tenido que pasar por un proceso de aprendizaje para sacarle algo de partido. Y aunque no la recomiendo para cualquiera, sí sé que puede tener su público.
Con información de El Mundo