Familiares de pacientes internados en el Centro de Alta Especialidad «Doctor Rafael Lucio» denunciaron que hay falta de medicamentos y hasta de suministro de sangre para atender a los enfermos.
A pesar de que el secretario de Salud, Arturo Irán Suárez Villa, informó que el abasto de medicamentos en este hospital es del 91 por ciento, varios ciudadanos reportaron que para que sus familiares reciban atención deben comprar el medicamento y hasta material de curación, además de la cuota que se cobra por la hospitalización.
Es el caso del esposo de Guillermina Cruz, Alfredo Velázquez, que desde hace siete años fue diagnosticado con insuficiencia renal y ahora debe recibir hemodiálisis cada tercer día, lo cual significa el pago de 500 pesos mensuales, más los traslados desde su hogar en La Joya, así como los medicamentos que debe comprar en cada ocasión.
«En mi caso a veces no tenemos ni para comer y hay que comprar medicamentos. Cuando lo internamos aquí me estoy, a veces nos dormimos adentro de la sala (…) Sí lo han tratado bien, pero piden cosas porque dicen que no tienen ese material y hay que comprar el medicamento».
Aunque dijo que la atención es buena, lamenta que los doctores y enfermeras no cuenten con los medicamentos y materiales de curación para tratar a los pacientes.
Actualmente, esta familia está obligada a pagar una deuda de 8 mil 977 pesos, producto de las hemodiálisis que ha recibido, desde el año pasado, cuando fue hospitalizado.
«Nosotros somos de escasos recursos y no hemos pagado. Nos han dicho que paguemos conforme podamos, vamos pagando a partes porque hay cosas que piden aquí que debemos pagar».
Otro caso es el de la joven Areli Baltazar, que este miércoles tuvo un parto por cesárea que se retrasó por la falta de su tipo de sangre (A+), ya que los doctores informaron que no cuentan con esta sustancia y que debían buscar al menos tres donadores antes de que pudieran intervenirla.
Su esposo Luis Eduardo Salamanca, narró que fue difícil conseguir quién donara sangre, y que si bien su esposa e hijo están bien, la baja de plaquetas de su pareja puso en riesgo su salud, peor aun cuando en el hospital no tenían sangre para suministrarla en caso de una hemorragia durante la cesárea.
«Me dijeron que no tenían sangre y cómo fue cesárea me pidieron donadores; vinieron dos personas pero me pidieron tres personas. Nos costó mucho y tuve que publicar en redes sociales para que nos hicieran el favor. No podían hacerla cesárea hasta que hubiera sangre».
A esto se suma el hecho de que la información se entrega a «cuentagotas» a los familiares, y en muchos casos se las niegan.
Otro ejemplo es el de la hermana de Liboria Gómez García , que será intervenida quirúrgicamente para extraerle la matriz, luego de que fue diagnosticada hace dos meses con un enfermedad que pone en riesgo su bienestar.
No obstante, apenas ahora es cuando fue ingresada para la intervención, aunque antes los familiares deben entregar el medicamento solicitado y material de curación.
«Lleva aquí su tratamiento, la detectaron hace dos meses, pero le pidieron estudios para prepararla y apenas ayer ingresó. Nos han pedido medicamentos, como suero y otros».
La familia tuvo que acudir con la trabajadora social del nosocomio para pedir que se haga un descuento en el servicio, pues no cuentan con los recursos suficientes para el pago de una hospitalización durante tres días.
«Como está la situación económica es difícil comprar el medicamento, nos han pedido suero, gasas y medicamentos y nos hemos gastado como mil 500 pesos».
La situación se repite en cada familia que vela a sus familiares afuera de las salas del hospital, en espera de noticias o de solicitudes de compra de medicamentos por parte de los doctores.
AVC/Perla Sandoval